Enviado por : Heber Rizzo
2005-12-24 12:17:00


¿Bacterias bajo el hielo marciano?

Un estudio de muestras de hielo extraídas de las profundidades debajo de Groenlandia podría ayudar a los científicos para reconocer las bacterias productoras de metano en Marte, si es que éstas son la causa de la existencia de dicho gas que fue detectado recientemente en el planeta rojo.

Superficie marciana.
Crédito: NASA
Un estudio de la Universidad de California, Berkeley, sobre bacterias productoras de metano congeladas en el fondo de la capa de hielo de tres kilómetros de espesor que se encuentra debajo de Groenlandia podría guiar a los científicos que buscan vida bacteriana similar en Marte.

El metano es un gas de invernadero presente en las atmósferas tanto de la Tierra como de Marte. Si una clase de antiguos microbios llamados Arquea es la fuente del metano marciano, como han propuesto algunos científicos, entonces las sondas no tripuladas enviadas al planeta rojo deberían buscarlas en las profundidades donde la temperatura llega a unos 10 grados centígrados, algo más cálida que la que se encuentra en la base de la capa de hielo de Groenlandia, según el investigador principal de UC Berkeley, P. Buford Price, un profesor de física.

Esto significaría una profundidad de varios centenares de metros, quizás unos 300, por debajo de la superficie, donde la temperatura está ligeramente por encima del punto de congelación y ese tipo de microbios debería existir a razón de uno por centímetro cúbico.

Si bien Price no espera que se envíe prontamente una misión a Marte que taladre varios centenares de metros, los metanógenos (es decir, las arqueas generadores de metano) podrían ser también fácilmente detectables alrededor de los cráteres producidos por meteoros, donde la roca haya sido lanzada hacia arriba desde las profundidades.

“La detección de esta concentración de microbios está dentro de las posibilidades de los instrumentos de última generación, si es que pueden ser enviados hasta Marte y si el vehículo de aterrizaje pudiera descender en algún lugar en el que los orbitadores marcianos hayan encontrado la mayor concentración de metano”, dijo Price. “Hay montones de cráteres en Marte producidos por meteoritos y pequeños asteroides que han chocado con el planeta y han lanzado material desde una profundidad considerable, así que si se busca en los alrededores del borde de un cráter y se levanta un poco de tierra, podría ser posible encontrarlos si se hubiera descendido donde el metano que escapa del interior muestra sus niveles más altos”.

Price y sus colegas publicaron sus hallazgos en la edición online de la revista “Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias”, y presentaron sus resultados en el último encuentro de la Unión Geofísica Americana en San Francisco.
”GISP2_ice_cores”
Esta serie de ocho secciones de un metro de la parte inferior del núcleo GISP2 se oscurece con la profundidad, debido al aumento en el número de granos de cieno. Los núcleos que están sobre los 13 metros a partir del fondo son claros.
Crédito: Buford Price/UC Berkeley

Las variaciones en las concentraciones de metano en los núcleos de hielo, tales como el de 3 053 metros de largo obtenido por el Proyecto Capa de Hielo de Groenlandia 2 (GISP2 = Groenland Ice Sheet Project 2), han sido utilizadas para estimar el clima pasado. En ese núcleo, sin embargo, algunos segmentos dentro de los 100 metros del fondo registraron niveles de metano hasta 10 veces más altos que los que se podrían esperar de las tendencias de los últimos 110 000 años.

Price y sus colegas demostraron en su artículo que estos picos anómalos pueden ser explicados por la presencia de metanógenos en el hielo. Los metanógenos son comunes en la Tierra en lugares desprovistos de oxígeno, tales como en los rúmenes de las vacas, y podrían fácilmente haber sido raspados del hielo fluyendo sobre el pantanoso suelo sub-glacial e incorporados dentro de algunas de las capas inferiores de hielo.

Los investigadores encontraron estos metanógenos en los mismos segmentos de 30 centímetros de espesor del núcleo, donde el exceso de metano fue medido en el por otra parte hielo claro en profundidades de 17, 15 y 100 metros sobre el lecho rocoso. Calcularon que la cantidad medida de arqueas, congeladas y apenas activas, podrían haber producido la cantidad observada de exceso de metano en el hielo.

“Encontramos metanógenos precisamente en esas profundidades donde se había encontrado el exceso de metano, y en ninguna otra parte”, dijo Price. “Creo que cualquiera estaría de acuerdo en que esto es una pistola humeante”.

Algunos biólogos de la Universidad Estatal de Pennsylvania habían analizado anteriormente el hielo que se encontraba varios metros sobre el lecho rocoso, el cual era gris en apariencia a causa del alto contenido de cieno, e identificaron docenas de tipos de microbios tanto aeróbicos (es decir, amantes del oxígeno) como anaeróbicos (oxígeno-fóbicos). Estimaron que un 80% de los microbios continuaba con vida.
”microbio_del_hielo_de_Groenlandia”
Un microbio de las profundidades del hielo de Groenlandia en proceso de división.
Crédito: berkeley.edu

Aunque el metano ha sido detectado en la atmósfera marciana, la luz ultravioleta del Sol habría eliminado la cantidad observada en unos 300 años, si algún proceso no estuviera reponiendo el metano, hizo notar Price.

Si bien la interacción de un fluido transportador de carbono con la roca basáltica podría ser responsable de eso, los metanógenos en cambio podrían estar tomando hidrógeno y dióxido de carbono sub-superficial para fabricar el metano, dijo.

Si los metanógenos son los responsables, Price calculó que deberían existir en una concentración de aproximadamente un microbio por centímetro cúbico a una profundidad de varios centenares de metros donde la temperatura (sobre los 0 grados centígrados o un poco más alta) permitiría justo el metabolismo suficiente como para mantenerlos con vida, de la misma forma en que está sucediendo con los microbios de la capa de hielo de Groenlandia.

La mayor parte del trabajo de laboratorio fue realizada por la estudiante no graduada de UC Berkeley, H. C. Tung, del Departamento de Ciencia, Política y Manejo Medioambiental. Actualmente ella es una estudiante graduada en UC Santa Cruz. Otro co-autor del artículo fue Nathan E. Bramall, un estudiante graduado del Departamento de Física.

El trabajo fue financiado por la Oficina de Programas Polares de la Fundación Nacional de Ciencias.

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”Mars_Reconnaissance_Orbiter”
Representación artística del Mars Reconnaissance Orbiter
Crédito: NASA/JPL


Traducido para Astroseti.org por
Heber Rizzo Baladán



Web Site: Universe Today
Artículo: “Martian Bacteria Could Be Under the Ice”
Fecha: Diciembre 15, 2005




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