Un objeto misterioso da vueltas alrededor de la Tierra
Por :Fernando Muñoz Sagasta
Algo extraño está girando alrededor de nuestro planeta. Es pequeño, quizá de sólo 60 pies (18 metros) de longitud y rota aproximadamente una vez por minuto.
Andrea Aletti del Observatorio Astronómico Schiaparelli realizó esta fotografía de diez minutos de exposición de J002E3 deslizándose entre las estrellas de la constelación de Tauro el 17 de septiembre. J002E3 rota o gira sobre su propio eje aproximadamente una vez por minuto, lo cual produce las variaciones de su luminosidad que se pueden apreciar en la fotografía.
Fue el astrónomo aficionado Bill Yeung quien descubrió el punto luminoso de magnitud 16 el 3 de septiembre en la constelación de Piscis. Lo llamó J002E3.
Aunque inspecciones automatizadas en busca de asteroides escudriñan los cielos cada pocas semanas, no hubo rastro del objeto de Yeung antes de este año. “Debe de haber entrado en la órbita terrestre recientemente”, dice Paul Chodas, del “Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de JPL” de la NASA. “Pero no cuadra con ninguna astronave lanzada al espacio recientemente”.
En otras palabras, es un misterio.
¿Podría ser una nave extraterrestre? “Si lo es”, dice Chodas, “los extraterrestres no son buenos pilotos. La órbita de J002E3 es caótica: Gira alrededor de la Tierra a razón de, aproximadamente, una vuelta cada cuarenta y ocho días, acercándose a nuestro planeta tanto como la Luna y alejándose como máximo a una distancia doble de la lunar. Su órbita está cambiando constantemente como consecuencia de las perturbaciones gravitacionales del Sol y de la Luna.
Al principio Yeung y otros pensaron que J002E3 podría ser un pequeño asteroide –una hipótesis razonable. El objeto es tan luminoso como un meteorito de 30 metros de ancho y rota tan rápidamente como un asteroide. Marte y Júpiter habían capturado satélites otras veces; quizás ahora la Tierra haya hecho lo mismo.
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Haz clic en la imagen para ver animaciones de la atípica órbita de J002E3 [más]
Se trataba de una buena idea, excepto por el color.
El 12 de septiembre los astrónomos de la Universidad de Arizona al medir el espectro de luz solar reflejada por el J002E3 hallaron lo siguiente: “Los colores concordaban... con el color blanco de dióxido de titanio –la clase de color que la NASA usaba en los cohetes lunares Apolo hace 30 años,” dice Carl Hergenrother, el cual dirigía la investigación junto con su colega Robert Whiteley.
De modo que J002E3 podría ser una astronave después de todo –una antigua astronave procedente de la Tierra. Pero ¿dónde habría estado durante todos estos años? “Girando alrededor del Sol,” responde Chodas. “Yo había hecho un cálculo retrospectivo de la trayectoria de J002E3 mediante el cual descubrí en donde había estado anteriormente”, nos explica. Al parecer, J002E3 dejó la Tierra en 1971 y, tras dar sobre unas 30 vueltas alrededor del Sol, regresó de nuevo. Chodas, un especialista en movimientos planetarios que ha observado muchísimas órbitas complejas, dice: “Nunca había visto nada igual”.
A primera vista, podría parecer que J002E3 procede del Apolo 14. Esta misión empezó en enero de 1971 y, según los cálculos de Chodas, J002E3 habría abandonado la órbita terrestre en marzo de ese mismo año. No obstante, hay una objeción: La NASA ha inventariado todas las grandes piezas del Apolo 14 y no echa en falta ninguna.
Chodas detalla la misión: El 31 de enero de 1971, un cohete Saturno V despega desde Florida con Al Shepard y Stuart Roosa a bordo. Dos fases del cohete caen a la Tierra cuando agotan su combustible. Una tercera fase, el tanque de fuel S-IVB y el motor del cohete, el cual impulsó a la tripulación desde la órbita terrestre hacia la Luna, también fueron desechados. Sin embargo, el S-IVB no cayó a la Tierra sino que se estrelló en la Luna. Los controladores de la Tierra lo dirigieron hacía allí con el propósito de proporcionarle un impacto a las estaciones de medición sísmica de la Luna. El módulo lunar Antares también fue deliberadamente estrellado –suministrándole más datos a la red sísmica. El módulo de mando Kitty Hawk trajo de vuelta a la tripulación a la Tierra.
El cohete Saturno V del Apolo 12 aguarda su lanzamiento en 1969.
