Origen del cerebro en los vertebrados
Por :Jesús Canive
Análisis genéticos de una criatura con forma de gusano recogida en las profundidades de Atlántico Norte, arrojan luz sobre el ancestro de los cordados, animales vertebrados que incluyen al ser humano.
Resumen: (4 Noviembre 2006): Análisis genéticos de una criatura con forma de gusano recogida en las profundidades de Atlántico Norte, arrojan luz sobre el ancestro de los cordados, animales vertebrados que incluyen al ser humano. Este estudio confirma que el ancestro común de los cordados no tenía cerebro, sino un sistema neuronal difuso sobre su superficie. Este hallazgo, que implica que el cerebro puede haber evolucionado independientemente en más de dos linajes distintos de animales, tiene implicaciones para la comprensión de cómo evoluciona la inteligencia.
Basado en una entrega de la Universidad de Florida

Xenoturbella
Crédito: innovations report
Análisis genéticos de una oscura criatura con aspecto de gusano hallada en las profundidades del Atlántico Norte ha llevado al descubrimiento de un nuevo filo
(N. del T. Filo: Taxón o rango de clasificación que está entre reino y clase.), un acontecimiento poco frecuente en una época en la que la mayoría de los organismos ya han sido agrupados dentro de las principales categorías evolutivas.
El análisis parece arrojar luz sobre el ancestro de los cordados, los animales vertebrados que incluye a los seres humanos y dos pequeños grupos de invertebrados íntimamente relacionados entre sí: los lancelets y los tunicates.
Supone una tremenda sorpresa que esta misteriosa criatura del fondo del mar nos vaya a ayudar a comprender nuestro lejano pasado, afirma Leonid Moroz, un profesor de neurociencia y zoología en el Laboratorio de Biociencias Marina UFs Whitney, cerca de San Agustín y uno de los investigadores que ha participado en el descubrimiento.
Moroz y otros 13 científicos informaron de sus hallazgos el 2 de Noviembre en la revista Nature.
Los científicos se han quebrado la cabeza durante mucho tiempo con la criatura que tiene una longitud de media pulgada (un centímetro) conocida por el nombre científico de Xenoturbella y que fue hallada por primera vez en el Mar Báltico hace más de 50 años. Los primeros investigadores genetistas la identificaron como un tipo de molusco, pero los científicos descubrieron que le ADN de molusco en realidad no procedía del propio organismo sino de su estrecha asociación con almejas y posiblemente de su habito de comer huevas de moluscos, afirma Moroz. La Xenoturbella no parece tener cerebro, intestino o gónadas, lo que la convierte en única el reino animal.
En el Laboratorio Whitney, Moroz y sus colaboradores realizaron una secuenciación más precisa del genoma, identificando 1300 genes, incluidos los mitocondriales, lo que contribuyó a revelar una sorpresa: La Xenoturbella pertenece a su propio filo, una amplia clase de organismos que quedan por debajo de reino en la clasificación taxonómica. Existen solamente 32 filos en el reino animal.

Toda la vida sobre la Tierra tiene una química similar basada en el ADN.
Crédito: NASA
Durante los últimos 50 a 60 años, solo se han establecido unos pocos filos, afirma Moroz.
Quizás aun más trascendente, el análisis de Xenoturbella parece confirmar que los seres humanos y otros cordados comparten un ancestro común, una primicia científica. Sus características extremas sugieren que este ancestro común que la criatura comparte con sus filos hermanos, equinodermos y hemicordados, así como los cordados no tenían cerebro o sistema nervioso central.
Es un organismo basal que, por azar ha mantenido las características basales presentes en nuestro ancestro común, declara Moroz. Esto muestra que nuestro ancestro común no tenía cerebro sino un difuso sistema neuronal en su superficie.
El registro genético reconstruido del que se informa en el artículo de la revista Nature también implica que el cerebro puede haber evolucionado independientemente más de dos veces en linajes animales diferentes, aclara Moroz. Esta conclusión contrasta enormemente con la visión ampliamente aceptada de que el cerebro, como centro de un sistema nervioso, tiene un origen único, destaca Moroz.
Los hallazgos arrojan luz sobre la historia de la evolución de la vida sobre la Tierra. Estudiar cómo han evolucionado los organismos en nuestro planeta puede ayudar a los astrobiólogos a comprender cómo puede haber evolucionado la vida en otros sistemas planetarios del Universo. Además, los cambios que ha experimentado la vida pueden facilitar pistas acerca de cómo la vida interactúa con el ambiente continuamente cambiante de la Tierra.