Resumen: Esta crónica en capítulos relata el viaje de este verano para descubrir nuevas especies abisales. La expedición conjunta australiana y neozelandesa trata de catalogar lo que nunca antes se había visto: el conjunto de organismos que habitan en uno de los ambientes más extremos de nuestro planeta. El capítulo siete continúa con la exploración en busca de algunas criaturas aún más exóticas.
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El navío Norfanz, vea la serie completa de imágenes.
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Para explorar los hábitats y la biodiversidad de las profundidades marinas en el mar de Tasmania, se llevó a cabo un viaje conjunto entre Australia y Nueva Zelanda dirigido por científicos de Australia, Nueva Zelanda y otras naciones con el fin de descubrir nuevas especies y hábitats marinos. El viaje de investigación NORFANZ exploró los hábitats del fondo marino en los montes submarinos y las llanuras abisales alrededor de las islas Lord Howe y Norfolk al nordeste de Nueva Zelanda. El viaje recogió muestras de la biodiversidad, muestras de ADN y tejidos, datos del hábitat del lecho marino, fotografías y vídeos de los montes submarinos a profundidades que van desde los 200 m hasta 1.2 km, y observó en libertad a animales que viven en las masas de agua sobre y alrededor de estos montes submarinos. La Oficina Nacional de los Océanos de Australia (National Oceans Office, NOO) - el organismo responsable para el desarrollo y la aplicación de la Política de los Océanos de Australia – y el Ministro de Pesca de Nueva Zelanda apoyaron el viaje de cuatro semanas entre el 10 de mayo y el 8 de junio.
Con la cooperación de la NOO, la NASA patrocinó la publicación de las notas científicas en Astrobiology Magazine escritas por los investigadores de a bordo. Como el director del Planetario Hayden, Neil Tyson, que escribió acerca de las maravillas de la biodiversidad: “No sé si los biólogos caminan cada día atemorizados por la diversidad de la vida. Ciertamente, yo sí. En este planeta único llamado Tierra, coexisten (entre otras incontables formas de vida), algas, escarabajos, esponjas, medusas, serpientes, cóndores y secoyas gigantes. Imagine estos 7 organismos alineados uno al lado del otro ordenados por tamaño. Si usted no los conociese bien, sería difícil creer que fuesen del mismo universo, mucho menos del mismo planeta”.
El principal objetivo de la expedición veraniega reflejaba ese sentimiento: proporcionar información de base sobre la vulnerabilidad natural y potencial de estos hábitats únicos y sobre su biodiversidad. Los resultados proporcionarán a los científicos interesados en la biodiversidad, un entendimiento mucho mayor de las especies que viven sobre o alrededor de los montes submarinos y dorsales en todo el mar de Tasmania, muchas de las cuales fueron descubiertas para la ciencia. La información mejorará y contribuirá a la colaboración internacional en la gestión de los océanos.
Día 19, 28 de mayo de 2003
Mark Norman, Museo Victoria
Oleaje ligeramente más fuerte (3 m), viento del SE de 25 nudos, 16ºC
Son alrededor de las 3 de la mañana y estamos groguis haciendo el cambio de turno. Aún no estoy acostumbrado a la hora de empezar estos turnos de 12 horas. Algunos de nosotros vamos tropezando de un lado a otro durante los cambios de turno. La tripulación parece más acostumbrada a ellos.
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Pez trípode (“tripod fish”), vea la serie completa de imágenes.
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Se acaba de lanzar un ‘exterminador de ratas’ así que tenemos una hora hasta que lo suban de nuevo. La última noche un arrastre de fondo a unos 800 m trajo 10 especies de Condrictios (el nombre científico para el grupo de tiburones y rayas, que tienen un esqueleto de cartílago), la cuenta fue de 9 especies de tiburones y una de rayas. Ayer se encontró en una captura la cabeza de un marrajo (Isurus oxyrinchus, “mako shark”). Por el corte limpio de un cuchillo, debe haber sido el descarte de un pesquero. Bernard Seret del IRD de París ha pasado el último día preparando la calavera y las mandíbulas para guardarlas como espécimen de referencia. Ha estado rascando cuidadosamente la carne y la piel con un bisturí. La calavera de cartílago blando se “fija” más tarde con un producto químico llamado formol, el mismo líquido para embalsamar que usan los de las funerarias. Evita que el músculo y el cartílago se descompongan y pierdan rigidez.
