La zona Ricitos de Oro
Por :Heber Rizzo
El estudio de nuestros vecinos solares, Marte y Venus, puede proporcionar a los científicos climatólogos conocimientos valiosos sobre la forma en que las catástrofes climáticas afectan a los planetas.
El conocimiento que los científicos están adquiriendo con las misiones actuales como Mars Express y Venus Express puede ayudarnos a comprender el futuro de la vida sobre nuestro planeta.
Basado en un comunicado de prensa de ESA

Cómo impactan las actividades humanas sobre la calidad global de aire, mostrando puntos calientes urbanos.
Crédito: KNMI/ESA
La Tierra está ubicada entre dos mundos que han sido devastados por catástrofes climáticas. En el esfuerzo para combatir el calentamiento global, nuestros vecinos pueden proporcionar conocimientos valiosos sobre la forma en que las catástrofes climáticas afectan a los planetas.
La confección de modelos climáticos de la Tierra para predecir su futuro ha asumido una importancia tremenda a la luz de la influencia humana en la atmósfera. El clima de nuestros dos vecinos presenta un fuerte contraste con el de nuestro planeta hogar, haciendo que los datos proporcionados por la Venus Express y la Mars Express de la ESA sean invalorables para los climatólogos.
Venus es un infierno nuboso, mientras que Marte es un desierto helado. Como las preocupaciones actuales sobre el calentamiento global ya han logrado una amplia aceptación, sobre los científicos ha aumentado la presión para que propongan soluciones.
El arma principal del arsenal de un climatólogo es el modelo climático, un programa de computadora que utiliza las ecuaciones de la física para investigar la forma en que trabaja la atmósfera de la Tierra. El programa ayuda a predecir la forma en que podría cambiar la atmósfera en el futuro.
“Para el público podría parecer que los modelos climáticos son como bolas de cristal, pero en realidad son simplemente ecuaciones complejas”, dice David Grinspoon, del Museo de la Naturaleza y de la Ciencia de Denver y uno de los científicos interdisciplinarios de la Venus Express.

Marte (izquierda), la Tierra (centro) y Venus (derecha), en tamaños relativos.
Crédito: NASA
Cuanto más observan los científicos a estas ecuaciones, más comprenden lo complicado que es el clima de la Tierra. Grinspoon expone así el asunto: “En cincuenta o cien años, sabremos si los modelos climáticos actuales son correctos, pero si están equivocados, entonces será demasiado tarde”.
Para ayudar a aumentar la confianza en los modelos computacionales, Grinspoon cree que los científicos deberían observar a nuestros planetas vecinos. “Parecería que tanto Marte como Venus comenzaron en forma muy parecida a la Tierra y después cambiaron. Ambos poseen una información climática invalorable para la Tierra”, dice Grinspoon.
La atmósfera de Venus es mucho más densa que la de la Tierra. Sin embargo, los modelos climáticos actuales pueden reproducir bien su estructura de temperatura actual. Ahora, los científicos planetarios quieren hacer retroceder el reloj para comprender porqué y cómo Venus cambió desde sus condiciones iniciales parecidas a las terrestres hasta el infierno actual.
Creen que el planeta experimentó un efecto de invernadero desbocado a medida que el Sol fue calentándose gradualmente. Los astrónomos creen que el Sol joven era menos luminoso que el actual en un 30 por ciento. A lo largo de los últimos cuatro mil millones de años, se fue haciendo gradualmente más luminoso. Durante este aumento, el agua de la superficie de Venus se evaporó y entró en la atmósfera.
La superficie árida y caliente de Venus se oculta detrás de su espesa atmósfera de dióxido de carbono.
Crédito: NASA
El vapor de agua es un poderoso gas de invernadero e hizo que el planeta se calentara aún más. A su vez, esto hizo que se evaporara más agua y llevó a una poderosa respuesta de retroalimentación positiva conocida como efecto invernadero desbocado”, dice Grinspoon.
A medida que la Tierra se calienta en respuesta a una contaminación humana, se arriesga al mismo destino. La reconstrucción del clima pasado de Venus puede ofrecer a los científicos una mejor comprensión sobre cuán cerca está nuestro planeta de una catástrofe parecida. Sin embargo, determinar el momento en que Venus pasó el punto de no retorno no es fácil. Ahí es donde la Venus Express de ESA entra en escena.
La nave se encuentra en órbita alrededor de Venus recogiendo datos que ayudarán a descifrar el pasado del planeta. Venus está perdiendo gas de su atmósfera, de modo que la Venus Express está midiendo la velocidad de esta pérdida y la composición del gas que se escapa. También vigila el movimiento de las nubes en la atmósfera del planeta. Esto revela la forma en que Venus responde a la absorción de la luz solar, porque la energía del Sol proporciona la energía que hace que la atmósfera se mueva.
El desierto de Marte está cubierto por una atmósfera delgada que está compuesta principalmente de dióxido de carbono.
Crédito: JPL/NASA
Además, la Venus Express está mapeando la cantidad y localización del dióxido de azufre en la atmósfera del planeta. El dióxido de azufre es un gas de invernadero y es liberado por los volcanes venusinos.
“La comprensión de todo esto nos ayudará a determinar cuándo Venus perdió su agua”, dice Grinspoon. Ese conocimiento puede introducirse en la interpretación de los modelos climáticos terrestres porque, aunque los planetas ahora parecen ser diferentes, ambos mundos son gobernados por las mismas leyes físicas.
La comprensión del pasado de Marte es igualmente importante. La Mars Express de la ESA está investigando actualmente el destino del planeta rojo. Más pequeño que la Tierra, se piensa que Marte perdió su atmósfera que escapó al espacio. Cuando los volcanes marcianos se extinguieron, también sucedió lo mismo con los medios que tenía el planeta para recomponer su atmósfera, convirtiéndolo en un desierto casi sin aire.
Lo que sucedió en estos dos mundos es muy diferente, pero podría ser igualmente desastroso para la Tierra. “Estamos dependiendo de nuestra capacidad para predecir correctamente el futuro clima de la Tierra”, dice Grinspoon. Cualquier cosa que pueda arrojar luz sobre nuestro propio futuro es valiosa. Por eso, el estudio de nuestros planetas vecinos es vital.
Así, cuando los científicos planetarios hablan sobre explorar otros mundos, también están aumentando nuestra capacidad para comprender nuestro planeta.