Comentario: La NASA podrá recibir un golpe pero continua latiendo
Por :Liberto Brun Compte
Con la posible excepción del Servicio Postal, la NASA parece tener los máximos honores como el máximo favorito del fracaso federal.
Entre los aficionados al espacio, la Agencia es rutinariamente regañada por ser presuntuosa y estar falta de valores. Una serie de meteduras de pata de alto nivel, yendo desde el espejo defectuoso del Hubble hasta los desastres del Challenger y del Columbia, han convencido a muchos de que la NASA es poco competitiva. Al mismo tiempo, un gran número de personas no técnicas, considera a la Agencia como un vertedero de dinero que bien podría ser aplicado a programas sociales, pero que en cambio está siendo gastado frívolamente en el lanzamiento de patinetes motorizados hacia Marte. En un ejemplo de arte pop imitando a la percepción pop, la reciente y emocionante novela de suspenso de Dan Brown, “Deception Point”, muestra a la NASA no solo como una despilfarradora inútil, sino además como políticamente malevolente.
Gran cantidad de personas – incluidos sus seguidores – siente que la Agencia se ha salido de sus guías y que ha perdido el verdadero significado de las metas valederas. Atendí recientemente una conferencia espacial en Cabo Cañaveral; un evento de tres días que terminó con una ceremonia de premios para niños de escuela. Presidiendo la ceremonia se encontraban un puñado de astronautas de los programas Mercurio y Apolo, incluyendo a Wally Schirra, Jim Lovell y Al Worden. Estos tipos ya no son ningunos jovenzuelos, aunque sus mentes estén muy claras. En el estrado, se hacían bromas el uno al otro, recordando misiones pasadas y viendo de entre ellos quien era el más viejo. Me senté en la audiencia con una leve tristeza sobre mí: estos eran los ahora desgastados héroes de mi juventud. Gigantes sembrados delante de mis ojos. ¿Dónde están los héroes del espacio de hoy en día? ¿Eran las botas de estos hombres, tan imposiblemente grandes?
Todo es culpa de la NASA, dicen muchos. La Agencia, que se casó con la súper carísima Estación Espacial y aún depende del ineficiente y dudoso trasbordador, necesita que se le dé una sacudida. Ese ha sido, el mantra de la última década entonado por cientos de editoriales en la prensa del espacio. Renuévense.
Bueno, la agitación ha comenzado. Primero fue la investigación del trasbordador Columbia, la cual apuntó el dedo a los fallos burocráticos tanto como a los fallos técnicos. Después, en Enero, el presidente Bush delineó de una manera muy específica un nuevo objetivo para la NASA: Regresar a la luna y enviar humanos a Marte. La semana pasada, la Comisión Presidencial de la Implementación de Políticas de los Estados Unidos a la Exploración del Espacio agregó su propia opinión: mejorar el organigrama, enfocarse en misiones en lugar de proyectos e involucrar al sector privado en una participación de compartimiento del trabajo. El atractivo obvio de este último punto fue demostrado favorablemente en Junio 21, cuando Scaled Composites, una firma privada de aeronáutica, colocó a un avión impulsado por un cohete a una altura de 100 kilómetros a las cercanías del espacio. He hicieron esto por una fracción del costo de un lanzamiento de la NASA.
Los cambios sugeridos son prácticos y lo que es más importante, aceptables políticamente. Son una respuesta bien razonada, enmarcada de acuerdo con las prácticas contemporáneas. Hoy día, cuando una organización sufre un dramático descalabro, la reacción más común es primero encontrar culpables y después reorganizarse. (Ninguna parece que se consideró cuando la Real Sociedad Geográfica de Inglaterra envió a Robert Scott en su fallida expedición al Polo Sur en 1911, los tiempos cambian) Sin duda alguna, la reorganización de la NASA demostrará ser benéfica a la larga.
Pero mientras que estoy convencido de que un reajuste organizacional puede hacer provecho a la Agencia, también reconozco que los Americanos son notoriamente duros en su gobierno. La NASA (hablando respecto del trabajo espacial y astronómico: Poca gente parece estar al tanto de los esfuerzos de la Agencia en favor de la aviación) puede ser fácil de ser criticada, pero sus logros sobrepasan a cualquier otro programa espacial que ustedes deseen mencionar. Por supuesto que les ganó a los Soviéticos hacia la Luna, pero aún en tiempos contemporáneos, la NASA ha obtenido éxitos cuando otros han estado almacenando fracasos.
Los Soviéticos pusieron algunas naves sobre Venus, pero sus sondas sólo pudieron tomar unas pocas fotos antes de acabar exhaustas del calor. El hardware de la NASA, por otro lado, ha estado orbitando ese mundo por años y cartografiando casi la totalidad de la superficie con radar. El Planeta Rojo – el favorito de todos en el sistema solar – es un cementerio de elefantes para las naves espaciales. Los Soviéticos trataron 16 veces de alcanzar Marte. Sus sondas tuvieron éxito dos veces (y una de esas veces sólo duró por 20 segundos) El resultado de la NASA es 12 victorias de 18 intentos. Sólo la NASA ha enviado naves espaciales a Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y todo un puñado de asteroides. Estos fueron triunfos sin competencia.
La NASA también armó el experimento SETI más ambicioso de su tiempo. Fue terminado pronto en su fase de observación, no por fallos de la Agencia o por falta de interés, sino por la acción del Congreso.
Es cierto, el programa espacial ha matado a 17 astronautas americanos. ¿Pero habrá alguien que pueda negar que la exploración es peligrosa? En los siglos 18 y 19, los exploradores europeos que navegaban por las desconocidas aguas del norte de Canadá, frecuentemente desaparecían – para siempre. El récord de seguridad de la NASA es incomparablemente mejor y nadie puede pensar que Canadá sea un lugar más traicionero que el espacio. Sólo el año pasado, 21 trabajadores Brasileños murieron en una explosión de un misil. En 1960, los Soviéticos eliminaron a más de 100 personas que estaban tratando de lanzar un cohete militar. Ese sólo desastre, debería de poner en una perspectiva a los fallos de la Agencia.
El presupuesto actual de la NASA es de $15 mil millones de dólares. Eso puede parecer mucho, pero existen personas cuya riqueza personal es mucho mayor. El dispendio esperado para el Departamento de Servicios Humanos y de Salud federal para este año será de $543 mil millones. El Senado acaba de pasar una cuenta de aprobación de fondos para el Pentágono que da un total de $416 mil millones. La NASA ni es cara ni es un cargo significativo para los programas sociales.
Nuestra agencia espacial puede haber recibido una nota de “necesita mejorarse” en sus últimas calificaciones. Pero estoy renuente de sumarme a los críticos. Hay una camiseta de la NASA en mi closet y francamente, todavía la uso con orgullo.