Los astrónomos revisan la Escala Torino
Por :Mauricio Peña
Los astrónomos han revisado la escala Torino, el sistema de advertencia codificado con colores que permite evaluar la amenaza de asteroides y otros objetos cercanos a la Tierra, con el fin de hacerlo fácil de entender para el público.
Por A. J. S. Rayl
20 de Abril de 2005
Los astrónomos han revisado la escala Torino, el sistema de advertencia codificado con colores que permite evaluar la amenaza de asteroides y otros objetos cercanos a la Tierra (NEO – Near Earth Object) con el fin de hacerlo fácil de entender para el público.
«El objetivo de la escala Torino es permitir a los científicos conocer precisamente el peligro, o la falta de este, al que nos enfrentamos con los asteroides y cometas recién descubiertos, especialmente aquellos de los cuales se ha predicho que circularán muy cerca de nuestro planeta en el siglo 21», Richard Binzel, profesor de ciencias planetarias en el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT – Massachussets Institute of Technology) quien creó la escala, dijo a The Planetary Society en una entrevista reciente. «La nueva versión revisada, provee básicamente una medición más fácil de entender que comunica mejor los riesgos al público y ayuda a reducir las preocupaciones sobre las colisiones del día final».
Basada en la probabilidad de impacto determinada por observaciones y mediciones de órbita, al igual que en la energía del impacto deducida en base al tamaño, densidad y velocidad del objeto, la escala Torino permite a los investigadores de NEO ubicar los objetos en un rango de amenaza potencial que va desde cero – donde virtualmente no existe posibilidad de colisión, hasta 10 – donde una catástrofe global es incuestionable. La escala fue adoptada por primera vez en 1999 por un grupo de trabajo de la Unión Astronómica Internacional (IAU – International Astronomical Union) en una reunión co-patrocinada por The Planetary Society en Torino, Italia.
En los días y meses posteriores a su adopción, los críticos se quejaron que la escala Torino en realidad estaba asustando a la gente – «exactamente lo opuesto a su propósito», dijo Binzel. Aunque él siempre había considerado la escala como un «trabajo en progreso» que evolucionaría con el tiempo, esas críticas sirvieron para acelerar las revisiones. Durante el año pasado docenas de astrónomos en todo el mundo aportaron información y tomaron parte en el proceso, y la nueva y mejorada escala Torino fue publicada a finales del año pasada en un capítulo del libro
Mitigation of Hazardous Comets and Asteroids (impreso por la Universidad de Cambridge).
Para la mayoría, dijo Binzel, era la elección de las palabras lo que preocupaba a la gente. «Era la semántica, y, para los astrónomos realmente estaba intentando hacerse entender para la audiencia», reflexionó. «En la definición original, esto era tanto para la audiencia de astrónomos como para el público, aún cuando siempre quisimos hablar al público. Así que la primera versión era nuestro primer intento de hablarle a la gente. Mientras teníamos más y más descubrimientos, fuimos aprendiendo que tan bien funcionaba y que tanto no lo hacía».
En la Categoría 1 – la zona verde – por ejemplo, los eventos en esta clasificación eran definidos como «eventos que merecen un monitoreo cuidadoso» una frase que resultó significar de forma distinta para el público que para los astrónomos. «Para los astrónomos, significaba que este era un objeto que tenía una pequeña probabilidad pero no nula de golpear la tierra y que los astrónomos debían rastrearlo – lo que significaba que no debíamos ignorarlo», explicó Binzel. «Para el ciudadano común el ‘monitoreo cuidadoso’ significaba ‘oh-oh, los astrónomos están preocupados, los científicos están sobre el asunto y se encuentran monitoreando esta cosa para saber si vamos a morir. El ciudadano común realmente no entendió lo que antes pretendíamos con la Categoría 1, pero ahora describimos esta categoría como ‘un descubrimiento de rutina en el que se predice un recorrido cercano a la tierra que no presenta algún nivel inusual de peligro’, lo que es mucho más claro».
A lo largo del proceso de revisión, la comunidad astronómica perfeccionó sus habilidades para comunicar los riesgos de asteroides al público. «Ahora tenemos una mejor idea de las preguntas que el público quiere conocer, la primera de las cuales es – ‘¿Debería estar preocupado?’» dijo Binzel. «La escala original no hacía la distinción entre el momento en que un objeto es de interés para los astrónomos y el momento en que debería ser de interés para el público. Lo que estamos diciendo ahora es un poco más entendible».
El proceso general de clasificar las amenazas de NEO es en algo parecido a la predicción de huracanes, donde las predicciones del camino de una tormenta son actualizadas mientras se reciben más y más datos. «Sucede lo mismo con los astrónomos», dijo Binzel, «e igualmente importante en la revisión de la escala Torino es el énfasis en que tan continuamente se debe rastrear un objeto para reducir el nivel de amenaza a 0, una vez se hayan obtenido datos suficientes».
