Fecha original : 2004-02-28
Traducción Astroseti : 2004-03-11

Traductor : Heber Rizzo
CLIMA

Biosfera Bajo el Cristal




Resumen: En Oracle, Arizona, el proyecto Biosfera 2 se convirtió en el mayor ecosistema cerrado del mundo. Ahora, los directores de proyecto han abierto su interior a los visitantes. Entre los diversos ambientes de tierra, agua y aire encerrados bajo cristal, se encuentran representados los principales biomes del planeta. Como uno de los pocos modelos para la colonización espacial, el ecosistema tiene ejemplos de arrecifes de coral y de sabanas.|







Por redactor de Astrobiology Magazine

Biosfera 2, con un costo de 150 millones de dólares, abrió en 1992 como un sistema cerrado masivo que duraría 100 años de pruebas de naturaleza, tecnología, y resistencia humana. Es el lugar más grande de experimentación en el mundo, y se le dio el nombre de misión, Biosfera 2, en referencia a la mucho más grande Biosfera 1: la propia Tierra. Dos misiones iniciales de supervivencia humana duraron respectivamente dos años y seis meses. Los organizadores han anunciado este mes que los visitantes podrán entrar por primera vez a la gigantesca pirámide cubierta de cristal.
La vida en el límite. El polo sur visto desde el espacio. Crédito: NASA
La vida en el límite. El polo sur visto desde el espacio. Crédito: NASA


El complejo de Biosfera 2 ocupa 1,26 ha. en Oracle, Arizona, a unos 20 minutos de distancia al norte de Tucson. Desde su apertura a principios de los ‘90, casi dos millones de visitantes han recorrido el rápidamente creciente lugar y el complejo Bio2. “En el pasado tuvimos que limitar el número de personas que entraban al complejo, lo que hacía de ésto una recorrida “premium””, dijo Rick Neter, Director de Operaciones Comerciales. “Ahora podemos ofrecer la recorrida bajo-el-cristal a todo el mundo”.

Lo que espera adentro son mini-mundos, o “biomes” (N.T. = conjunto vasto y complejo de organismos que comparten el mismo entorno condicionado por el clima y el suelo). El techo de cristal es tan alto, que se puede crear lluvia que es como la verdadera lluvia. Los biomes ofrecen un risco sobre el océano de agua salada de un millón de galones, un camino a través de las sabanas superior e inferior, una zona de matorrales espinosos, un desierto y una tecnoesfera, y finalmente investigaciones dentro del complejo pulmonar sur. Los visitantes continúan luego hasta exhibición de la galería sub-acuática de visión oceánica, antes de regresar al punto de partida sobre la colina que domina Biosfera 2. “(Como) la única de su clase en el mundo, proporcionados una experiencia única que no puede ser vista en ninguna otra parte”, dijo Gilbert LaRoque, uno de los Directores de Biosfera 2. “Llega gente de todo el mundo”.

¿Qué son los Biosferanos?

Los primitivos habitantes de la Biosfera primitiva mantenían enormes bitácoras sicológicas y médicas, para así estudiarse a sí mismos y a su ambiente en los momentos en que no están dedicados a sus tareas en la granja, o cocinando, o cazando. Estos primeros sujetos llegaron a ser conocidos como los “bioesferanos”.
Vista interior del techo de cristal y los biomes de Biosfera 2. Crédito: Biosfera
Vista interior del techo de cristal y los biomes de Biosfera 2. Crédito: Biosfera


Desde sus comienzos, el proyecto Biosfera 2 buscaba hacer un modelo de la influencia de la vida en el ambiente y viceversa. Como científico planetario, el Dr. David Grinspoon dijo sobre nuestro propio planeta: “La Tierra no tendría condiciones “tipo Tierra” sin la vida, porque ésta ha dado forma al mundo que conocemos. Por ejemplo, los organismos fotosintéticos crearon la atmósfera oxigenada, así como la capa de ozono que nos protege de los más destructivos rayos del Sol. Así que decir que otro planeta debe ser tipo-Tierra para poder sostener la vida, es colocar el carro antes que los caballos. Por el contrario, un planeta debe sostener vida para poder ser tipo-Tierra... Sospecho que la vida solamente puede sobrevivir por miles de millones de años en un planeta, si éste se ha empapado profundamente en los ciclos físicos, geoquímicos y climáticos en una forma que estabilice el ambiente”.

Entre los tipos acuáticos de biomes en Oracle, se pueden encontrar un océano artificial, arrecifes de coral, lagunas y playas. Peces ángel, peces-loro o viejas, y sargentos, se encuentran entre las 300 especies de peces que habitan este medio auto-sostenible, junto a crustáceos, erizos de mar, esponjas y algas.
Biodiversidad terrestre.
Crédito:Alexis Rockman
Biodiversidad terrestre.
Crédito:Alexis Rockman


Entre las formas de vida terrestres en el invernadero, se encuentran una selva húmeda ecuatorial, desiertos, sabanas, ciénagas y un bosque en tres cámaras. Un reto para los experimentos multi-usuarios ha sido que cada biome pueda sostener solamente un conjunto de condiciones ambientales al mismo tiempo, y siempre tenga la habilidad de filtrar su influencia, de la misma forma en que la biosfera natural introduce complejas realimentaciones que puedan compensar por un cambio determinado en el bióxido de carbono, la temperatura, la humedad o una especie. Para simplificar el mantenimiento, la selva húmeda carece hoy en día de una típica biodiversidad amazónica, ya que ese biome sustenta únicamente criaturas pequeñas como hormigas, cucarachas, arañas y caracoles.

