basado en un comunicado de prensa de NASA/GSFC
![Visualización de datos de las emisiones de rayos x sobre el Polo Norte durante la “lluvia polar” de electrones del día 11 de mayo de 1999. Las emisiones fueron detectadas por el instrumento PIXIE del satélite Polar de la NASA. [<a href=http://science.nasa.gov/images/solarwind_gsfc/aurora_big.jpg target=_blank>agrandar imagen</a>]](images/solarwind_gsfc/aurora_med.jpg)
Visualización de datos de las emisiones de rayos x sobre el Polo Norte durante la “lluvia polar” de electrones del día 11 de mayo de 1999. Las emisiones fueron detectadas por el instrumento PIXIE del satélite Polar de la NASA. [agrandar imagen]
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Desde el día 10, y hasta el 12 de mayo de 1999, el soplo constante del viento solar prácticamente desapareció. Se trata del apaciguamiento más drástico y de mayor duración observado hasta ahora.
Disminuyendo a una fracción de su densidad normal y a la mitad de su velocidad habitual, el viento solar se debilitó tanto, que permitió a los científicos observar un flujo de partículas procedentes de la corona del Sol en dirección a la Tierra. Este drástico cambio en el viento solar también produjo una variación en la forma del campo magnético de nuestro planeta y una exhibición inusual de auroras boreales.
El explorador ACE de la NASA y el satélite Wind observaron que, desde las últimas horas del día 10 de mayo y hasta las primeras del día 12, la densidad del viento solar disminuyó más de un 98%. Debido a esta caída, los electrones cargados del Sol discurrieron hacia la Tierra en estrechos haces, conocidos como “the strahl”. Bajo condiciones normales, estos electrones se diluyen, se mezclan y vuelven a encauzarse gracias al campo magnético de la Tierra (la magnetosfera). Pero en mayo de 1999, varios satélites detectaron la llegada a nuestro planeta de electrones con propiedades similares a los de la corona solar, lo que sugería que eran una muestra directa de partículas procedentes del Sol.
![En estas dos imágenes con luz visible obtenidas por el Visible Imaging System (Sistema de Imagen Visible) se comparan las regiones de auroras boreales el día 11 de mayo de 1999 y un día normal (13 de noviembre de 1999). Fuente: Universidad de Iowa/NASA. [<a href=http://science.nasa.gov/images/solarwind_gsfc/northpole_big.gif target=_blank>agrandar imagen</a>]](images/solarwind_gsfc/northpole_med.gif)
En estas dos imágenes con luz visible obtenidas por el Visible Imaging System (Sistema de Imagen Visible) se comparan las regiones de auroras boreales el día 11 de mayo de 1999 y un día normal (13 de noviembre de 1999). Fuente: Universidad de Iowa/NASA. [agrandar imagen]
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“Este suceso abre una ventana para observar la corona solar directamente”, apunta el Dr. Keith Ogilvie, científico del proyecto del Satélite Wind de la NASA y físico espacial en el Goddard Space Flight Center (Centro de Vuelo Espacial Goddard), Greenbelt, MD. “Los rayos de luz de la corona no se dividen ni se dispersan como hacen bajo circunstancias normales y la temperatura de los electrones es muy similar a la de su estado original en el Sol”.
'Normalmente, nuestra perspectiva de la corona desde la Tierra es similar a la visión del Sol en un día nublado”, señala el Dr. Jack Scudder, físico espacial de la Universidad de Iowa e investigador principal del Hot Plasma Analyzer (Analizador de Plasma Caliente) del satélite Polar de la NASA. “El día 11 de mayo, las nubes se abrieron y pudimos ver el Sol con claridad”.
![Animación. El día que el viento solar desapareció (animación de 9.4 MB). A medida que el viento solar se disipaba el día 11 de mayo de 1999, la magnetosfera y el arco de choque de la Tierra aumentaron cinco veces su tamaño normal. La aurora, que generalmente forma óvalos alrededor de los polos, se completa en el casquete polar norte. Fuente: NASA [<a href=http://science.nasa.gov/videofiles/physics_astronomy/Solarwind.mov target=_blank>animación Quicktime</a>]](images/solarwind_gsfc/solarwind2.gif)
Animación. El día que el viento solar desapareció (animación de 9.4 MB). A medida que el viento solar se disipaba el día 11 de mayo de 1999, la magnetosfera y el arco de choque de la Tierra aumentaron cinco veces su tamaño normal. La aurora, que generalmente forma óvalos alrededor de los polos, se completa en el casquete polar norte. Fuente: NASA [animación Quicktime]
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Hace catorce años, Scudder y el Dr. Don Fairfield, de Goddard, predijeron los detalles de un suceso como el que se dio el día 11 de mayo, diciendo que se produciría una intensa “lluvia polar” de electrones sobre uno de los casquetes polares de la Tierra. Generalmente, éstos no reciben suficientes electrones cargados como para crear una aurora visible. Pero en un caso de intensa lluvia polar, según teorizaron Scudder y Fairfield, el haz de electrones fluiría libremente a lo largo del campo magnético solar hacia la Tierra y se precipitaría directamente sobre los casquetes polares, dentro de la zona en que se producen las auroras. Esa lluvia polar fue observada por primera vez en mayo cuando el satélite Polar detectó, a través de imágenes de rayos-X, un continuo brillo incandescente sobre el Polo Norte.
De forma paralela a la lluvia polar, la magnetosfera de la Tierra aumentó de cinco a seis veces su tamaño normal. Los satélites Wind, IMP-8, el Lunar Prospector (Nave de Exploración Lunar) y los satélites ruso, INTERBALL, y japonés, Geotail, observaron el arco de choque más alejado visto hasta el momento. El arco de choque de la Tierra es el frente de impacto donde el viento solar golpea sobre el borde, orientado hacia el Sol, de la magnetosfera.
Según las observaciones de ACE, la densidad del helio en el viento solar disminuyó a menos del 0.1% de su valor normal, y los iones más pesados, sujetos por la gravedad del Sol, aparentemente no podían escapar de él. Datos procedentes del explorador SAMPEX, revelan que, después de este suceso, los cinturones exteriores de radiación de la Tierra se debilitaron drásticamente durante varios meses.

Esta película, que puede contener de dos a seis horas, muestra las imágenes más recientes de la región de auroras de la Tierra, tomadas por el Ultraviolet Imager Instrument (Instrumento de Visión Ultravioleta) a bordo del satélite Polar. Se generan nuevas películas cada 6 horas. Actualice para ver la última animación o visite la página principal de UVI para ver nuevas fotografías cada 7 minutos.
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“El episodio de mayo proporciona unas condiciones únicas para poner a prueba determinadas ideas acerca de las interacciones entre el Sol y la Tierra”, señaló Ogilvie. “Este hecho refuerza nuestra convicción de que estamos empezando a comprender cómo funcionan las conexiones entre ambos”.
El día 13 de diciembre, a las 12 del mediodía (huso horario de la costa este norteamericana), se hará público un archivo de vídeo de la NASA relacionado con este tema. El canal de televisión de la NASA se difunde a través del satélite GE-2, transpondedor 9C, a 85ºW, 3880MHz de polarización vertical y con audio a 6'8MHz. Otros vídeos de consulta : ftp://ftp.hq.nasa.gov/pub/pao/tv-advisory/nasa-tv.txt.