«Las revisiones en la escala Torino deben avanzar mucho hacia la posibilidad de asegurarle al público que aunque no siempre podremos eliminar inmediatamente la alerta de impactos en la Tierra por parte de objetos cercanos, las observaciones adicionales ciertamente nos podrán permitirlo», afirmó Donald K. Yeomans, del JPL, director de la oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.
Binzel empezó a pensar en el desarrollo de un sistema de alerta sobre asteroides a principio de los años 90. Para 1992, estaba listo para hablar públicamente de esto y su primera audiencia resulto ser Carl Sagan y Louis Friedman, co-fundadores de The Planetary Society. Ellos se encontraban cenando juntos mientras estaban en un evento en el Museo de Ciencia en Boston.
«Las personas en la mesa se habían separado en varias conversaciones pequeñas, y recuerdo estar explicándole a Carl que me encontraba desarrollando un sistema de clasificación numérica para ayudar a comprender al publico las relativas amenazas de impactos de asteroides y cometas», recordó Binzel. Sagan respondió inmediatamente, proponiendo el apoyo de la Sociedad. Luego, después de «una pequeña discusión», Friedman tuvo éxito al persuadir a Binzel para que escribiera unas ideas preliminares para la edición de Marzo/Abril 1995 de The Planetary Report. Al mismo tiempo, preparó una presentación formal para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Objetos Cercanos a la Tierra (NEO), que era, como resulto ser, co-patrocinada por The Planetary Society. A pesar de las discusiones que surgieron a principio y mediados de los 90, el concepto de Binzel de un sistema numérico de clasificación no prospero entonces.
Binzel continuó, ponderando la escala con colegas y miembros de medios de ciencia. Finalmente, en 1999 presentó una reformulación de sus ideas originales en el Taller Internacional de Riesgos de Impacto en Torino, y allí fue donde su sistema encontró la vida – y su nombre.
Mientras que la escala Torino revisada ofrece significativamente más claridad, el sistema básico de nomenclatura y los códigos de color permanecen iguales. ‘Para un NEO recién descubierto, la escala revisada aún clasifica el riesgo de impacto de 0 a 10, y los cálculos que determinan el nivel de peligro siguen siendo los mismos’, confirmó Binzel. ‘La diferencia es que la redacción para cada categoría ahora describe mejor la atención o respuesta merecida por cada una’.
En la escala original los NEO que se clasificaban de 2 a 4 – en la zona amarilla – eran descritos como «merecedores de atención». La escala revisada describe los objetos con esas clasificaciones como «merecedores de atención por parte de los astrónomos, y no necesariamente por el público», informó Binzel. Ahora para los objetos en Nivel 4, «sugerimos que la atención del publico y oficiales públicos es merecida si el encuentro sucederá en menos de una década. En otras palabras, mientras tengamos más de 10 años, un Nivel 4 quiere decir, que existe un bajo porcentaje de posibilidad de chocar con la Tierra. Por ejemplo, digamos que hay un 2% o una probabilidad de 1 en 50 de golpear la Tierra. Eso significa que hay 50 a 1 de posibilidades que cuando hayamos recogido suficientes datos el objeto ya se haya ido», explicó Binzel.
«Estamos intentando dar una indicación desde el punto de vista de un astrónomo sobre si pensamos que es necesaria la preocupación pública, o si es merecida la intranquilidad de algún gobierno oficial», expuso. «Estas son solamente sugerencias, y cada quien va a tomar sus propias conclusiones. Pero la escala Torino ahora proporciona algunas indicaciones acerca de en qué deben estar basadas estas conclusiones».
Desde el principio, una escuela de pensamiento opuesto emergió de los debates de la comunidad astronómica sobre la escala Torino, que sostenía, en esencia, que los astrónomos debían mantener su boca cerrada. «Nosotros hablamos mucho sobre si debemos mantener las colisiones potenciales de NEO en secreto o si debemos ser completamente abiertos con lo que observamos cuando lo sepamos», enfatizó Binzel. «Digamos que descubrimos un objeto y basados en los análisis preliminares de su órbita podemos ver que va a acercarse a la Tierra en unos 20 o 30 años. Los astrónomos deben preguntarse – ‘¿Decimos algo o esperamos a recopilar más datos?’ Es una encrucijada».
