Dinosaurios con chalecos anti-balas
Basado en un artículo de la Universidad de Bonn
Torsten Scheyer ha examinado la armadura de los dinosaurios como parte de su tesis doctoral. Los resultados son sorprendentes: “La placa acorazada no es para nada parecida a la de los cocodrilos, como se había asumido previamente”, agrega. “Su microestructura es sustancialmente más compleja, al menos en algunos tipos de anquilosaurios”. Un equipo completo de cota de malla de dinosaurio estaba compuesto de cientos de miles de placas acorazadas óseas conocidas como osteodermos. La mayoría de ellas eran más pequeñas que una moneda europea de un centavo, pero algunas tenían un diámetro de varias docenas de centímetros y terminaban en largas puntas. “A diferencia de los caparazones de las tortugas, las placas individuales estaban colocadas unas al lado de las otras. No estaban fusionadas entre sí”, explica el estudiante Torsten Scheyer. Esta clase de armadura era flexible y de esa forma no se rompería fácilmente bajo presión. Aunque los cocodrilos modernos poseen una armadura similar, las placas individuales tienen una estructura mucho más simple. Utilizando un microscopio de polarización, Torsten Scheyer descubrió que había fibras de colágeno entretejidas en el calcio del hueso de las placas acorazadas del dinosaurio, formando capas que estaban intercaladas unas con otras tri-dimensionalmente. Dentro de cada una de las capas las fibras estaban alineadas en forma paralela, y en ángulo recto con respecto a las fibras de las capas de arriba y de abajo. “De esta forma la armadura poseía una gran fortaleza en todas las direcciones”, destaca Torsten Scheyer. Los materiales compuestos actuales que se utilizan para las aspas de los rotores de las granjas de viento o para los chalecos a prueba de balas, están basados en el mismo principio, excepto que en estos casos las capas de colágeno son reemplazadas por fibras de vidrio o de carbono.
Algunas placas acorazadas son aún más estables. Los paleontólogos dividen a los anquilosaurios en tres sub-divisiones. La estructura de chaleco anti-balas puede ser probada solamente en una de ellas; un segundo tipo es una forma relativamente simple de placas acorazadas. Paradójicamente, en el tercer grupo la armadura consiste en lo que se conoce como hueso haversiano, una forma que fue descrita en los seres humanos por el anatomista británico Dr. Clopton Havers en el siglo XVII. En el curso de la vida de las personas sus huesos son re-estructurados. Los trabéculos en el interior del hueso se disuelven y son reemplazados por numerosos pequeños tubos de hueso conocidos como osteones. Esto reduce la estabilidad de los huesos y es una de las causas del bien conocido fenómeno de huesos quebradizos entre los mayores. Torsten Scheyer explica: “Los anquilosaurios tienen también estos osteones, pero en contraste con los humanos estos huesos también están fortalecidos con fibras”. Posiblemente, estas fibras de colágeno son la razón por la cual este tercer tipo de armadura es aún más estable que la armadura “normal” del anquilosaurio. “En este tercer grupo las placas de hueso son mucho más delgadas que entre los otros anquilosaurios; esto reduce el peso y los nutrientes”. Agrega que, sin embargo, a pesar de ésto la armadura era probablemente difícil de romper, y no solamente a causa de su refuerzo de fibras: “Estas delgadas placas de hueso estaban conformadas de una forma tan sofisticada que podían enfrentar mucho mejor a la presión y no se rompían tan fácilmente. | ||||||
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