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Instituto SETI

Un sonido de trueno

Un sonido de trueno

Por :Francisco M. Pulido Pastor

¿Que significa el viaje en el tiempo?


Por Seth Shostak, Instituto SETI

Imagine esto: a sólo medio siglo en el futuro, algún inteligente científico de Chicago inventa una máquina del tiempo, un pesado montón de silbante maquinaria que puede transportarle a millones de años en el pasado con una precisión de unos pocos centímetros en el espacio, y de unos cuantos milisegundos en el tiempo.

Imagine lo que podría hacer con este aparato. Imagine la sorprendente oportunidad para responder a algunas preguntas realmente importantes; preguntas cósmicas, de hecho.

Con tales posibilidades atravesando mi cráneo, estaba preparado para la profundidad y listo para la revelación mientras me sentaba a ver la nueva película de Peter Hyams, 'Un sonido de trueno'(A sound of thunder). Dos minutos más tarde, estaba vomitando sobre mis nachos de ocho dólares. ¡Resulta que la aplicación asesina para una máquina capaz de rebobinar el reloj es la de enviar a unos 'maromos' ricos al Cretácico para cazar dinosaurios!.

Es profundo, amigo. Quiero decir, ¿qué tal encontrar si el Homo sapiens realmente se extendió desde África?. ¿Qué tal aprender si una roca gigante del espacio realmente causó la gran extinción del Pérmico, o si Marte ha tenido alguna vez océanos?. ¿O tal vez podríamos tan solo comprobar si Shakespeare era una mujer?.

Construir una máquina del tiempo y usarla después para safaris Mesozoicos es comparable a desarrollar un programa espacial simplemente para ofrecer a los turistas la experiencia del sexo sin gravedad.

Pero OK, es una película después de todo, y bastante pronto algunos dudosos viajeros temporales son lanzados a 65 millones de años en el pasado. Armados con pistolas criogénicas de bolas de pintura, caminan cautelosamente a través de una fétida jungla prehistórica, acechando a objetivos 'lagartijeriles'. Sobre la pista, hay un subterráneo 'batacazo'. Y otro . Los helechos vibran, y los charcos de agua se ondulan. Es el acercamiento de un dentón Alosaurio, anunciando su presencia con pasos que miden dos dígitos en la escala de Richter (¿'Parque Jurásico', cualquiera?). Me pregunto sobre esto. Después de todo, los elefantes, cuyo peso es comparable al de un alosaurio, no sacuden el suelo. ¡Y las únicas presas de las que los elefantes tienen que preocuparse son las plantas!.

Los turistas han sido aleccionados en las tres leyes del viaje temporal: no dejes nada detrás, no traigas nada de vuelta, y nunca cambies nada en el pasado. Pero al igual que las leyes de la robótica de Isaac Asimov, por no hablar de aquellas que regulan las drogas o el aparcamiento, estas reglas están hechas para romperlas.

Uno de los viajeros temporales accidentalmente pisa a una mariposa, cambiando el curso de la naturaleza nunca tan ligeramente. Matar un alosaurio no –esa bestia iba a morirse de cualquier modo, clavarse en el barro e incinerarse por un volcán cercano que hace estallar su cima. Los operadores turísticos lo saben. Pero la mariposa... bueno, eso no estaba planeado. Y, ¿probablemente usted ha oído hablar del 'efecto mariposa' de la teoría del caos, en la que ligeras irregularidades pueden dar lugar a consecuencias importantes?. En este caso una ligera alteración en el drama diario de la vida tiene 65 millones de años en los que salirse de control.

Y por supuesto lo hace – y esa es la verdadera esencia de esta película, al igual que en la historia corta de Ray Bradbury en la que está basada. Pero además de entretener con lo que podría haber sido, 'Un sonido de trueno' también inadvertidamente se dirige a unos cuantos temas importantes.

El viaje en el tiempo, en primer lugar. El verdadero acertijo de regresar en el tiempo es que uno podría matar a su abuela, o en el caso de esta película, a la abuela de todos. Si pisar esa mariposa cambia sustancialmente el curso de la evolución, entonces presumiblemente la máquina del tiempo nunca habría sido inventada, los turistas nunca habrían sido enviados, y la mariposa nunca pisoteada.

Bradbury trató este sesudo problema postulando sólo ligeros cambios en el mundo de hoy. La película, sin embargo, recurre a un truco extravagante: las diferencias evolutivas causadas por aplastar un insecto aparecen en el presente como discontinuas 'ondas en el tiempo' que barren la ciudad cada pocas horas como tsunamis desenfocados. Cada onda trae una nueva, y más severa, alteración, afectando finalmente a la misma existencia del Homo sapiens. Esto añade una cierta tensión a la historia, aunque desde una perspectiva científica, es simplemente absurdo.

Después están los científicos mismos. Las películas americanas normalmente no tratan muy bien a los científicos: son unos antiguos en el mejor de los casos, y malévolos y locos en el peor ('tenemos que salvar al monstruo para la ciencia' suplicarán, mientras el militar intenta tratar con una bestia radiactiva de 60 metros de alto en la cruz, que está allanando concienzudamente Nueva York). Sin embargo, los científicos de esta película son ecologistas (lo que resulta una curiosa preparación académica para inventar una máquina del tiempo, pero en fin...), y es bueno ser verde. Esto es especialmente cierto a medida que los investigadores tratan de advertir a todo el mundo sobre los posibles peligros del viaje temporal, lo que suena un poco como Einstein alertando a Truman sobre el armamento atómico. Pero a pesar del hecho de que estos científicos tienen buenas intenciones e incluso son guapos, su mensaje es todavía básicamente anticientífico: 'hay algunas cosas que la humanidad no debería saber'.

Aparte de eso, el mensaje realmente interesante aquí es la fragilidad, o todo lo contrario, de la evolución biológica. Si la muerte accidental de un simple insecto hace 65 millones de años pudo conducir a la vida por un camino tan diferente que los seres inteligentes nunca aparecieran, entonces nuestra existencia en este planeta es, como algunos proclaman, simplemente el resultado más altamente improbable del azar y la contingencia. Y en el otro lado, si la inteligencia es un atributo seriamente útil y accesible para algunas criaturas, entonces nosotros - o algo como nosotros – evolucionaría sobre la Tierra más pronto o más tarde sin importar lo que les pasara a las mariposas.

Este es uno de los aspectos más controvertidos de la empresa del SETI. Mientras que sabemos que los planetas son abundantes, y mientras sospechamos que la vida puede ser bastante común, la inteligencia es un desarrollo cuya probabilidad todavía es desconocida. Quizá sea tan rara como las orquídeas en el desierto.

Podríamos resolver esta controversia encontrando una señal de seres inteligentes de cualquier otro lugar, por supuesto. Y al menos uno de los beneficios de un descubrimiento así sería saber que, si alguien inventa alguna vez una máquina del tiempo, los cazadores de dinosaurios no tendrán que andarse con tanto cuidado.

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