Enviado por : Manuel Hermán Capitán 2024-11-24 04:03:00 Los Mayores Engaños de la Astronomía (Parte I)
Pocas disciplinas científicas generan tal cantidad de misterios y falsedades como la astronomía. En esta serie mostraremos algunos de los casos más conocidos y los trataremos en detalle, comenzando con el más famoso, la llegada del hombre a la Luna. El hombre en la Luna en realidad
Los teóricos de esta conspiración dicen tener pruebas de sus creencias. Pero sus reivindicaciones simplemente revelan una tremenda ignorancia acerca de la ciencia, los principios básicos de la fotografía, geología y física. Por ejemplo, la primera muestra de las “pruebas” que normalmente nos ofrecen estos teóricos de la conspiración es la falta de estrellas en las imágenes de Apolo. Es cierto: cada imagen tomada de la órbita lunar y de la superficie de la Luna muestran un cielo raso negro, completamente carente de estrellas. Si en la Luna no hay aire, dicen los desconfiados, ¡el cielo debería estar repleto de estrellas! Esto es un completo error. Las cámaras de los astronautas en la superficie lunar fueron cargadas con películas de baja velocidad (Ektachrome 64 para color y Panatomic X para blanco y negro) y colocaron la exposición en luz solar brillante — esto es, para una fracción de segundo. Incluso las estrellas más brillantes — que son más de 10.000 veces menos luminosas que la Luna llena vista desde la Tierra y más de 10.000 millones de veces menos brillantes que el Sol — requerirían exposiciones de muchos segundos. Esto velaría cualquier fotografía de los astronautas, su aterrizaje y la Luna misma. Una fotografía realizada con una exposición correcta en el día Lunar – al igual que una tomada aquí en la Tierra con de una zona iluminada durante la noche — no recogería ninguna estrella. En cualquier caso, los astronautas tomaron algunas imágenes que mostraban estrellas. En el Apolo 16, por ejemplo, John Young usó un pequeño telescopio ultravioleta, colocado en la sombra del módulo lunar, para fotografiar estrellas distantes y galaxias. Y en varias misiones Apolo los pilotos del modulo de comando que orbitaban, mientras volaban sobre el lado nocturno de la Luna, fotografiaron las estrellas y la tenue corona solar, usando películas de velocidad ultrarrápida y largas exposiciones.
Si este engaño hubiese sido realizado en un estudio cinematográfico de Nevada, como dicen los teóricos de la conspiración, el grano de polvo extremadamente fino habría sido elevado, ayudado por la gruesa atmósfera terrestre. Irónicamente, incluso aunque la gravedad de la Luna es solo un sexto la de la Tierra, el polvo cae más rápido debido a que no hay aire que lo mantenga en vuelo. Por tanto, la única forma es que esta pisada fuese tomada en un entorno de baja gravedad y vacío. En comparación, la película de 1968, 2001: Una Odisea en el Espacio - la mejor representación de Hollywood de los vuelos espaciales durante la época Apolo – no se acerca a la representación de las características de un paseo lunar de forma exacta. La evidencia está en las rocas
A diferencia de las rocas terrestres, las muestras lunares están totalmente carentes de agua, incluso en sus estructuras cristalinas. Su composición química, en particular la cantidad de hierro y manganeso, las colocan aparte de cualquier roca nativa de la Tierra. Son extraordinariamente viejas, algunas casi tan viejas como el Sistema Solar. Y quizás lo más importante, su superficie muestra el efecto del bombardeo de micrometeoritos y partículas subatómicas de alta velocidad procedentes del viento solar — ninguna de las cuales puede afectar a las rocas terrestres debido a que nuestra atmósfera actúa como pantalla ante ellas. Estos “huecos de destrucción” serían eliminados de las rocas que caen a la Tierra como los meteoritos lunares; el tremendo calor generado por el paso a alta velocidad por la atmósfera eliminaría estas características superficiales. Las muestras del Apolo deben haber sido traídas de la Luna — y efectivamente fueron entregadas en mano.
Algo bueno puede venir de todo esto. Está claro, este tema ha tocado a mucha gente, y ciertamente los ha llevado a pensar en los viajes espaciales en general y los aterrizajes lunares en particular. Afortunadamente, la gente que podría ser influenciada por los escépticos harán una pequeña búsqueda y aprenderán la historia real tras las misiones Apolo. Cuando lo hagan, verán que el “Engaño de la Luna” tiene la misma sustancia que el vacío del espacio. Sobre el Autor: El astrónomo Phil Plait de la Universidad de Sonoma Statu es el autor del sitio web badastronomy.com Autor: Phil Plait Traductor: Manuel Hermán Web Site: www.space.com Ir a la Parte II Ir a la Parte III Ir a la Parte II | ||||
(c)2002-2006 Astroseti.org Los contenidos pueden utilizarse siempre que se mencione la fuente y se enlace al artículo en nuestro servidor. Para usos comerciales es necesario solicitar autorización. |