Resumen: (2 de octubre de 2004) Los científicos e ingenieros de la Génesis han 'blindado' el lugar de impacto de la sonda colectora de viento solar, con la esperanza de poder cumplir con los objetivos de la misión.

“Esto podría hacer que arrancáramos una victoria de las fauces de la derrota”, ha dicho el Dr. Roger Wiens, del laboratorio nacional de Los Alamos, miembro del equipo científico del proyecto Genesis. “Estamos muy motivados”.
Créditos: NASA
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Tres semanas después de que la cápsula se empotrara contra el desierto de Utah al fallar la apertura de sus paracaídas, los científicos de la NASA todavía albergan esperanzas de poder salvar la misión y de revelar nuevas pistas sobre el origen del Sistema Solar.
Los científicos ya casi han terminado de extraer la maltrecha caja interna de la cápsula, que alberga discos de material exótico utilizados durante 2 años y medio para capturar los átomos solares fuera del escudo magnético terrestre.
Unos pocos fragmentos del disco han sido enviados a los investigadores de California, pero los científicos de la NASA están trabajando aún en Utah para conservar la mayor parte de la carga. Planean enviar las muestras al Centro Espacial Johnson para su descontaminación - los discos están salpicados de barro, sales y esquirlas de la cápsula producidas en el choque.
La conservadora de astromateriales del Centro Espacial Johnson, Eileen Stansbery, ha dicho que el choque, que dejó el contenedor de muestras de la cápsula 'contaminado y abollado', dificultará los análisis, aunque no los impedirá.
'No hay nada que se haya perdido por completo. Hemos podido recuperar cada uno de los diferentes tipos de recolectores que estaban expuestos al viento solar', dijo el pasado jueves. Ella se encontraba en el área de pruebas de Dugway, en Utah, como miembro del equipo que dirige las tediosas tareas de recuperación.
Un comité de investigación de percances de la NASA, formado por 16 miembros, está intentando determinar las causas del fallo de los paracaídas al abrirse. La cápsula se estrello en el fango a más de 300 km/h y el choque hizo que se abriera en dos, como si fuera una almeja.
Los investigadores de la NASA y los ingenieros de la Lockheed Martin Corp. están concentrados en los controles y sensores electrónicos que debían haber detonado los explosivos que liberan los paracaídas. Su informe estará listo el próximo mes, según afirmó el jueves la portavoz de la NASA Gretchen Cook Anderson.