Fecha original : 2004-02-27
Traducción Astroseti : 2004-03-18

Traductor : Heber Rizzo
CLIMA

Los Mundos Perdidos de la Antártida

Historia de Dos Dinosaurios




Resumen: Encontrar dinosaurios en la Antártida es a la vez más sencillo y más difícil que encontrarlos en otro continente. Más sencillo, porque al igual que cuando se buscan meteoritos, los huesos de dinosaurios se destacan sobre el inhóspito paisaje. Más difícil, porque la sangre fría de los dinosaurios no les habría permitido vivir por mucho tiempo, antes de la deriva continental y de los cambios climáticos..|







Basado en un reporte de la Fundación Nacional de Ciencia

A pesar de las increíbles probabilidades en su contra, unos investigadores que trabajaban en sitios diferentes, separados por miles de kilómetros en la Antártida, han encontrado lo que creen que sean los restos fosilizados de dos especies de dinosaurios previamente desconocidas para la ciencia.
La vida en el límite. El polo sur visto desde el espacio. Crédito: NASA
La vida en el límite. El polo sur visto desde el espacio. Crédito: NASA


Uno de los dos hallazgos (que fueron hechos ambos con menos de una semana de diferencia), es un carnívoro primitivo que habría vivido muchos millones de años después que el otro, una bestia vegetariana, vagara sobre la Tierra.

Viaje al fondo del mar

Trabajando en la isla James Ross frente a la costa de la Península Antártica, los veteranos cazadores de dinosaurios Judd Case y James Martin, junto a su equipo de investigación, creen haber encontrado los huesos fosilizados de una especie totalmente nueva de dinosaurios carnívoros, relacionados con el enorme carnicero Tyrannosaurus y con el igualmente voraz (aunque más pequeño y ágil) velocirraptor que aterrorizó a los aficionados al cine en la película “Parque Jurásico” .
Puesta de sol en la Antártida, antes de que cambie el tiempo. La Antártida ha sido llamada “La Ventana a la Galaxia” porque ha revelado muchísima información sobre otros planetas distintos al nuestro.
Puesta de sol en la Antártida, antes de que cambie el tiempo. La Antártida ha sido llamada “La Ventana a la Galaxia” porque ha revelado muchísima información sobre otros planetas distintos al nuestro.


Las características de los huesos de los animales llevaron a los científicos a suponer que puedan representar una población de carnívoros que sobrevivió en la Antártida mucho después de que habían ido suplantados por otros depredadores en el resto del globo.

“Una de las cosas sorprendentes es que los animales con estas características primitivas generalmente no han sobrevivido por tanto tiempo en otros lugares como lo han hecho en la Antártida”, dijo Case, decano de ciencia y profesor de biología en el Colegio de Santa María en California, quien descubrió los huesos. “Pero, por alguna razón, todavía continuaban viviendo en el continente antártico”.

Case dijo que la forma de los dientes y la morfología de las patas son características de un grupo de dinosaurios conocidos como terópodos, que incluye a los tiranosaurios y a otros dinosaurios carnívoros. Los terópodos, o dinosaurios con patas de bestia, constituyen un enorme y diverso grupo de animales ahora extintos que mostraban la característica común de caminar sobre dos patas, como los pájaros. La investigación reciente ha demostrado que los pájaros son descendientes directos de los terópodos.

Los restos incluyen fragmentos de la mandíbula superior con dientes, dientes individuales aislados y la mayoría de los huesos correspondientes a las partes inferiores de las patas y a los pies. Probablemente, la criatura habitaba el área hace millones de años cuando el clima y el terreno mostraban condiciones similares a la región del Pacífico del Noroeste en los EE.UU. de hoy, y por lo tanto radicalmente diferentes a las que existen hoy día en la Antártida.
La pintura titulada “Impacto K/T” por el artista Donald E. Davis. Este impacto ocurrió hace unos 65 millones de años, y terminó con el reinado de los dinosaurios. Crédito por la Imagen: Don Davis
La pintura titulada “Impacto K/T” por el artista Donald E. Davis. Este impacto ocurrió hace unos 65 millones de años, y terminó con el reinado de los dinosaurios. Crédito por la Imagen: Don Davis


Martin, curador de paleontología de vertebrados en la Escuela de Minas y Tecnología de Dakota del Sur, dijo que el tamaño y la forma de los huesos de la parte inferior de la pata y de los pies indican que, cuando estaba vivo, era un dinosaurio corredor de unos 1,8 a 2,4 metros de alto.
Las excavaciones fueron financiadas por la Fundación Nacional de Ciencia (NSF = National Science Foundation), la agencia federal independiente que financia la investigación fundamental y la educación en todos los campos de la ciencia y de la ingeniería. NSF dirige el Programa Antártico de los EE.UU., que coordina casi toda la investigación estadounidense en el continente austral y en los océanos que lo rodean.

La expedición de campo incluía a representantes del Museo de La Plata de Argentina, de la Universidad Estatal Minot, de la Universidad de Oklahoma, de la Inspección Geológica de Dakota del Sur y a estudiantes graduados de la Universidad de California Riverside y de la Escuela de Minas y Tecnología de Dakota del Sur.

