En busca de pálidos puntos azules
Por :Jesús Canive
Una fotografía reciente tomada por la nave espacial Cassini muestra al poderoso Saturno, pero si se mira con atención entre sus anillos, se puede ver una débil luz.
Ese punto diminuto es la Tierra, bullendo de vida, como sabemos. Uno de los objetivos fundamentales de la Astrobiología es encontrar otro “punto azul pálido” como la Tierra en un sistema planetario más allá del nuestro. Pero si los científicos logran sacar algún día dicha fotografía ¿Cómo sabrán si hay alguien en casa?

La Tierra vista como un punto azul pálido desde Saturno.
Crédito de la imagen: NASA/JPL/Space Science Institute
Una fotografía reciente tomada por la nave espacial Cassini muestra al poderoso Saturno, pero si se mira con atención entre sus anillos, se puede ver una débil luz. Ese punto diminuto es la Tierra, bullendo de vida, como sabemos. La imagen es la segunda que se haya tomado de nuestro mundo desde el espacio profundo. La primera la realizó la nave espacial Voyaguer en 1990, causando el asombro de muchas personas, incluido el famoso astrónomo Carl Sagan quien llamó a nuestro, aparentemente pequeño planeta, un “punto azul pálido” y “el único hogar que hemos conocido”.
El pasado septiembre, una parte de la imagen de la Cassini que muestra la Tierra fue desvelada a un auditorio repleto de científicos que asistían al tercer Taller del Punto Azul Pálido en el Planetario Adler en Chicago. El taller reunió a científicos de dentro y fuera de EE.UU. para hablar acerca de cómo encontrar vida en el universo, un tema central en el campo interdisciplinario de la astrobiología. Cuando se mostró la imagen a los participantes, estos espontáneamente empezaron a aplaudir. Uno de sus principales objetivos es conseguir una fotografía como la de la Cassini que muestro otro “punto azul pálido” como la Tierra en un sistema planetario más allá del nuestro.
Si los científicos alguna vez llegan a conseguir dicha fotografía, ¿Cómo sabrán si hay alguien en casa? Uno de los participantes en el taller, el Dr. Wes Traub del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadera, afirma que una foto de un planeta azul claro fuera de nuestro sistema solar, podría indicar que el planeta tiene atmósfera, un tentador signo de que pudiera albergar vida. “En nuestro sistema solar, somos el único pequeño planeta azul claro”, afirma. La Tierra parece azul debido a que su atmósfera esparce luz azul a su alrededor, llenando literalmente el cielo de color azul.
Pero los colores son sólo indicios. Un planeta que tenga atmósfera puede ser azul o no. Marte tiene atmósfera, aunque pequeña, y es rojo. La luz azul en el cielo marciano es absorbida por las moléculas en la superficie que contienen hierro que irradian el rojo.
Al final, los astrobiólogos necesitarán datos adicionales para determinar si un planeta extrasolar es habitable, y si lo es, si alberga vida. Se espera que futuras misiones en busca de planetas como la “Terrestrial Planet Finder” (Buscador de Planetas parecidos a la Tierra) de la NASA traigan tanto datos “espectrales” valiosos como imágenes de planetas aparentemente tan pequeños como la punta de un alfiler. Los espectros son representaciones en forma de arco iris del conjunto de diferentes longitudes de onda de la luz.

Una vista de la Tierra desde la Voyager 1, a una distancia de mas de 4 000 millones millas. La Tierra es el punto en medio de la franja brillante.
Crédito de la imagen: NASA/JPL
Para determinar si se puede vivir en un planeta, los científicos buscarán dióxido de carbono y vapor de agua, signos de que un planeta tiene atmósfera y océanos, respectivamente. Las atmósferas no sólo proporcionan aire para respirar, sino que también actúan como una cubierta que ayuda a mantener el calor y a amortiguar y proteger a los potenciales habitantes de la dañina luz ultravioleta y de los rayos cósmicos. Los océanos ayudan a regular la temperatura del planeta y proporcionan agua líquida, un ingrediente esencial para la vida en la Tierra.
Otras moléculas que envuelven el planeta como el oxígeno, el ozono y el metano, pueden sugerir que la vida ha enraizado. En la Tierra, el oxígeno es respirado por las plantas y el metano por los microorganismos que viven en pantanos y animales. Estos elementos químicos no se quedan mucho tiempo solos, de manera que si permanecen en un planeta extrasolar, algo los debe estar generando. Ese algo puede ser la vida, pero este no siempre es el caso. Titán, el satélite de Saturno, está rodeado por una atmósfera que contiene grandes cantidades de metano que no ha sido producido por la vida.

Formaciones atmosféricas en forma de rayas en Venus.
Crédito: ESA/VIRTIS/INAF-IASF/Obs. de Paris-LESIA
Los científicos afirman que el oxígeno es un signo de vida más fiable que el metano, pero si se encuentran grandes cantidades de ambos estarían más convencidos. “Encontrar dos de estas moléculas juntas sería mucho mejor que una. Cuanto más mejor”, declara la Dra. Victoria Meadows del Centro de Ciencia Spitzer de la NASA en Pasadera, quien ha dirigido la tercera Conferencia del Punto Azul Pálido. “Por ejemplo, si encontramos dióxido de carbono, oxígeno y vapor de agua, además del metano, entonces estaríamos bastante convencidos de que estamos ante un ambiente similar al nuestro”.
No todas las moléculas son indicadores buenos. Por ejemplo, abundantes cantidades de dióxido de azufre, sugieren un planeta seco y muerto. Este compuesto químico se disolvería en los océanos del planeta, caso de tenerlos, de manera que su presencia significa que es poco probable que haya mucho agua en la zona. Venus es uno de estos planetas sedientos con una gruesa atmósfera que contiene dióxido de carbono y dióxido de azufre.
Existen otros indicios de vida que buscan los astrobiólogos. En el taller los científicos hablaron acerca de buscar pigmentos en planetas cubiertos con limo o cieno, tal y como la joven Tierra puede haber estado y sobre la búsqueda sistemática de signos tecnológicos de civilizaciones. Trataron de la observación de cambios globales en un planeta a lo largo del tiempo (una señal de climatología, continentes y posiblemente vida. Y hablaron acerca de los colores de la vegetación, especialmente la luz infrarroja en la que las plantas brillan con fuerza.
Cuando se trata de planetas extraños, los científicos dicen que debemos estar preparados para lo inesperado. “Uno de los mensajes que surgieron del taller es que los planetas son un complicado resultado de aquello con lo que están hechos y de sus historias. Los planetas son potencialmente tan diversos como las personas”, afirma Meadows. “Sólo en los últimos años, hemos encontrado evidencias de que planetas extrasolares pueden no ser nada parecido a los de nuestro sistema solar. Eso es lo que es tan excitante. No sólo la posibilidad de encontrar otro planeta como la Tierra, sino la oportunidad de buscar también mundos verdaderamente alienígenas”.
Véase también: En la sombra de Saturno