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Lanzamiento de balón

Lanzamiento de balón

Por :Manuel J. Gómez

Unas investigaciones recientes indican que la forma actual de uno de los cuerpos principales del cinturón de Kuiper, es el resultado de un gran impacto que ocurrió en la misma época en que la Tierra estaba formándose.


Resumen: Unas investigaciones recientes indican que la forma actual de uno de los cuerpos principales del cinturón de Kuiper, es el resultado de un gran impacto que ocurrió en la misma época en que la Tierra estaba formándose. Estos descubrimientos pueden proporcionar mucha información respecto al tipo de interacciones que pueden darse entre objetos celestes lejanos e, incluso, respecto a cómo estos eventos pueden ser el origen de cometas que viajan hacia la parte interna del Sistema Solar.



Basado en una nota emitida por Caltech.

Esta imagen es una aproximación de la forma del objeto 2003 EL61 del cinturón de Kuiper 2003 EL61. Crédito: Caltech


En las regiones externas del Sistema Solar existe un objeto conocido como 2003 EL61, que tiene el aspecto y el movimiento de un balón de fútbol americano lanzado, mediante un botepronto, a través de la proverbial portería de la vida (como dice la canción “Drop Kick Me Jesus Through The Goalposts Of Life”, nota del traductor).

Todavía esperando a que le pongan un nombre más poético, el objeto 2003 EL61 pasó desapercibido por los medios cuando Plutón fue degradado de su condición de planeta clásico, el año pasado. Sin embargo, nuevos descubrimientos pueden convertirlo en uno de los objetos del cinturón de Kuiper más importantes para entender como funciona el Sistema Solar. En la revista Nature, el descubridor del objeto, Mike Brown, anunció con sus colaboradores que una familia completa de cuerpos celestes parece haberse originado a partir de una catastrófica colisión en la que participó 2003 EL61, en la época en que la Tierra estaba formándose.

Brown y su equipo basan sus suposiciones en las similitudes existentes, en cuanto a propiedades de superficie y dinámica orbital, entre el objeto 2003 EL61 y otros cuerpos más pequeños situados en su cercanía. Han concluido que 2003 EL61 era esférico y casi del tamaño de Plutón hasta que fue embestido por un cuerpo ligeramente más pequeño, hace 4.500 millones de años, y transformado en el objeto con forma de balón de fútbol americano que hoy podemos observar, mas un par de lunas y muchos otros fragmentos que salieron despedidos.
2003 EL 61 es el cuerpo brillante que está en el centro de la imagen. El pequeño objeto que aparece por debajo es una luna hecha de fragmentos que orbita alrededor del 2003 EL 61.
Crédito: Caltech

2003 EL 61 es el cuerpo brillante que está en el centro de la imagen. El pequeño objeto que aparece por debajo es una luna hecha de fragmentos que orbita alrededor del 2003 EL 61. Crédito: Caltech


“Algunos de estos fragmentos están todavía en órbita alrededor del Sol y muy cerca de la órbita del mismo 2003 EL61”, dice Brown, que es profesor de astronomía planetaria en el Instituto de Tecnología de California. “El impacto generó una inmensa bola de fuego y grandes fragmentos helados del objeto mayor se desgajaron y salieron despedidos al espacio, dejando tras de sí una enorme roca cubierta de hielo que giraba sobre sí misma, dando una vuelta cada cuatro horas”.

“Gira tan rápido que se ha deformado hasta adoptar la forma de un balón de fútbol americano que estuviera un poco desinflado y que hubiera sido aplastado”, añade Brown.

Una parte significativa de este descubrimiento es que la colisión ocurrió en una zona del espacio donde las órbitas no son muy estables. “En la mayoría de los casos los objetos van alrededor del Sol sin interaccionar con otros y no tiene porqué ocurrir nada, ni siquiera en 4.500 millones de años”, explica Brown. “Pero en algunos lugares, sin embargo, las órbitas se vuelven locas y cambian, haciendo que, a la larga, la trayectoria de algunos objetos se encamine hacia la parte interna del Sistema Solar, donde pasan a ser lo que nosotros llamamos cometas”.
Algunos científicos creen que los impactos de asteroides y cometas pueden haber traído, a la Tierra primitiva, material que fue importante para el origen de la vida.
Crédito: NASA

Algunos científicos creen que los impactos de asteroides y cometas pueden haber traído, a la Tierra primitiva, material que fue importante para el origen de la vida. Crédito: NASA


Como consecuencia, muchos de los fragmentos siguieron probablemente un camino que los llevó hacia la parte interna del Sistema Solar y, unos pocos de ellos, sin duda cayeron sobre la Tierra. Este estudio, por tanto, proporciona nuevas ideas respecto a cómo evoluciona el Sistema Solar y cómo encajan los cometas en el modelo.

Brown añade que 2003 EL61 montará un número espectacular en alrededor de mil millones de años, si aún hay alguien por aquí para admirarlo.

“Es mucho tiempo para esperar, pero 2003 EL61 podría convertirse en el mayor cometa que haya existido en eones”, dice Brown. “Será unas 6 000 veces más brillante que el cometa Hale-Bopp de hace unos años”.


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