Enviado por : Michael Artime
2006-11-15 17:05:00


Cocinar 'nano-óxido' podría purificar el agua

El arsénico disuelto en las aguas destinadas al consumo humano es uno de los graves problemas que asolan a los países emergentes. Ahora, un novedoso método, que involucra a nanopartículas de óxido de hierro, podría ayudar a librarse de este mortífero semimetal.

Cocinar 'nano-óxido' podría purificar el agua
19:00 - 09 noviembre 2006
Servicio Noticias NewScientist.com
Zeeya Merali


Una nueva receta para el “nano-óxido” podría dar a las naciones en desarrollo una herramienta económica para eliminar el arsénico del agua destinada a ser bebida.

La contaminación por arsénico está unida al cáncer de vejiga y es un problema en muchos lugares, especialmente en Bangladesh y en el vecino estado indio de Bengala Occidental.

Los químicos saben que el arsénico se une particularmente bien a los óxidos de hierro, incluyendo a la herrumbre, pero hasta el momento poner en funcionamiento técnicas basadas en esta propiedad ha sido lento y laborioso.

Vicki Colvin y sus colegas de la Universidad de Rice en Houston, Texas, se dieron cuenta de que se podía mejorar la eficiencia de este proceso reduciendo el tamaño de las partículas de óxido empleadas. Esto ocurre porque con un peso dado de partículas más pequeñas se consigue más superficie disponible para establecer uniones con el arsénico que con una cantidad igual de partículas más grandes.

“Un kilogramo de nano-óxido posee el mismo área de superficie que un campo de fútbol”, dice Colvin”. Básicamente, lo que consigues es tratar una cantidad mucho mayor de arsénico con menos material”.

Alinearse

El equipo añadió óxido de hierro a nanoescala a las aguas contaminadas, donde las partículas se agruparon con el arsénico. Entonces, magnetizaron las nanopartículas con un electroimán y las extrajeron. “Solo necesitamos un campo magnético sorprendentemente débil”, comenta Colvin. “De hecho, podríamos haberlas sacado con solo un imán de mano, lo cual hace que este método sea muy práctico".

Creen que solo hace falta un campo pequeño porque las nanopartículas magnetizadas se alinean para formar un solo imán gigante y se van arrastrando todas juntas.

De momento, el alto coste que supone la fabricación de las nanopartículas hacen que este truco sea demasiado caro para empezar a usarse a gran escala. En principio, sin embargo, las nanopartículas son fáciles de fabricar, el equipo las creó disolviendo grandes pedazos de herrumbre en ácido oleico calentado, ácido que se encuentra en el aceite de oliva común.

“Las temperaturas necesarias se pueden conseguir con una sartén”, añadió Colvin. “De modo que ahora estamos intentando desarrollar un método de producción que use ingredientes y equipamiento que estén disponibles en las naciones más pobres”.

Referencia en prensa científica: Science (vol 314, p 964)



Fuente noticia: NewScientist

Traducido por Miguel Artime para

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