Este producto químico se usa para “fijar” muchos de los especímenes de referencia recogidos en este viaje. Otros se fijan en alcohol para que el ADN pueda ser extraído para los estudios sobre las reservas de pescado, las poblaciones y los orígenes evolutivos de los diferentes grupos.
Otras capturas de peces de la noche pasada fueron pez reloj (“orange roughy”), pez reloj plateado (“silver roughy”), oreos (fam. Oreosomatidae, “oreo dory”), halosauros (“halosaur”), anguilas espinosas (“spineback eel”), más granaderos o colas de rata (“rattail”), peces de cabeza lisa (“slickhead”), peces linterna (“lanternfish”), pez víbora (“viperfish”) y varios congrios abisales. Entre los invertebrados había joyelurias (“jewel squid”), ofiuras (“brittle star”), esponjas y pequeños erizos.
En cada turno de investigadores de 12 horas hay un equipo de peces y otro de invertebrados. Los ejemplares capturados se clasifican rápidamente en estos dos grupos principales sobre la cubierta y luego se llevan los animales en tinas a los diferentes laboratorios para su clasificación, identificación, fotografía y etiquetado. El equipo de invertebrados está coordinado por Karen Gowlett-Holmes del centro de Investigación Marina CSIRO de Hobart. Karen tiene un gran conocimiento de los invertebrados marinos y se une en el turno de noche a expertos en cada grupo: Rick Webber de Te Papa (gambas, camarones, langostinos y otros crustáceos), Matilde Richer de Forges del Museo Queensland (esponjas) y Tim O’Hara del Museo Victoria (ofiuras y otros equinodermos). En el turno de día están Penny Berents del Museo Australiano en Sidney (anfípodos y otros crustáceos); Peter Davie del Museo Queensland (cangrejos y otros crustáceos); Don McKnight (estrellas, erizos y otros equinodermos) y yo mismo, Mark Norman del Museo Victoria (pulpos, calamares y otros cefalópodos).
Para cada especie nueva que se encuentra o para las especies que se capturan por primera vez en este viaje, se toman fotos digitales para colocar en las carpetas de referencia fotográfica. Estas carpetas las actualizan constantemente Karen y Penny en lo que respecta a los invertebrados y sus datos se introducen en la base de datos del viaje. Las carpetas son muy útiles para revisar las identificaciones si alguna especie ya fue encontrada antes. El equipo de peces usa el mismo proceso. Brent Wood y Neil Bagley coordinan la entrada de todos los datos en los sistemas informáticos del barco con la entrada de los jefes de turno Malcolm Clark (día) y Peter MacMillan (noche). Al final del viaje las enormes bases de datos de información e imágenes resultantes, combinadas con el material no identificado enviado a expertos de todo el mundo, permite que los resultados del viaje sean rápidamente mejorados y la información se extienda enseguida. En este momento del viaje, se han recogido ya unas 1000 especies de invertebrados.
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Esponja, vea la serie completa de imágenes.
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Puedo oír los cabestantes empezando a sonar, lo que quiere decir que nos queda media hora antes de que los 3 km de cable llamado espía (“warp”, un cable de acero conectado a la red de arrastre) esté de nuevo a bordo. Por cada kilómetro de profundidad, se necesitan entre 1.7-2 km de cable de acero para arrastrar la red con un ángulo suficientemente bajo de tal modo que se asiente plana sobre el suelo pero no tan bajo que se hunda en él. La velocidad ideal es de unos 3 a 3.5 nudos. El capitán, Andrew Leachman, lo describe como aterrizar un avión, se ajustan los ángulos y las velocidades dependiendo de las condiciones. El “Tangaroa” lleva 4 km de cable en cada uno de los dos cabrestantes principales, lo bastante como para un arrastre a 2.7 km de profundidad.
El último arrastre desde 1500 m de profundidad trajo muchos oreos de ojo de buey (Oreosoma atlanticum, “ox-eyed dory”), algunos camarones, erizos fragmentados, anguilas de cesto, algunos tiburones, más peces reloj, uno de los peces hacha hallado a más profundidad con ojos en el lateral de la cabeza, más granaderos, un pez caracol (probablemente Psednos sp, “snailfish”) y un “blobfish” (Psychrolutes sp).
