Un punto rojo pálido
Por :Antonio Salceda
A pesar de que los anuncios de hallazgos de planetas alrededor de otras estrellas, más de 130 hasta el momento, se están volviendo casi rutinarios, lo cierto es que casi todos se han mostrado tímidos ante la cámara.
Esto puede haber cambiado desde hoy, con la imagen difundida desde el ESO (European Southern Observatory/Observatorio Europeo Austral) de un tenue punto rojo en las proximidades de una enana marrón o “estrella fallida” denominada 2M1207, situada a 230 años luz de la Tierra, en la constelación de Hidra. “La emoción de observar esta debil fuente luminosa en tiempo real a través del instrumento fue increible”, nos dice Christophe Dumas, miembro del equipo de astrónomos europeo y americano que realizaron el descubrimiento. “a pesar de que casi seguro es mayor que los objetos de tamaño terrestre, sentimos esa extraña emoción ya que bien pudiera ser el primer sistema planetario distinto del nuestro en ser registrado por imagen”.
“Si el candidato compañero de la 2M1207 es realmente un planeta”, dice Benjamin Zuckerman de la UCLA, otro miembro del equipo, “esta podría ser la primera ocasión en que se registra gráficamente un planeta ligado gravitatoriamente a una estrella o una enana marrón”. Y registrar un planeta más allá de nuestro sistema solar, de acuerdo con el astrónomo jefe del instituro SETI Seth Shostak, ha sido durante mucho tiempo el objetivo de los científicos planetarios. “El registro gráfico directo de un planeta extrasolar – o lo que es lo mismo, verlo directamente en fotografía- es una especie de santo grial para los cazadores de otros mundos”, nos dice Shostak. “Por lo tanto, la presión de ser los primeros en hacerlo es elevada. Será emocionante ver si éste supera la criba, ya que ninguno de los hallados con anterioridad se ha mantenido indiscutiblemente”.
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El objeto rojo, conocido como “acompañante candidato a planeta gigante” (GPCC), parece orbitar alrededor de la enana marrón 2M1207 a una distancia de 55 unidades astronómicas (AU). Una unidad astronómica es la distancia que separa la Tierra del Sol, alrededor de 147 millones de km. En esta imagen, la enana marrón aparece blanco azulada. Crédito: ESO |
El descubirmiento proviene del mismo observatorio que anunció hace un par de semanas la detección del planeta más pequeño hasta la fecha en órbita alrededor de una estrella de tipo solar. Entre ambos anuncios, otro equipo de investigadores informó del descubrimiento de dos planetas del tamaño de Neptuno. Mientras este planeta putativo en órbita alrededor de 2M1207 fué registrado mediante “fotografía” infrarroja, las otras detecciones se realizaron mediante el cimbreo estelar, indicador de los efectos gravitatorios de planetas circundantes en su órbita.
El registro gráfico de los planetas es dificultoso por lo tenue de su imagen en comparación con la de sus estrellas madre, por lo que su luz se entremezcla con la luz de la estrella que vemos desde la Tierra. De hecho, la imagen del GPCC es 100 veces más débil que su madre potencial, la enana marrón 2M1207. Observando con el Very Large Telescope (VLT) en el norte de Chile, los investigadores utilizaron la optica adaptativa del instrumento para reducir la distonsión de la imagen debida a la atmósfera terrestre. “si esas imágenes se obtuvieran sin óptica adaptativa, nos dice el astrónomo del ESO Gael Chauvin, jefe del equipo, “ese objeto no habría resultado visible”.
“Son momentos emocionantes, con mucho por aprender” nos dice la astrónomo Jill Tarter, responsable del Bernard M. Oliver para la investigación SETI en el Instituto SETI. “La resolución espacial por debajo del segundo de arco que nos proporciona la óptica adaptativa del VLT es impresionante, y mantiene mi deseo de nuevos descubrimientos con la tecnología del día de mañana. Con suerte” comenta Tarter, “uno de ellos será la demografía de planetas de gama terrestre que la nave Kepler nos deberá proporcionar antes del final de esta década. No podremos obtener imagen de esos pequeños planetas, pero por primera vez tendremos certeza de que existen ahí fuera pequeños planetas rocosos iguales al nuestro”.
La naturaleza concreta del objeto descubierto está aún abierta a discusión, y la cautela del equipo del ESO se hace evidente en la manera en que nombran a este planeta potencial: “Giant Planet Candidate Companion – Acompañante candidato a planeta gigante” o GPCC. El acompañante tiene escasamente cinco veces la masa de Júpiter, según la mejor estimación del equipo, y parece orbitar la enana marrón a una distancia doble de la que separa a Neptuno del Sol. Pero como el equipo del ESO se apresura a decir, serán necesarios uno o dos años más de observación para averiguar si este punto de luz se mantiene alrededor de 2M1207, corroborando la idea de que se trata de un planeta en su órbita. Mientras tanto, los analisis espectrales del GPCC muestran claras trazas de agua. En opinión de Shostak, “la detección de moléculas de agua en el espectro de este objeto confiere credibilidad a la afirmación de que lo que están viendo es de características planetarias, y no estelares”.
El descubrimiento más reciente ha sucedido observando entornos de “asociaciones estelares”, grandes grupos de estrellas en su mayoría jóvenes, junto a las nubes de gas y polvo de las que se formaron. Dichas asociaciones son excelentes objetivos para el registro directo de objetos como los GPCC. Como comenta Chauvin, “sea cual sea su naturaleza, los objetos subestelares son más cálidos y brillantes cuando son jóvenes –decenas de millones de años- y por lo tanto son más fácilmente detectables que objetos con masa similar pero más viejos”.
“El mundo real de los sistemas planetarios bien pudiera ser aún más imaginativo que lo predicho por nuestros teóricos”, apunta Tarter. “Al principio fué dificil concebir la existencia de enanas marrones, y pasaron 25 años antes de identificarlas. Ahora nos enfrentamos a la posibilidad de que estas “estrellas fallidas” puedan albergar planetas en su órbita. Tarter acuñó el término “enana marrón” en 1975, mientras trabajaba en su tesis doctoral en la universidad de California en Berkeley. Según ella, “a igual que tuvimos que ampliar nuestras miras sobre entornos habitables para encajar lo que ibamos aprendiendo sobre los extremófilos, también debemos ampliar nuestro concepto de sistema planetario más alla de “órbitas-circulares -con -planetas -pequeños -rocosos ¬-en -el -interior -y -gigantes -gaseosos –en -la -periferia”, modelo estándar con el que hemos trabajado durante décadas”.
| Contemplando la importancia de fotografiar al acompañante de la 2M1207, podríamos pensar en las reflexiones sobre la fotografía de la Tierra tomada por la nave Voyager I de Carl Sagan “Nuestra impostura, nuestra supuesta auto-importancia, la fantasía de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.,” que escribió en su libro “un punto azul pálido”. Si Sagan viviera aún, bien podría disfrutar de este reciente anuncio de otro pálido punto en el espacio –rojo éste, en lugar de azul.
Créditos de imagen: NASA/JPL
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