Satélites y leones marinos
RESUMEN (Feb. 09, 2007): El rastreo de algunos de los más experimentados navegantes de la naturaleza ha permitido a los científicos amasar una enorme cantidad de datos oceanográficos. Ahora, este tesoro de información está siendo utilizado en modelos oceánicos que proporcionan nuevos conocimientos sobre el funcionamiento íntimo del océano.
Basado en un comunicado de prensa de la NASA
Los leones marinos, las focas, los tiburones, los atunes y otros depredadores principales del océano comparten algunas de sus experiencias con los investigadores humanos por medio de sistemas electrónicos de rastreo. Además de rastrear a los animales, estos sensores también recogen datos oceanográficos, tales como temperatura y salinidad. Los científicos están comenzando a incorporar este tesoro de información en modelos oceánicos que proporcionan nuevos conocimientos sobre el funcionamiento íntimo del océano y de las vidas de sus criaturas. “Nuestra meta es producir un modelo tridimensional del océano”, dice el oceanógrafo de JPL Dr. Yi Chao. Chao utiliza datos provenientes de satélites, buques, boyas y flotadores para cartografiarlas corrientes, el contenido calórico y las diferentes densidades del agua debajo de la superficie oceánica. Cuando Chao oyó que el Dr. Dan Costa, un profesor de biología marina de la Universidad de California, Santa Cruz, presentó algunos de sus datos de rastreo de animales en un encuentro científico hace algunos años, vio una oportunidad de mejorar sus modelos oceánicos. Costa reconoció una oportunidad de obtener una imagen más clara del lugar donde viven sus sujetos de investigación.
La colaboración de investigación incluye ahora a la Dra. Bárbara Block, una profesora de ciencias marinas de la Universidad de Stanford, Palo Alto, California, y los científicos han agregado a sus estudios datos de rastreo recogidos con atunes y tiburones. Junto a un grupo denominado TOPP (Tagging of Pacific Pelagics = Rastreo de Pelágicos del Pacífico) están trabajando ahora para extender la utilización de datos biológicos y ambientales recogidos por los habitantes del océano. “Estamos en la vanguardia del conocimiento acerca de cómo los animales utilizan el océano”, dice Costa. “Pero deseamos comprender mejor al medio ambiente. Todavía vemos principalmente al océano como profundo o llano, o como cercano a la costa o mar abierto. Pero así como hay hábitats diferentes en tierra firme, el océano tiene características de pequeña escala que son muy importantes para los animales”, explica. “Deseamos ser capaces de mirar al océano y decir el equivalente a “esto es un prado” o “esto es un bosque”. En enero pasado, Costa y su grupo de investigación se dirigieron a la costa de California para comenzar a colocar instrumentos de rastro a focas elefante y a recoger instrumentos que habían sido desplegados la primavera pasada. Este trabajo se encuentra estrictamente regulado a los efectos de asegurar que los animales están protegidos de daños, lo que requiere un permiso del Servicio Nacional de Pesquerías Marinas.
“Por años, los científicos marinos han estado rastreando a los animales marinos”, dice Chao. “Sin embargo, la utilización de los datos es un reto interesante. Hay de todas clases: de atunes, de tiburones, de focas, de lo que se quiera. Algunos de estos datos contienen errores pequeños, otros tienen errores mucho más grandes. Descubrir cómo los ingresamos en nuestro sistema es un reto”, dice, “pero dentro de cinco años deberíamos ser capaces de ver el océano tal como lo ve una tortuga”. “A medida que recogemos más datos del océano y mejoramos nuestros modelos computacionales”, dice Chao, “deberíamos poder realizar mejores pronósticos, en forma similar a lo que han venido haciendo los meteorólogos en las últimas décadas. La gente que lee el periódico o que enciende la televisión en la mañana verá el pronóstico oceánico actualizado y tomará las decisiones apropiadas cuando planifiquen sus actividades en el mar”. Lo que es más importante del uso de los animales marinos como sensores oceánicos es que el trabajo beneficia a los animales, explica Costa. “Las colaboraciones entre los biólogos como Bárbara Block y yo y los oceanógrafos físicos como yo resultan críticos para comprender porqué los animales van a dónde van”, dice, “ya que necesitamos conocer y comprender la física del océano y su relación con los procesos climáticos. Más aún, la capacidad de comprender cómo el cambio climático está afectando a los océanos del mundo beneficiará no únicamente a los seres humanos, sino que es vital para calcular lo que sucederá con el hábitat de los animales marinos”. | |||||||
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