Según Case, la suerte jugó un papel principal en el hallazgo.
La fauna local no muestra ninguna influencia de su ambiente extremo, ya que al no tener grandes depredadores, no existen restricciones evolutivas en permanecer fuera de la multitud.
La fauna local no muestra ninguna influencia de su ambiente extremo, ya que al no tener grandes depredadores, no existen restricciones evolutivas en permanecer fuera de la multitud.


Primero, en la Antártida se han encontrado relativamente pocos fósiles de dinosaurios de fines del Periodo Cretáceo, que se extendió desde hace 145 millones de años hasta hace unos 65 millones de años (la segunda parte de la así llamada “Era de los Dinosaurios). Segundo, el espécimen fue un hallazgo extremadamente raro y uno de los únicos seis dinosaurios fósiles que han sido descubiertos en la región de James Ross de la Antártida, la masa de tierra que sobresale hacia el norte del continente austral, en dirección a Sud América. Es que para poder ser preservado, probablemente el animal flotó, luego de morir hace unos 70 millones de años, desde la costa hacia el mar abierto, y se depositó en el fondo de lo que entonces era un área de muy poca profundidad del mar de Weddell.

El equipo concentró sus investigaciones en Naze, una península al norte, donde los materiales expuestos representan un período hacia del fin de la Era Mesozoica, un lapso que abarca desde hace 248 millones hasta 65 millones atrás y que incluye al Período Cretáceo. En esa época, el área estaba cubierta por las aguas de la plataforma continental, con una profundidad de 100 a 200 metros.
El rompecabezas de continentes que se combinaron en el supercontinente Gondwana. La deriva continental y la tectónica de placas diseminaron las masas de tierra por todo el globo.
El rompecabezas de continentes que se combinaron en el supercontinente Gondwana. La deriva continental y la tectónica de placas diseminaron las masas de tierra por todo el globo.


Si ésto se confirma, como esperan Case y Martin, la nueva especie será el segundo terópodo antártico de fines del Período Cretáceo.

Viaje a la cima de la montaña

Al mismo tiempo, a miles de kilómetros de allí, un equipo de investigación liderado por William Hammer del Colegio Augustana en Rock Island, Illinois, estaba trabajando en el interior de la Antártida, en la cima de una montaña a unos 3.900 metros de altura y cerca del Glaciar Beardmore. Insertada en la roca sólida, encontraron lo que creen que sea la pelvis de un saurópodo primitivo, un dinosaurio herbívoro de cuatro patas similar a otras criaturas mejor conocidas, como el braquiosaurio y el diplodoco. Ahora conocida como Monte Kirkpatrick, el área fue alguna vez el suave lecho de un río antes de que millones de años de actividad tectónica lo elevaran hacia el cielo.

Aunque es un veterano cazador de dinosaurios, conocido por su descubrimiento del Cryolophosaurus ellioti en 1991, Hammer regresó al sitio de ese descubrimiento para continuar su trabajo, que había sido detenido en parte porque en busca del criolofosaurio se había cavado muy profundo en la cara de un risco, creando un saliente potencialmente peligroso. Trabajadores especializados fueron trasladados por avión al campamento de investigación en el Glaciar Beardmore para remover el saliente y hacerlo más segura para así continuar las excavaciones.

Mientras Hammer y su equipo continuaban, Peter Braddock, un guía de montaña de seguridad del equipo, registró el área en búsqueda informal de fósiles.
“Las biosferas planetarias son entidades complejas cuyas historias están llenas de imprevistos, accidentes, y azar”. David Grinspoon. Crédito por la Imagen: NASA
“Las biosferas planetarias son entidades complejas cuyas historias están llenas de imprevistos, accidentes, y azar”. David Grinspoon. Crédito por la Imagen: NASA


“Yo le decía en broma, “mira hacia abajo, busca cosas extrañas en la roca”, dijo Hammer. “Él había marcado cuatro o cinco cosas que pensó eran extrañas, incluyendo algunas raíces fosilizadas. Pero me di cuenta de que una de esas cosas era hueso: parte de una enorme pelvis e ilíaco, y mucho, mucho más grande que los huesos correspondientes en un criolofosaurio”.

Basado en análisis de campo de los hueros, Hammer y sus compañeros investigadores creen que la pelvis (de aproximadamente un metro de ancho) es de un saurópodo primitivo que representa una de las más primitivas formas del emergente linaje de dinosaurios que eventualmente produjo animales de más de 30 metros de largo.

De acuerdo con sus estimaciones acerca de los huesos excavados en el sitio, Hammer sugiere que la nueva criatura, todavía sin nombre, tenía entre 1,8 y 2,1 metros de altura y hasta nueve metros de largo.

Hammer dijo que las rocas en las cuales se realizó el hallazgo ayudaron a establecer que la criatura vivió hace aproximadamente 200 millones de años, muchos millones antes que la criatura que Case y Martin descubrieron en la Península Antártica. Hammer dijo que varias líneas de evidencia apuntan a la conclusión de que su descubrimiento y el de Case y Martin representan dos nuevas especies ofrecidas por las rocas del “Continente Helado”.

“Este sitio está geográficamente tan lejos de cualquier otro sitio que tenga una edad similar, que es claramente un nuevo dinosaurio para la Antártida,” dijo Hammer. “Tenemos tan pocos especímenes de dinosaurios en ese continente, comparados con cualquier otro lugar, que casi todo lo que encontremos allí será nuevo para la ciencia”, concluyó.



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