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Enero 2005

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Fecha original : 2004-07-13
Traducción Astroseti : 2004-07-15

Traductor : Javier Martín
Artículo original en inglés
 ASTRONAUTICA    
Voyager 1, Preparado para la Acción
En los límites de nuestro sistema solar, una onda expansiva está a punto de alcanzar a Voyager

Concepto artístico del Voyager 1. [<A HREF= http://voyager.jpl.nasa.gov/ target=_blank>Más</A>]
Concepto artístico del Voyager 1. [Más]

Cuando el Voyager 1 se comunica con la NASA, lo que hace casi cada día, no hay normalmente mucho que reportar. La nave esta a casi 9 billones de millas (14,5 billones de Km) del sol, en los confines de nuestro sistema solar. Todo está muy tranquilo ahí afuera, oscuro y sin incidentes.
Voyager 1, prepárate para la acción.

Una onda expansiva solar viene hacia la nave y 'podría llegar en cualquier momento', dice Ed Stone, científico del proyecto de la misión Voyager del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).

¿Recuerdan las tormentas solares de octubre y noviembre del 2003? Las manchas solares gigantes desataron algunas de las más poderosas erupciones de la historia documentada; las explosiones arrojaron nubes de gas de un billón de toneladas, llamadas emisiones de masa coronal (CMEs), dentro del sistema solar. Cuando las CMEs alcanzaron la Tierra, las auroras aparecieron tan al sur como Florida, y nuestro planeta adquirió un nuevo cinturón de radiación que persistió durante semanas.|

Casi un año después, la gente todavía sigue hablando de lo que sucedió. Bien … la tormenta no ha acabado. Las nubes expulsadas por el sol durante esas semanas históricas han estado viajando a través de nuestro sistema solar desde entonces, y están a punto de adelantar al Voyager 1.
Algunas otras naves han recibido ya el impacto.

El 28 de octubre de 2003, una CME pasó alcanzando a la Mars Odyssey, en órbita con Marte. La intensa radiación deshabilitó uno de los instrumentos científicos de la nave, el Experimento de Entorno de Radiación de Marte (MARIE), diseñado irónicamente para estudiar las tormentas solares y la radiación espacial. En las semanas siguientes a esto, las CMEs zarandearon a Ulysses cerca de Júpiter, y a Cassini en su camino hacia Saturno. Ninguna de las naves espaciales resultó dañada.

Cuando una de las CMEs alcanzó a Saturno, Cassini detectó emisiones de radio a ráfagas que señalizaban una tormenta magnética alrededor del planeta anillado. Saturno (como la Tierra y Júpiter) tiene un campo magnético global que envuelve al planeta, envolviéndolo en una burbuja protectora llamada magnetosfera. Cuando una CME impacta, la magnetosfera retumba ('una tormenta magnética'); las auroras aparecen; y el plasma dentro de la magnetosfera empieza a emitir ondas de radio … pero el planeta en sí está a salvo.
'La onda expansiva era tan poderosa que podía provocar una tormenta magnética hasta Saturno, casi diez veces mas allá del sol que la Tierra. “Es impresionante', se maravilla Stone.

Octubre. Noviembre. Diciembre. 'Las CMEs siguen viajando hacia el exterior', dice Stone. Enero. Febrero. Marzo. 'Algunas de las CMEs se fusionaron de manera que las nubes mas rápidas se hicieron con las mas lentas'. Abril. 'La onda impacta con Voyager 2'.

Concepto artístico de la onda de expansión viajando hacia afuera del sistema solar. [<A HREF= http://www.gsfc.nasa.gov/topstory/2004/0708flare.html target=_blank>Más</A>]
Concepto artístico de la onda de expansión viajando hacia afuera del sistema solar. [Más]



Voyager 1 y 2 son las naves espaciales más lejanas del sistema solar. Dejaron la Tierra a finales de los años 70, visitaron Júpiter y Saturno (Voyager 2 también fue a Urano y a Neptuno), después fue hacia las estrellas. Voyager 2 está ahora a 7 billones de millas de la Tierra, y Voyager 1 a casi 9 billones de millas.

Pronto estas naves alcanzarán el borde de la magnetosfera solar, o 'heliosfera', una vasta burbuja magnética que contiene los nueve planetas. Afuera de la burbuja se encuentra el espacio interestelar. Dentro... los Voyagers están todavía dentro del rango de las tormentas solares.
La onda expansiva golpeó a Voyager 2 viajando a 600 km/s, o 1,3 millones de mph. (Para comparar, las CMEs salieron del sol el pasado octubre a una velocidad de 1.500 a 2.000 km/s, 'ha habido una deceleración considerable', puntualiza Stone.) La fuerza física fue tenue, menos que el toque de una pluma—la nave no se tambaleó. Tampoco la radiación causó ningún problema. La tormenta se había difuminado sobre un gran volumen para cuando alcanzó a Voyager 2, 'ni hubo ningún daño' dice Stone.

De hecho, el encuentro fue bueno. Voyager 2 midió (indirectamente) la velocidad del choque, como también su composición, temperatura y magnetismo. Estos datos son inestimables, dice Stone. Combinados con las mediciones de la Mars Odyssey, Ulysses, Cassini y las de otras naves, muestran el amplio rango de la evolución y disipación de las CMEs. Un día, astronautas humanos estarán “allí”, y los planificadores de misiones necesitarán saber como afrontar esos factores.

El único que queda es Voyager 1.

Basado en la velocidad de la onda de expansión cuando impactó en Voyager 2, 'esperábamos que el impacto se produjese en Voyager 1 para el 26 de junio', dice Stone. 'Seguimos esperando'. Es imposible que la onda, de estructura irregular, simplemente pase de largo por Voyager 1.

Un diagrama esquemático de la onda expansiva solar alcanzando el límite de la heliosfera. <A HREF= http://www-pw.physics.uiowa.edu/space-audio/vgr-helio.html target=_blank>Haz clic para escuchar</A> sonidos de radio generados por la colisión. [<A HREF= http://www-pw.physics.uiowa.edu/space-audio/vgr-helio.html target=_blank>Más</A>]
Un diagrama esquemático de la onda expansiva solar alcanzando el límite de la heliosfera. Haz clic para escuchar sonidos de radio generados por la colisión. [Más]

Pero no pasará de largo por el límite de la heliosfera—no puede. Cuando la onda llegue allí, dice Stone, podría haber una explosión de radio de 2 a 3 kHz señalizando el impacto, parecido a las emisiones de radio que Cassini detectó cuando la onda alcanzó el campo magnético de Saturno, pero a mucha menor frecuencia. Voyager 1 tiene un receptor a bordo que puede recoger tales explosiones y reportarlas de vuelta a la Tierra.

Eso no es todo: la onda expansiva empujará el límite de la heliosfera hacia fuera como 600 millones de km, cree Stone, y entonces se producirá un rebote. Durante meses las capas más externas de la burbuja magnética del sol se podrían mover adelante y atrás sobre el Voyager 1.

Para Stone y sus colegas, los cuales han estado esperando durante décadas que Voyager 1 alcanzase los límites externos del sistema solar, esto es un momento apasionante. Ondas expansivas solares. Explosiones de radio. La heliosfera a punto de reventar y rebotando.

Después de todo ahí fuera no es todo tan tranquilo.




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