Otra vida inteligente... en el laboratorio
Por :Enrique J. Sirvent
Los detalles de las observaciones de SETI son fascinantes (tanto que cuando ponemos en marcha la observación Phoenix, es demasiado fácil olvidar que el enorme trasto justo más allá de la sala de control está realmente siendo usado por otros también).
Mientras, no me debería sorprender ver a los viejos amigos en las bases del observatorio, ver a mi amigo Joel Weisberg y dos de sus estudiantes de Carleton en el desayuno fue un placer inesperado, y me recordaron que el universo humano que observamos en Arecibo es tan rico y convincente como lo que escudriñamos con las señales.
Joel fue un becario posdoctoral en la Universidad de Massachusetts mientras yo me graduaba allí. Ambos estudiamos púlsares e incluso colaboramos en un artículo o dos. Nos hemos carteado ocasionalmente durante años desde la UMass, pero ha sido un auténtico e inesperado regalo verle en Arecibo esas pocas veces en que las observaciones de Phoenix se han superpuesto con una de sus observaciones de púlsares. Cada reunión nos da una oportunidad de ponernos al corriente, y especialmente disfruto oyendo las últimas noticias acerca de púlsares.
Joel no es mi única fuente de mi concentración interior en los púlsares. A menudo almuerzo con Paulo Freire, un miembro de la investigación aquí en el observatorio. Paulo estudia muchos aspectos de los púlsares, pero su especialidad es encontrar y estudiar rápidamente púlsares que giran en agrupaciones globulares. Es entretenido oírle discutir sobre cómo usa los púlsares para explorar la física de las agrupaciones.
Algunas veces, no son las personas sino los planetas los que proporcionan un descanso en la rutina. Durante algunas noches de esta semana, nuestro horario normal de 5 PM a 8 AM tiene una interrupción de cuatro horas mientras los astrónomos planetarios rechazan un pulso de radar fuera de la luna de Saturno Titán. El baile lento de los planetas trae esta semana a la Tierra y a Saturno casi tan cerca como jamás llegarán a estar. ¡Si el tiempo de observación es precioso, agarrar una rara oportunidad de investigación es de gran valor, y la excitación es contagiosa!
Asombrosamente, un pulso de radar de Arecibo puede viajar a 748 millones de millas (1200 millones de Kms.) a Titán, luego puede volver a trazar el viaje de regreso a la Tierra con energía suficiente como para revelar información acerca de la superficie de esa distante luna fría. El viaje de ida y vuelta de este pulso precisamente se ajusta dentro de la relativamente pequeña ventana de observación definida por la capacidad limitada del telescopio para moverse. Titán está cerca del límite de la distancia para Arecibo, que puede seguir una estrella o un planeta a través del cielo durante más dos horas y cuarenta y seis minutos. Requiere aproximadamente dos horas y quince minutos para que un pulso de radar, viajando a la velocidad de la luz, hagan el viaje ida y vuelta a Titán y vuelva. Entonces, el pulso es transmitido poco después de que Titán se eleva dentro del punto de visión y el pulso de retorno es recibido poco antes que Titán se ponga. Hay una cierta belleza en la confrontación claramente delineada de necesidades y capacidades en este proyecto.
Mientras el 'interludio de Titán' en nuestra observación fue programado hace meses, otros acontecimientos nos pillaron por sorpresa. El clima, por ejemplo, no puede ser predicho con suficiente antelación para tomar en consideración nuestros planes observadores. La tormenta tropical Odette fue una gran sorpresa para todo el mundo. Mucho después de la 'estación' para tales tormentas, apareció repentinamente, dirigiéndose directamente hacia Haití y la República Dominicana, nuestros vecinos por el oeste. Una mala noticia para los habitantes de esos países, pero la tormenta presentó una fantástica oportunidad de observación para los científicos atmosféricos aquí en Arecibo. Renunciamos voluntariamente a las horas preciadas para estos estudios críticos en el tiempo que quizá podrían salvar vidas en el futuro. Llueve aquí mientras escribo esto. Sólo puedo imaginar como será al oeste.
Afortunadamente, la lluvia no afecta a la radioastronomía, al menos en las frecuencias usadas en Arecibo, así es que Murray Lewis estudia los masers (láseres de microondas) del Hidroxilo (OH) ahora. Más tarde habrá un experimento del púlsar, y entonces más observaciones de radar de Odette. Mientras la señal de 'ahí afuera' permanece esquiva, a mi alrededor hay una amplia variedad de vida inteligente aquí mismo en el observatorio. ¡Una cosa agradable a contemplar mientras esperamos nuestra vuelta a la sala de control!