Un equipo del centro Goddard crea el Unobtainium
Por :
Carlos M. Luque 01-10-2010
Un grupo de científicos crea un material aparentemente imposible de obtener y lo bautiza como el mineral de la película "Avatar".

La estructura ISIM en el simulador de vacío de entorno espacial del Goddard Space Flight Center de la NASA. Crédito: NASA/Chris Gunn.
Traducido para Astroseti por Ernesto Avelino Sáez Buitrago
Space Daily
30 de Septiembre de 2010Imagina que tienes que hacer el chasis de un coche sin la ayuda de un
plano y ni siquiera una lista de materiales recomendados para su
construcción. En cierto sentido, eso es precisamente lo que un equipo de
científicos de la NASA, pertenecientes al
Goddard Space Flight Center en Maryland, han tenido que hacer para diseñar la increíble estructura que
forma parte de los 9 sistemas fabricados con tecnologías de innovación
del
Integrated Science Instrument Module (ISIM). De la misma manera que el chasis de un coche sostiene el motor y
otros componentes, el ISIM acogerá cuatro instrumentos de altísima
sensibilidad, además de otros dispositivos electrónicos y sistemas
instrumentales que volarán en el
James Webb Space Telescope, el próximo
observatorio espacial de referencia de la NASA.
Empezando de cero y sin ninguna experiencia que les sirviera de
ayuda, los ingenieros diseñaron el ISIM con un material nunca
manufacturado anteriormente y luego decidieron probar su capacidad para
soportar las súper-frías temperaturas que encontrará el observatorio
cuando alcance su órbita, a 1,5 millones de kilómetros de la tierra.
Allí estará expuesta a temperaturas del orden de 27º Kelvin (-246º
Centígrados), más frío aún que la superficie de Plutón. "Es la primera gran estructura espacial hecha de
composite que
permanecerá en un entorno tan hostil", afirmó
Jim Pontius, responsable
de la ingeniería mecánica del ISIM
El test de 26 días fue
concebido específicamente para comprobar si la pieza, que tiene el
tamaño aproximado de un coche, se distorsiona y contrae tal y como se
pensaba, cuando pasa de una temperatura ambiente hasta tal grado de
congelación. Esta cuestión es de una importancia crucial ya que los
instrumentos científicos deben mantener una posición específica en la
estructura para ser capaces de recibir la luz captada por el espejo
principal del telescopio, que tiene 6,5 metros de diámetro. Si el armazón se encogiera o sufriera torsiones de forma
impredecible a causa del frío los instrumentos no podrían mantenerse en
la posición adecuada para poder obtener los datos: desde los primeros
brillos posteriores al big bang hasta la formación de sistemas solares
aptos para albergar vida.
Ray Ohl, el ingeniero óptico que lidera el equipo de integración
óptica y test del ISIM declaró que “las tolerancias son mucho más
restrictivas que en el telescopio espacial
Hubble y los requerimientos
ópticos para el
Webb son, si cabe, más difíciles de alcanzar”. A pesar de los repetidos ciclos de pruebas la estructura en forma
de viga diseñada por los ingenieros de
Goddard no se ha agrietado. Se
contrae solamente 170 micrones, tal y como estaba previsto -el ancho de
la punta de una aguja- cuando alcanza los 27º kelvin (-246º
Centígrados). Esto es, muy por debajo de los 500 micrones del
requerimiento de diseño.
"Será imposible volver a alinear los instrumentos en órbita si la
estructura se mueve demasiado", dijo
Eric Johnson, el jefe de
proyecto de la estructura del ISIM. "Esta es la razón por la que
necesitamos cerciorarnos acerca de si la hemos diseñado bien".
Obteniendo el Unobtainium Alcanzar este hito fue una de los
objetivos principales del equipo del centro
Goddard. En cada uno de los
niveles, "hemos ido un paso más allá tecnológicamente: empezando por el
tipo de material que podríamos usar para construir el ISIM y terminando
por cómo podríamos probarlo una vez ensamblado", y añadió
Pontius: "los desafíos tecnológicos han hecho que el programa atrajera a la
gente".
Uno de estos primeros desafíos que afrontó el equipo nada más que
la NASA otorgase al centro
Goddard el liderazgo en el diseño del ISIM,
fue precisamente el de identificar un material apropiado para la
estructura que asegurase el alineamiento criogénico preciso de los
instrumentos y su estabilidad. A esto había que sumar que fuese capaz de
sobrevivir a las tensiones gravitacionales extremas que iba a sufrir
durante el lanzamiento. Una búsqueda exhaustiva en la literatura técnica en pos del posible
material candidato no dio resultados positivos, dejando al equipo ante
una sola alternativa: desarrollar su propio material "hecho a
propósito", al que los miembros del equipo terminaron aludiendo
jocosamente como
Unobtainium que traducido al castellano podríamos
llamar
Noobtenio: "el no obtenido" (*)
A través de la modelización matemática, el equipo descubrió que
combinando dos materiales distintos de
composite, podrían crear un
sistema formado por fibra de carbono y una resina con base de éster
cianato, que podría ser ideal para fabricar los tubos cuadrados de 75 mm
de diámetro de la estructura. ¿Cómo iban después a ensamblarse esos tubos unos con otros?. De
nuevo a través de la modelización matemática se encontró que las piezas
podrían unirse usando una combinación de juntas y grapas de aleación de
níquel y unas placas de
composite de formas especiales, unidas con un
novedoso proceso adhesivo, de manera que distribuyeran suavemente las
cargas del lanzamiento, sosteniendo los instrumentos en localizaciones
precisas. Lo que ha sido todo un desafío de ingeniería ya que diferentes
materiales reaccionan de manera distinta a los cambios de temperatura.
