Enviado por : Equipo Astroseti 2024-03-25 00:10:00 La NASA encuentra una conexión Sol-Clima en registros del Nilo
Los registros climáticos a largo plazo son claves para entender cómo el clima de la Tierra cambió en el pasado y cómo podría cambiar en el futuro. Lease para ampliar la mágnifica revisión de nuestro compañero Heber Rizzo en Cambio climático: la poderosa influencia del Sol Las mediciones directas de la energía lumínica emitida por el sol, tomadas por satélites y otras modernas técnicas científicas, sugieren variaciones en la influencia de la actividad solar en el clima de la Tierra a largo plazo. Sin embargo, no había registros climáticos de este tipo medidos hasta un relativamente reciente pasado científico. Los científicos tradicionalmente han dependido de métodos indirectos de recopilación de datos para estudiar el clima en el pasado de la Tierra, tales como la perforación de núcleos de hielo en Groenlandia y la Antártida. Dichas muestras de nieve acumulada y hielo extraídas de las profundidades de capas de hielo o glaciares, contienen burbujas de aire atrapadas cuya composición puede dar una idea de las condiciones climáticas pasadas. Ahora, sin embargo, un grupo de científicos de la NASA y de la Universidad han encontrado enlaces convincentes entre la variabilidad a largo plazo entre el Sol y el clima en una inesperada y única fuente: registros de antiguas medidas directas del nivel del agua del Nilo, el río más largo de la Tierra.
Alexander Ruzmaikin y Joan Feynman del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Pasadena, California, junto con el Dr. Yuk Yung del Instituto de Tecnología de California, Pasadena, California, han analizado registros egipcios de los niveles anuales de las aguas del Nilo en la isla Rawdah en el Cairo, entre el 622 y el 1470 D.C. Estos registros se compararon con otros bien documentados del mismo periodo: observaciones del número de auroras notificadas por década en el hemisferio norte. Las auroras son resplandores brillantes en el cielo nocturno que ocurren cuando alguna masa es eyectada rápidamente de la corona solar, o tras las erupciones solares. Son un medio excelente de seguir las variaciones en la actividad solar. Feynman dijo que aunque los registros sobre el antiguo Nilo y las auroras son dispersos generalmente, no era el caso para el particular periodo de 850 años estudiado. "Desde el tiempo de los faraones, los niveles de las aguas del Nilo fueron medidas precisamente, puesto que eran críticamente importantes para la agricultura y la preservación de los templos en Egipto", dijo. "Estos registros son extremadamente precisos y fueron obtenidos directamente, lo que los hace un raro y único recurso para los climatólogos para echar un vistazo atrás en el tiempo". En Europa del norte y el lejano oriente existen unos registros similarmente precisos para la actividad auroral durante el mismo periodo de tiempo. La gente allí observó y registró la actividad auroral rutinaria y cuidadosamente, dado que se pensaba que las auroras anunciaban futuros desastres, como las sequías y la muerte de los reyes. "Un gran logro del esfuerzo de los científicos modernos ha resultado de colectar esos antiguos datos aurorales, intercompararlos y evaluar su precisión", dice Ruzmaikin. "Han sido utilizados con éxito por expertos en auroras alrededor del mundo para estudiar variaciones a escalas de tiempo mayores". Los investigadores encontraron algunas conexiones claras entre la actividad solar y las variaciones climáticas. Los niveles de agua del Nilo y los registros de auroras tienen dos variaciones que ocurren regularmente en común - una con un periodo de alrededor de 88 años y la segunda con un periodo de unos 200 años. Los investigadores dijeron que estos descubrimientos tienen implicaciones climáticas que se extienden más allá de la cuenca del río Nilo. "Nuestros resultados no sólo caracterizan una pequeña región del alto Nilo, sino un parte mucho más extensa de África", dice Ruzmaikin. "El río Nilo proporciona drenaje para aproximadamente el 10 por ciento del continente africano. Sus dos fuentes principales - el lago Tana en Etiopía y el lago Victoria en Tanzania, Uganda y Kenia - están en África ecuatorial. Puesto que el clima africano está interrelacionado con la variabilidad climática en los océanos Índico y Atlántico, estos descubrimientos nos ayudaran a entender los cambios climáticos de una forma global". Así que, ¿qué produce estas conexiones cíclicas entre la variabilidad solar y el Nilo? Los autores sugieren que las variaciones en la energía ultravioleta del sol producen ajustes en un patrón del clima llamado Modo Anular del Norte, el cual afecta al clima de la atmósfera en el hemisferio norte durante el invierno. A nivel del mar, este modo se convierte en la Oscilación del Atlántico Norte, un vaivén a gran escala en la masa atmosférica que afecta a la circulación del aire sobre el Océano Atlántico. Durante los periodos de gran actividad solar, la influencia de la Oscilación del Atlántico Norte se extiende hasta el Océano Índico. Estos ajustes pueden afectar a la distribución de las temperaturas del aire, lo que subsecuentemente tiene influencia sobre la circulación del aire y las precipitaciones en las fuentes del río Nilo en el Africa ecuatorial oriental. Cuando la actividad solar es alta, las condiciones son más secas, y cuando es baja, las condiciones son más húmedas. Los hallazgos del estudio fueron recientemente publicados en el "Journal of Geophysical Research". Colaboran: Francisco Pulido, Ana Blanco y David Martínez | ||
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