Vida Ahí Abajo
Por :Michael Artime
Dos investigadores sugieren que puede haber formas biológicas de alimentarse en medio ambientes acuosos donde la luz de Sol no penetra.
Por: Plantilla de escritores de Astrobiology News

Recientes trabajos efectuados por Chistopher Chyba (Instituto SETI) y Kevin Hand (Universidad de Stanford) sugieren que puede haber formas biológicas de alimentarse en medio ambientes acuosos donde la luz de Sol no penetra.
Basado en una nota de prensa del Instituto SETI.
Recientes trabajos efectuados por Christopher Chyba (Instituto SETI) y Kevin Hand (Universidad de Stanford) sugieren que puede haber formas biológicas de alimentarse en medio ambientes acuosos donde la luz de Sol no penetra. Los dos investigadores han publicado su trabajo en la edición del 15 de Junio de la revista Science.
“La mayor parte de la vida existente en la superficie de la Tierra – tanto en tierra como en mar – depende de la fotosíntesis,” apunta Chyba. “El primer eslabón en la cadena alimenticia es la conversión que la fotosíntesis hace con la luz solar almacenando su energía. Pero imaginaos un océano en Europa, un cuerpo acuoso embotellado por kilómetros de hielo. La fotosíntesis no va a funcionar allí. No obstante, hay otras formas de encontrar vida metabólica en esos mares oscuros.”
Recientemente, los resultados obtenidos por la sonda Galileo han sugerido fuertemente la presencia de océanos sub-superficiales en otros lugares además de Europa, como por ejemplo sus lunas hermanas, Calisto y Ganímedes. Debido a la común consideración del agua como pre-requisito para el desarrollo de la vida, asumimos que estos intrigantes mundos cercanos son emplazamientos donde buscar biología extraterrestre.
Sin embargo, hace falta algo más que agua. También es necesaria una fuente de energía para el sostenimiento de la vida. Chyba y Hand apuntan que normalmente esta energía se extrae de las reacciones óxido-reductoras mediante las cuales dos sustancias (por ejemplo, carbón y oxígeno) se mezclan para compartir un electrón, liberando energía durante la reacción.
Un importante agente de oxidación en los océanos de la Tierra es el oxígeno molecular (O2), producido en la fotosíntesis. Pero cabría esperar que este proceso no se diera en los oscuros abismos de las lunas jovianas.
Sin embargo, Chyba y Hand comprobaron que el exterior de la capa helada de Europa es objeto de rutinarios bombardeos de partículas de alta velocidad aceleradas desde la magnetosfera de Júpiter. Cuando estas partículas impactan contra el hielo de Europa, forman oxidantes tales como el H2O2 (peróxido de hidrógeno) y O2 (moléculas de oxígeno). Si, como pudiera ser el caso, estas sustancias superficiales se filtrasen hasta los océanos que hay debajo, estás podrían aportar el sostén necesario para una gran cantidad de biomasa.
“A estas alturas no podemos estar completamente seguros de si los oxidantes podrían llegar hasta el agua, incluso a lo largo de escalas de tiempo geológicas,” dice Chyba. “Pero si no lo hacen, existen otros mecanismos que podrían actuar como fuente de moléculas de oxígeno oceánico.”
Uno de estos mecanismos es la descomposición radioactiva del isótopo de potasio K40, el cual podría encontrarse tanto en la corteza de hielo como en el agua líquida. Su descomposición divide las moléculas de agua y produce O2. Aunque la cantidad de oxidante que se puede producir de este modo es menor al que se obtendría por efecto del impacto de partículas cargadas contra la superficie, podría ser, de todos modos, suficiente para sostener a la biosfera.
“Obviamente, no sabemos si existe vida en estas lunas,” enfatiza Chyba, “pero al menos podemos decir que si los océanos están allí, hay probabilidad de que también estén presentes los componentes que podrían proveer energía a la vida.”