"Primero hicimos las piezas pequeñas y luego las grandes, haciendo
los test sucesivamente para ver si las teorías de fallo eran correctas.
Fuimos mirando dónde podría estar equivocado el diseño", explicó
Pontius. Y añadió: “incorporando las lecciones aprendidas en la estructura
definitiva
de vuelo alcanzamos los requerimientos y validamos las
pruebas de lo que al final fue nuestro
bloque construido por
aproximación”.
Haciendo el frío más frío Paul Cleveland, un técnico
especialista del centro
Goddard involucrado en el proyecto comentó: “no
estábamos seguros de poder llevar el simulador a una temperatura lo
suficientemente baja. Para la mayoría de las naves espaciales la
capacidad que tiene la cámara del simulador, que alcanza los 100º Kelvin
(-173º Centígrados) es suficiente, pero el telescopio
Webb va a soportar
una temperatura constante de 39º Kelvin (-234º Centígrados) cuando
alcance su órbita en el espacio profundo”.
El grupo fabricó una especie de envoltura en forma de lata de
atún, enfriada con Helio en la que luego metieron el armazón, y la
introdujeron en la cámara de vacío, que tiene más de 8 metros de
diámetro. "Cuando trabajas a temperaturas tan bajas las leyes físicas
cambian", afirmó
Cleveland. “Cualquier cosa, incluido cables o pequeñas
aberturas en la cámara, pueden crear una incorregible fuente de calor.
Al final estas jugando una partida muy difícil de ganar, un solo vatio
puede hacer que la temperatura suba 20 grados. No tuvimos más remedio
que ponernos a tapar meticulosamente todas las fisuras y pequeños
agujeros". Con todo bien sellado y el ISIM seguro dentro de su envoltura de
helio, los técnicos comenzaron a succionar aire de la cámara para crear
un alto grado de vacío. A continuación activaron los paneles de
nitrógeno para enfriarla a 100º Kelvin (-173º Centígrados) y empezaron a
inyectar helio dentro de la envoltura hasta alcanzar la temperatura
idónea.
Para medir la reacción de la estructura a medida que se iba
enfriando por debajo de la temperatura de congelación, el equipo usó una
técnica de fotogrametría: la ciencia que consiste en medir con
precisión por fotografía. De todas formas, aseguró
Ohl, "el uso de esta
técnica es todo menos algo rutinario cuando la llevas a cabo en un
ambiente congelado y sin aire". Para poder proteger dos cámaras de gama comercial del frío extremo,
las metieron dentro de unos envases especialmente diseñados para ello y
las colocaron al final de un brazo motorizado. A medida que el
brazo iba haciendo amplios giros en el interior de la envoltura de
helio, las cámaras efectuaban disparos a través de una ventana
reflectante de cristal recubierta de oro, a unos objetivos en forma de
pastilla de hockey atornillados en los tubos de composite del ISIM. Con
las imágenes obtenidas el equipo podría determinar con precisión si se
movían las marcas y, si así era, por cuanto.
"Pasó la prueba muy bien, el test ha sido un éxito total", afirmó
Pontius, refiriéndose al insignificante encogimiento detectado. Una
vez rebasada esta prueba tan crítica los miembros del equipo han
advertido que su trabajo puede servirle de mucho a la NASA en el futuro.
Muchas de las misiones científicas proyectadas operarán en el espacio
profundo y, por consiguiente, tendrán que ser probadas bajo extremas
condiciones criogénicas. Mientras tanto las instalaciones servirán para
realizar pruebas a otros sistemas del telescopio
Webb, como, por ejemplo,
el llamado
plano posterior, la estructura a la que los 18 segmentos
del espejo principal están atornillados. “Necesitamos caracterizar
también su deformación a temperaturas criogénicas”, añadió
Ohl, para
terminar.
Artículo original:-
Goddard Team Obtains The 'Unobtainium' For NASA's Next Space Observatory (Fuente:
Space Daily)
(*) Nota del Editor: el término
Unobtainium es popular en la literatura fantástica y de ciencia ficción, habiendo sido utilizado recientemente en la película
Avatar. En la versión doblada al español se refieren al mismo como
Inobtanio.
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