J002E3 no podía ser ninguna de esas cosas. “Hay una probabilidad remota de que pueda ser uno de los paneles del cohete – Lunar Module Adapters (SLA)” añade Chodas, “si bien J002E3 parece ser demasiado luminoso para tratarse de uno de éstos”.
Otra posibilidad es que J002E3 sea un S-IVB del Apolo 12. Al igual que el Apolo 14, el S-IVB del Apolo 12 no se estrelló en la Luna. La tripulación se deshizo de él el 15 de noviembre de 1969 cuando estaba a punto de agotar el combustible. Una vez que los astronautas estuvieron lo bastante lejos, los controladores de la Tierra encendieron el motor del S-IVB con la intención de enviar el tanque de 60 pies de longitud a la órbita solar, pero algo salió mal; la ignición duró demasiado. En vez de entrar en la órbita solar, el S-IVB entró en una órbita inestable alrededor de la Tierra y la Luna “muy similar a la órbita actual de J002E3”, observa Chodas.
Finalmente, el S-IVB del Apolo 12 desapareció – nadie sabe a dónde. Quizá las fuerzas gravitacionales del Sol y de la Luna se acumularon hasta que en 1971 impelieron suavemente al motor lejos de la Tierra. Siguiendo este guión, debería haber estado dando vueltas en torno al Sol durante treinta y un años hasta que en el 2002 fue captado de nuevo de nuevo por la gravedad de la Tierra .
“Es una hipótesis plausible”, dice Chodas, “pero todavía mera especulación”.
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Unidos a la fase del Saturno V, los cuatro paneles del Lunar Module Adapter son recogidos a la posición completamente abierta. Esta fotografía fue hecha durante la misión del Apollo 7. [más]
Sea lo que fuere, J002E3 está realizando un increíble viaje por el sistema solar –viaje que no ha concluido todavía. Los cálculos de Chodas indican que J002E3 abandonará la Tierra otra vez en junio de 2003 para reanudar su órbita en torno al Sol. “Treinta años después,” observa Chodas, “podría regresar otra vez”.
Si regresa de nuevo, quizá sea recibido por los astronautas en sus habituales “carreras lácteas” entre la Tierra y la Luna, los cuales podrían dar un pequeño rodeo y descubrir, de una vez por todas, lo que J002E3 es en realidad: una atracción histórica, o algo absolutamente inesperado...
Por ahora, lo mejor que podemos hacer es observar a J002E3 desde lejos –un no resuelto punto de luz fácilmente detectado por telescopios de entre 8” y 10” con cámaras CCD. Esta semana J002E3 está deslizándose por la constelación de Tauro. ¿A dónde ira después? Descúbrelo visitando el sitio web de Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de JPL, el cual ofrece unas útiles efemérides a los observadores astronómicos. J002E3 no estará con nosotros durante mucho tiempo, ¡así que píllalo mientras aún puedes!
Nota 2 del editor: ¿Puede el telescopio Hubble fotografiar a J002E3 para ver así lo que es realmente? No. Con su espejo de 2,4 metros de diámetro, el objeto más pequeño que puede captar a la distancia lunar es de alrededor de 80 metros de longitud. J002E3 no excede de 30 metros de longitud si es un asteroide o de 20 metros si es un S-IVB –por lo tanto, es demasiado pequeño para el Hubble.
Nota 1 del editor: Al comienzo de esta semana, Chodas observó que J002E3 podría colisionar con la Luna en el 2003. La probabilidad que estimaba era del 20% -una cifra que fue ampliamente publicada en los medios de comunicación. La probabilidad ha disminuido desde entonces. Sus cálculos más recientes señalan que J002E3 tiene una probabilidad de menos de un 1% de colisionar con la Luna antes de junio de 2003 y ninguna probabilidad de colisionar con la Tierra. No obstante, si J002E3 colisionase con la Tierra, observa Chodas, nunca alcanzaría la superficie de nuestro planeta. “Se desintegraría completamente en la atmósfera como un hermoso bólido”. Considerando la posibilidad de un impacto lunar, el profesor Jay Melosh de la Universidad de Arizona explica que J002E3 no está viajando lo suficientemente rápido como para dar origen a un luminoso bólido en el caso de que se estrellase en la superficie lunar. “Lo más probable,” dice, “es que el impacto produjese una resplandeciente nube infrarroja como la que pudieron observar los astrónomos cuando los cohetes japoneses Hiten se estrellaron en la Luna en 1993”.