Resumen: ¿Podemos terraformar Marte?¿Cuál es el futuro de la vida en la Tierra?¿Encontraremos alguna vez vida alienígena? Estas son unas pocas de las preguntas lanzadas en la Conferencia de Ciencias Astrobiológicas de 2004.
Por Leslie Mullen
La posibilidad de encontrar vida alienígena está atormentadoramente cercana. El descubrimiento de características de agua antigua en la superficie de Marte sugiere que la vida pudo existir en la puerta de al lado. El descubrimiento de planetas en otros sistemas solares insinúa el potencial para la vida en los lejanos confines de nuestra galaxia, y los científicos predicen que en una década descubriremos mundos semejantes a la Tierra orbitando estrellas distantes.

La ciencia-ficción se enfrenta a los hechos científicos. "¿Cuales son las posibilidades reales, así como las ramificaciones potenciales, de transformar Marte?". Participantes en el debate, de izquierda a derecha: McKay, Pratt, Rummel, Shirley, Clarke, Robinson, Bear, Kastings.
Crédito: NASA
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Cerca de 700 científicos e ingenieros de todo el mundo ponderaron estos y otros tópicos la pasada semana en la Conferencia de Ciencias Astrobiológicas de 2004 en el centro de investigación Ames de la NASA en Mountain View, California. Las discusiones oscilaron desde las más pequeñas formas de vida, incluyendo virus, a la evolución de la especie viva más inteligente que conocemos hasta ahora, el ser humano, o a la posibilidad de contactar con alienígenas avanzados en otros sistemas solares.
Muchos científicos dicen que si encontramos vida alienígena, será un microbio. La Tierra es un mundo microbiano, y casi toda la biosfera en el planeta está llena de vida en este minúsculo sentido. La vida microbiana en la Tierra ha evolucionado para vivir confortablemente en ambientes extremos como calor escaldante, frío congelante y soluciones ácidas. Los microbios pueden sobrevivir incluso la radiación y el vacío del espacio. Aunque aún no se han descubierto microbios fuera de la Tierra, el Universo está plagado de los bloques orgánicos estructurales de la vida.

Vista interior del techo de cristal y los biomas de Biosfera 2.
Crédito: Biosfera
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Mientras los astrobiólogos intentan imaginar donde puede prosperar la vida fuera de la Tierra, el origen de la vida en nuestro propio planeta continúa siendo un misterio. Los científicos discuten proyectos de perforación con la intención de alcanzar la vida subsuperficial. Estos proyectos pueden no sólo ayudar a ver la luz de los orígenes de la vida aquí en la Tierra, sino que pueden indicar lugares donde la vida podría existir en Marte.
Steve Squyres, científico principal para el equipo de los rovers marcianos en la Universidad de Cornell, ha proporcionado una revision de los progresos realizados por los rovers Spirit y Opportunity. Squyres parece confiar en que las trazas y características químicas encontradas por el rover Opportunity son indicatives de un flujo de agua salada que existió una vez en la superficie marciana, e insinúa que hay nuevas evidencias por venir que pueden confiar esta teoría.
Mientras que el pasado continua siendo un tema caliente, el futuro parece estar calentandose aun más. Gran parte de la conferencia se dedicó a la pregunta ¿Hacia donde vamos?. Los científicos examinaron el impacto de lo s humanos en el ambiente terrestre, y se preguntan acerca del destino de nuestro planeta. El descubrimiento de alrededor de 100
planetas extrasolares como poco está ayudando a adaptar la busqueda de vida exterior, y futuras misiones como Kepler y el Descubridor de planetas terrestres (Terrestrial Planet Finder) podrán refinar aun más está busqueda.
El futuro de Marte fue la piedra central de un debate en
terraformación patrocinado por Astrobiology Magazine y el
Museo de la Ciencia Ficción y el Pasillo de Celebridades. Moderado por Donna Shirley, la directora original del equipo que construyó el rover Mars Pathfinder, los participantes debatieron las implicaciones científicas y éticas de convertir Marte en un mundo habitable por humanos. Los autores de Ciencia Ficción
Greg Bear y
Kim Stanley Robinson se unieron a la discussion con los astrobiólogos
Chris McKay, James Kasting, Lisa Pratt y David Grinspoon, y tambien con el director de Protección Planetaria de la NASA John Rummel. El renombrado autor de Ciencia Ficción Arthur C. Clarke se unió al debate por teléfono desde Sri Lanka.
● Vean la galleria de terraformación y el carrusel de diapositivas.
Muchos de los participantes coincidieron en que nuestra primera prioridad debe ser buscar vida en Marte. Si hay vida allí, la terraformación deberá esperar hasta que podamos estudiar dicha vida y determinar si está relacionada con la vida en la Tierra o es una génesis enteramente única. Dado que la vida puede encontrarse profundamente bajo la superficie, pueden pasar varias décadas antes de que podamos decir con seguridad si Marte está vivo o muerto.

Rodadas en el suelo marciano hechas por el rover Spirit.
Crédito: NASA/JPL/OSU/Cornell
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Si decidimos terraformar Marte, será un trabajo largo, difícil y costoso. Los invitados parecen divididos acerca de si la terraformación merece la pena. Chris McKay, por ejemplo, abogaba por llevar vida al planeta rojo, “para devolver a Marte su látido”. Sin embargo otros eran más indecisos, preguntandose si podríamos alterar un mundo exterior cuando tenemos tantos problemas para mantener un ambiente saludable en nuestro propio planeta.
• Ver la galería de imágenes de Sol de Spirit y la presentación de diapositivas
Cualquiera con enfrentamientos con su conciencia pudo asistir a sesiones de ética, donde los participantes discutieron las múltiples implicaciones históricas, religiosas, sociológicas y filosóficas de la exploración humana. Al final, la posición particular de cada uno pudo estar determinada por una simple cuestión: ¿Cuándo ves fotos de rodadas de rover en el suelo rojo de Marte, que te hace sentir?¿Lo ves como la profanación de un planeta prístino? O ¿lo ves como una excitante huella del hombre?
Cuando le preguntamos si deberíamos terraformar, Arthur C. Clarke respondió, 'Quizás se lo deberíamos preguntar primero a los marcianos'.