De hecho, en el verano del 2002, un reportero consiguió cálculos en las páginas sobre NEO de NASA/JPL que aseguraban que el asteroide 2002 NT7 se encontraba en curso de colisión con la Tierra, para estrellarse el 1 de Febrero de 2019, y los divulgó extensamente antes que los astrónomos pudieran corroborar la historia. Efectivamente, tan solo unas pocas observaciones adicionales empujaron el asteroide al «típico e inexorable declive que normalmente vemos en estos casos», como lo dice Steve Chesley, ingeniero a cargo de la oficina del programa NEO de la NASA en JPL. En pocos días, la probabilidad calculada de impacto fue eliminada completamente.
El grupo de trabajo de la Unión Astronómica Internacional (IAU – International Astronomical Union), para el cual Binzel trabaja como secretario, concluyó que para servir de la mejor forma al público que los financia ellos deben hacer disponibles cualquier tipo de datos que obtengan en el momento en que lo consigan, suponiendo que por lo menos se han tomado unos días para verificar los cálculos y adquirir un poco más de datos.
De alguna forma, los astrónomos se encuentran entre la espada y la pared, son culpados si hacen y culpados si no hacen. «Si descubrimos un objeto y encontramos que existe una probabilidad de 1 en 50 de que se estrelle con la Tierra y luego conseguimos más datos y concluimos que va a fallar, muchos reporteros escribirán que cometimos un error», indicó Binzel. «No es del todo un error, sino un proceso científico en marcha. Por lo que los astrónomos enfrentan el riesgo que los medios reporten que cometimos un error y que no sabemos lo que estamos haciendo, cuando en verdad estamos tratando de llevarles la mejor información en el momento en que la adquirimos, tal como los meteorólogos hacen con la predicción de huracanes».
Finalmente el consenso – «que no significa que todos estén de acuerdo», Binzel subrayó – sostuvo. La comunidad astronómica debe ser abierta con los datos, aún cuando deje a los científicos vulnerables a la crítica.
«Si tenemos la responsabilidad de dar a conocer efectivamente los datos en tiempo real, entonces también tenemos la responsabilidad de tener buenas herramientas para explicar lo que encontramos», dijo Binzel. «Ese es el objetivo de la escala Torino».
Desde que la IAU adoptó la escala Torino, por lo menos otras dos herramientas se han desarrollado:
- La Escala Técnica de Riesgo de Impacto (Technical Impact Hazard Scale) de Palermo, introducida en el 2001, compara la probabilidad del impacto de un objeto, teniendo en cuenta la cantidad de tiempo entre la fecha del potencial impacto, con la posibilidad que un objeto aleatorio del mismo tamaño choque con la Tierra en el mismo intervalo de tiempo.
- La Relación Purgatorio, diseñada y puesta en marcha en el 2003 por Brian Marsden del Minor Planet Center, la gran oficina central para los datos de asteroides, se enfoca en la relación que existe entre la dirección conocida de un objeto recién descubierto con la cantidad de tiempo antes que ocurra cualquier posible impacto que se ha predicho.
«Tanto la escala Palermo como la Relación Purgatorio proporcionan mediciones sobre la calidad de la información disponible, pero aún necesitas de científicos para interpretar lo que significan los números», dijo Binzel. «Con la escala Torino, la interpretación se hace completamente antes de tiempo, por lo que puedes determinar rápidamente lo que significa. Si dices que es un 1 en la escala Torino, puedes ir a mirar en tu anillo decodificador – piensa en la escala Torino como un anillo decodificador – y descubrirás que es ‘un descubrimiento de rutina en el que se predice un recorrido cercano a la tierra que no presenta algún nivel inusual de peligro’. ‘Oh, esta bien’. No son noticias. La escala Torino es realmente una aproximación directa – casi una aproximación completa – que permite a los reporteros de ciencia y al público entender en que categoría entra un objeto y si deben de estar preocupados».
La Escala Técnica de Riesgo de Impacto y la Relación Purgatorio se han utilizado con menos frecuencia que la escala Torino, la cual se ha beneficiado de la promoción por parte de los expertos en asteroides de NASA, quienes proveen la mayoría de los fondos para los programas de investigación sobre la búsqueda de asteroides. Sin embargo, Binzel las ve a todas como herramientas viables, complementarias y no necesariamente competitivas. «Este es un problema bastante multidimensional, tanto en términos de la ciencia como en términos de la comunicación al público, y herramientas diferentes tienen sus usos diferentes», dijo. «Mi opinión es que cualquier herramienta que permita entender es una buena herramienta».
