La Vía Láctea alberga la química de la vida
Basado en una publicación de NASA/JPL
“Este sistema infantil se parecería mucho a como era el nuestro hace miles de millones de años, antes de que la vida se originase en la Tierra,” dijo Fred Lahuis del Observatorio de Lovaina de Holanda y del instituto de investigación espacial holandés llamado SRON. Lahuis es el autor principal de un artículo que se publicará en la edición del 10 de enero de Astrophysical Journal Letters. Lahuis y sus colegas descubrió los gases orgánicos o con carbono alrededor de una estrella llamada IRS 465. La estrella se encuentra en la constelación Ophiucus, o “encantador de serpientes”, a 375 años luz de la Tierra. La constelación alberga una gran nube de gas y polvo resultado de una gran explosión de nacimiento estelar. Como la mayoría de las jóvenes estrellas aquí y en cualquir parte, IRS 46 está rodeada por un disco plano de gas y polvo girando que podría finalmente agruparse formando planetas. Cuando los astrónomos examinaron el disco de la estrella con el potente instrumento espectográfico infrarrojo, se maravillaron de encontrar “códigos de barras” de grandes cantidades de acetileno y gases de cianuro de hidrógeno, así como dióxido de carbono. El equipo observó 100 jóvenes estrellas similares, pero sólo una, IRS 46, mostró signos inequívocos de materia orgánica.
Los datos del Spitzer también revelaron que los gases orgánicos están calientes. Tan calientes, de hecho, que lo más probable es que estén cerca de la estrella, aproximadamente a la distancia a la que la Tierra se encuentra en relación al Sol. “Los gases están muy calientes, cerca o algo por encima del punto de ebullición del agua en la Tierra,” dice el Dr. Adwin Boogert del Instituto Tecnológico de California, Pasadena. “Estas altas temperaturas ayudan a precisar la localización de los gases en el disco.” Gases orgánicos como los encontrados alrededor de IRS 46 fueron hallados en nuestro propiio sistema solar, en las atmósferas de planetas gigants como la luna de Saturno, Titán, y en las superficies heladas de los cometas. También han sido vistos alrededor de estrellas gigantes por el Observatorio Espacial Infrarrojo de la Agencia Espacial Europea (ESA), aunque se piensa que es menos probable que estas estrellas formen planetas con vida que las estrellas semejantes al sol. Aquí en la Tierra, se pensaba que las moléculas habían llegado hace miles de millones de años, posiblemente procedente de cometas o de polvo de cometas caído del cielo en forma de luuvia. El acetileno y el cianuro de hidrógeno reaccionan en presencia de agua para formar algunas unidades químicos de los compuestos más esenciales de la vida: el ADN y las proteínas. Estas unidades químicas son algunos de los 20 aminoácidos que forman proteínas y una de las cuatro bases químicas que constituyen el ADN. “Si se introducen cianuro de hidrógeno, acetileno y agua en un tubo de ensayo y se les da una superficie adecuada en la que se puedan concentrar y reaccionar, se obtiene una combinación de compuestos orgánicos como aminoácidos y una base purina del ADN llamada adenina,” dijo el Dr. Geoffrey Blake de Caltech, coautor del artículo. “Y actualmente podemos detectar estas mole´culas en la zona del planeta de una estrella que se encuentra a centenares de años luz.” Observaciones posteriores con el Telescopio W.M. Keck en la cima del Mauna Kea en Hawaii confirmaron los hallazgos del Spitzer y sugirieron la presencia de un viento emergente de la región interior del disco de la estrella IRS 46. Este viento desplazaría los restos al disco, limpiando el camino para la posible formación de planetas como la Tierra. | ||||||
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