Viviendo en una Pecera

Sellado inicialmente como un simulador de futuros hábitats espaciales cerrados, el período más prolongado en el que el proyecto intentó sustentar sus diversos ecosistemas con ocho biosferanos humanos, se extendió desde el 26 de setiembre de 1991 hasta 1993. Durante esta primera misión, los niveles de oxígeno cayeron a niveles amenazadores para la respiración humana, acompañados por una caída del bióxido de carbono que limitó la productividad de las plantas. Una de las causas de esta anomalía que se diagnosticó más tarde, fue la adsorción de los gases en varias partes de los cimientos de concreto (formando, por ejemplo, carbonatos de calcio). Cuando se rompió el sello de la biosfera para introducir oxígeno y otros suministros, las pruebas de habitabilidad en ecosistemas cerrados perdieron su prioridad.
Complejo Biosfera 2. Crédito:Biosfera 2
Complejo Biosfera 2. Crédito:Biosfera 2


Un segundo período de seis meses se llevó a cabo durante 1994. Desde 1995, la dirección de Biosfera 2 es realizada por la Universidad de Columbia, con más de 1.200 estudiantes graduados pasando un año en el centro. El “campus occidental” de Columbia fue parcialmente realizado para trasladar el foco de investigación de la supervivencia humana en el espacio al problema del calentamiento global relacionado con los efectos del dióxido de carbono. El 22 de diciembre de 2003, Columbia entregó el complejo a un grupo “holding”, que anunció su reciente plan de visitas públicas.

Otros dos proyectos, incluyendo una Biosphere J japonesa y una Biosphere 3, han sido propuestos para complementar la historia de la investigación de ecosistemas cerrados, junto con la serie BIOS.

El término “biosfera” data de 1875, cuando el geólogo Eduard Suess comenzó a reconocer cómo las ideas de Charles Darwin sobre la selección natural estaban influyendo en las ciencias de la tierra. Junto con el término “ecosistema”, el concepto de cómo los ciclos son regulados entre el suelo, el agua y el aire, ha tomado fuerza en varios campos que van desde la astronomía hasta la meteorología. “No sabemos cuán difícil resulta para un planeta evolucionar a una biosfera, o convertirse en un “mundo vivo”, pero cuando llega a ese estado”, dijo Grinspoon a Astrobiology Magazine, “apostaría que esa biosfera sobrevivirá por miles de millones de años”.
“Las biosferas planetarias son entidades complejas cuyas historias están llenas de imprevistos, accidentes, y suerte.” - David Grinspoon
Crédito por la imagen: NASA
“Las biosferas planetarias son entidades complejas cuyas historias están llenas de imprevistos, accidentes, y suerte.” - David Grinspoon
Crédito por la imagen: NASA


La “hipótesis Gaia”, tal como fue popularizada por el científico atmosférico inglés James Lovelock, introdujo la realimentación desde la biología a la geoquímica tradicional, con una visión acerca de cómo podría comportarse la Tierra como un sistema vivo auto-regulador u organismo simple. Aunque debatida entre las varias disciplinas, esta aproximación inter-disciplinaria de definir las partes claves de una biosfera ha introducido nuevas formas de considerar cómo el cambio ambiental está regulado y co-evoluciona en una variante de la homeostasis biológica. Además de las aproximaciones científicas de Lovelock sobre este problema, han sido formuladas otras por Lynn Margulis, Richard Dawkins y Carl Sagan, entre otros.

En el espíritu de ver a la compleja biosfera terrestre como una unidad única, la Fundación Mundial para la Vida Silvestre (World Wildlife Fund) ha identificado recientemente 200 eco-regiones como las más críticas para su conservación. Su iniciativa se produjo parcialmente en respuesta a cómo muchas selvas húmedas, hogar de un 50% de las especies del planeta, han llegado a dominar otros ecosistemas amenazados o menguantes tales como los arrecifes de coral. Las 200 Globales listan realmente 233 ecoregiones, que incluyen 136 terrestres, 36 de agua dulce, y 61 marinas.
Una representación artística de Marte, luego de haber terraformado al planeta rojo. Algunos investigados como McKay expresan un fuerte entusiasmo en llevar vida a Marte.
Crédito:Thinkquest
Una representación artística de Marte, luego de haber terraformado al planeta rojo. Algunos investigados como McKay expresan un fuerte entusiasmo en llevar vida a Marte.
Crédito:Thinkquest


¿Terraformar un Terrario Planetario?

Una de las principales cuestiones sobre Marte, en el contexto de una biosfera, es: “¿hay suficiente nitrógeno sobre el planeta” como para sostener vida?. John Rummel, Oficial de Protección Planetaria de la NASA, es uno de los que tienen dudas sobre la conveniencia de implementar proyectos de remodelación en otros planetas. Rummel cree que intentar “hacer crecer plantas en Marte quitaría energía y otros recursos” que podrían ser mejor utilizados. “Necesitaríamos muchos análisis del material superficial marciano antes de comenzar allí un experimento biológico”.

Rummel está de acuerdo con que hacer crecer una planta den Marte serviría como un símbolo poderoso. Se pregunta, sin embargo, cuál sería el impacto simbólico si el experimento fallara. “Si deseamos pensar en Marte como un lugar donde puedan crecer organismos terrestres, queremos saber si éso va a funcionar”.

“Hay muchas razones lógicas para no enviar una planta a Marte en una misión cercana en el futuro”, concede el Dr. Chris McKay, uno de los organizadores de la conferencia sobre terraformación de la NASA. Pero, responde, “es un paso dramático y audaz que, en mi humilde opinión, dará un significativo impulso a la agenda biológica para Marte.



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