La escala Torino realmente se encuentra dirigida al público, y su objetivo en efecto es llegar a ser la escala Richter del mundo de los asteroides. «Si alguien dice, ‘Oh hubo un terremoto de magnitud 2 hoy en California’, tu dirías, ‘¿Y que?’ Si dicen que era de 6, eso provocaría una reacción completamente diferente», afirmó Binzel. «La escala Torino es similar en ese sentido. Si estas tratando con un NEO que esta en 1 o 2, debería haber una reacción inmediata que sería de no preocupación para ti ni para tus intereses. Cuando llegas hasta 8 en la escala Torino has alcanzado finalmente la certeza que un objeto aproximándose a la Tierra va a estrellarse y causara efectos locales’, casi como sabes que un 8 en la escala de Richter causara que levantes las cejas y se destruyan edificios. Objetos que entren en los niveles 8, 9 o 10 de la escala son un impacto seguro contra la Tierra. Un 9 en la escala Torino indica grandes efectos regionales, y 10 significa la catástrofe final. ‘Pero un 1 en la escala Torino es de rutina».
Ahora la cuestión es solamente que la escala llegue a ser bien conocida e interpretada. «Siempre he creído y entendido que existe una larga curva de aprendizaje en la gente para que entiendan lo que significan los números», reconoció Binzel. El está seguro que el reconocimiento del sistema de escala numérica crecerá con el tiempo.
Cuando miras la escala Torino codificada con colores brillantes, es difícil no notar su parecido con el sistema de alerta del Plan de Seguridad Terrorista. «Leí en alguna parte – y no sé como documentar esto – que cuando estaban trabajando en la escala del Plan de Seguridad, utilizaron la escala Torino como modelo», dijo Binzel.
Sea eso cierto o no, lo que es verdad es que el sistema de alerta del Plan de Seguridad Terrorista fue catalogado de inútil. «Habiendo inventado mi propia escala, vi y escuché las críticas hechas a la escala del Plan de Seguridad con mucho interés», afirmó Binzel. Entre las críticas mas importantes a la escala de Seguridad se encuentra que no le dice al público lo que deben hacer o a que nivel deberían estar preocupados. «En las revisiones a la escala Torino, intenté poner atención a esas y otras criticas y respondí a esos juicios como si estuvieran dirigidos contra la escala Torino».
Entonces, ¿La escala Torino funciona más efectivamente que el sistema de alerta del Plan de Seguridad Terrorista?
Consideremos el objeto cercano a la Tierra clasificado más alto hasta la fecha en la escala Torino – el asteroide 2004 MN4, que fue catalogado en nivel 4 el pasado Diciembre. «Se dijo entonces que tenía cerca de un 2 por ciento de posibilidad de golpear la Tierra en el 2029 o en unos 25 años», recordó Binzel. «Luego de estudiar más a fondo la órbita del asteroide, sin embargo, ese asteroide ha sido ahora clasificado en nivel 1, efectivamente ninguna oportunidad de colisión, el resultado enfatizaba correctamente que el nivel 4 era el mas probable. Yo dejo en manos de otros tomar esa decisión acerca de si la escala Torino revisada hizo un buen trabajo allí».
Aunque la posibilidad que algo golpee la Tierra y ocasione un impacto importante es «muy remota», de acuerdo a Binzel, es aún posible. «La única forma de estar completamente seguros que no existen impactos de asteroides en el horizonte es continuar mirando».
Los astrónomos están identificando y rastreando más y más NEO con telescopios en todo el mundo. Los esfuerzos que NASA patrocina incluyen proyectos como la Investigación Lincoln sobre Asteroides Cercanos a la Tierra (Lincoln Near Earth Asteroid Research) en MIT, la Búsqueda de Objetos Cercanos a la Tierra del Observatorio Lowell (LONEOS – Lowell Observatory Near-Earth Object Search), y el programa de Rastreo de Asteroides Cercanos a la Tierra (NEAT – Near-Earth Asteroid Tracking) desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro. Al irse descubriendo nuevos NEO, cada uno debe ser clasificado.
«No hay un aumento en el número de asteroides allá afuera o en la frecuencia en que estos se encuentran con nuestro planeta», dijo Binzel. «Estos objetos siempre han estado allí. Lo que ha cambiando es nuestro atención hacia ellos. Ahora sabemos que están afuera y tenemos el conocimiento de cuando pueden aproximarse, y una vez los astrónomos tienen esa capacidad, nuestro reto es saber como comunicar ese conocimiento».
El objetivo ahora, dijo Binzel, es llevar la escala Torino a manos de las personas, o a los archivos, o a las yemas de sus dedos, para que cada vez que un nuevo asteroide sea descubierto, podamos decir: «Es un 1 o 2 o lo que sea en la escala Torino – y la gente y los reporteros de ciencia puedan mirar y saber lo que eso significa, y que conozcan que no es nada inusual. Queremos asegurarnos de que esta sea una herramienta disponible para que las personas interpreten nuevos descubrimientos».