Resumen: A medida que el rover Spirit ha ido orientándose a través de su paseo de casi dos kilómetros hacia las colinas Columbia, el paisaje ha pasado de planas llanuras a unas desnudas paredes verticales. Las capas de estas paredes muestran a los geólogos una historia de qué elementos predominaban en el pasado remoto. Los científicos de la misión siguen con sus esfuerzos para neutralizar las corrosivas contribuciones del viento, el agua y los impactos.
Por un redactor de Astrobiology Magazine
La ruta del Spirit a lo largo del cráter Gusev hacia las colinas Columbia vista por la cámara de navegación Créditos : NASA/JPL
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Esta imagen de cabecera muestra el cráter marciano Gusev más o menos con su color real, como si el observador estuviese justo bajo las colinas llamadas Columbia.
El rover Spirit está en la base de la sección llamada “espuela oeste” de las colinas Columbia. La visión de Marte con sus tonos de herrumbre rojiza y un cielo casi verde oliva supone un crudo alivio de las llanuras alrededor del enorme cráter. Se cree que las colinas son una unidad rocosa antigua comparadas con lo que se ha visto en la lejanía en el suelo del cráter. A los científicos les encantaría comprender mejor el entorno ambiental del pasado en el cráter Gusev, y tienen planes encaminados a identificar lo que puede ser el lecho seco de un antiguo lago.
Para que el Spirit llegue a las colinas Columbia, los conductores del rover han tenido que maniobrar casi dos kilómetros a través de un terreno áspero. El viaje les ha llevado casi un mes de conducción, pero el valiente rover ya ha comenzado sus investigaciones en las capas rocosas a las que sólo se puede acceder a través de las afiladas paredes verticales.
Al examinar la edad de los materiales en otro planeta, los científicos no pueden hacer uso de todas las herramientas de las que dispondrían en la Tierra. La datación por isótopos, por ejemplo, sirve a menudo para determinar la edad de las rocas, pero la logística necesaria para llevar a Marte instrumentos de medición por isótopos no ha sido completamente desarrollada. En lugar de eso, los científicos observan las capas, puesto que el material más antiguo está, por lo común, enterrado bajo las capas más recientes. Como cabría esperar, el material más joven de la cima se depositó más recientemente, y por tanto, encontrar las rocas más antiguas requiere conducir con gran ingenio, para poder llegar a esas valiosas y desnudas antigüedades.
Por medio de su herramienta de abrasión, conocida también como “rata”, los dos roveres de exploración han agujereado todas las laderas que han encontrado para dar a los científicos un vistazo de la historia geológica de las capas marcianas. Los roveres también pueden cavar zanjas de más o menos 15 cm de profundidad, bloqueando cinco de las seis ruedas, de modo que el chasis quede quieto, y haciendo girar la rueda restante, de modo que escarba. Sin embargo, la profundidad que se puede alcanzar con esta técnica está limitada al radio de la rueda, antes de que el eje comience a interferir.
Los planificadores de la misión esperan actualmente llevar al Spirit a la cima del pico conocido como “espuela oeste” una vez que hallen el camino de ascenso menos costoso energéticamente.
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