Esta tarde enganchamos la red de arrastre de fondo en un suelo rugoso y después se enmarañaron las puertas en el lance siguiente. El segundo lance fue hasta 250 m y capturó alguna colorida gallineta de aguas poco profundas (“sea perch”) y algunos trozos de coral negro con ofiuras y percebes. Mientras se repara la red de arrastre de fondo se envía el trineo Sherman. Mañana más.
Día 20, 29 de mayo de 2003
Mark Norman, Museo Victoria
Oleaje ligeramente más fuerte (3 m), viento de 18 nudos del SE, 17ºC
Son las 8 de la mañana y estamos escogiendo una localización adecuada para largar las redes en un monte submarino poco profundo en el Banco Wanganella. Los lugares de arrastre se escogen de acuerdo a las imágenes y a la información generada a bordo por el equipo de cartografía del fondo marino del NIWA: Richard Garlick, Kevin Mackay y Miles Dunkin.
Es importante recordar que se ha cartografiado muy poco del fondo marino. En el pasado, nuestro conocimiento del fondo de los océanos ha venido de medidas individuales realizadas por barcos en sus estrechos rumbos sobre el mar. En los primeros momentos ni siquiera la localización del barco en cada estación de profundidad era segura. Esto dio una imagen muy pobre del suelo marino e incluso con el desarrollo de las ecosondas había muchos errores causados por cosas tales como grandes bancos de peces o capas de dispersión en el agua. Esta situación está empezando a cambiar ahora con el desarrollo de algunas tecnologías muy novedosas.
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Mapa topográfico, fondo marino de Lord Howe, vea la serie completa de imágenes.
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La primera etapa comienza con satélites. La información de la localización exacta la proporciona en la actualidad el GPS (Sistema de Posicionamiento Global, “Global Positioning System”), capaz de discernir lugares separados un metro entre si. Otro sistema de satélites proporciona “datos de altimetría por satélite” que pueden generar un mapa de poco detalle del fondo marino para todos los océanos de la Tierra. Esto se hace midiendo la altura de la superficie del mar. No, el mar no está curvado por igual en toda la Tierra (incluso si se eliminan las influencias de las mareas, corrientes y oleaje). En unos puntos está más elevado y en otros más hundido. Esto corresponde a la profundidad y al tipo de suelo que hay directamente debajo. Tiene que ver con la gravedad: el tirón de la gravedad sobre el agua del mar depende del tamaño y composición de lo que haya bajo el agua. Las grandes cadenas montañosas submarinas de roca densa tienen una gravedad más alta que las fosas llenas de fango. Midiendo la altura de la superficie del mar, este sistema puede generar un mapa de bajo detalle del fondo marino y puede recoger los accidentes submarinos más grandes como la Cordillera de Lord Howe. Puede haber errores donde los diferentes tipos de roca puedan dar lecturas falsas de profundidades mayores o menores. Para más detalle, como la definición de montes submarinos individuales, la cartografía debe ser hecha más directamente. Aquí es donde entra nuestro barco.
El “Tangaroa” está especialmente adaptado a la cartografía multifranja. Trabaja como las ecosondas utilizadas en barcos pequeños, pero a una escala mucho mayor. La quilla del barco tiene una estructura especial llamada “vaina” o “góndola” (“pod”) que lleva dos grandes dispositivos de transductores (grandes placas que envían y reciben pulsos de sonido). Los transmisores están alineados con el casco del barco sobre una línea de 8 metros mientras que los receptores están situados a lo ancho en una línea de 4 metros. Este sistema, conocido como Kongsberg Simrad EM300, envía un delgado abanico de ondas de sonido de 30 kHz con un ángulo de hasta 150º de apertura. Los receptores reciben la señal de retorno. Es el equivalente a 135 ecosondas sencillas enviando y recibiendo todas a la vez. La anchura del fondo marino escaneado depende de la profundidad, si el mar tiene 1 km de profundidad, entonces puede escanear hasta 4 km de anchura del fondo marino. Cuando se estudia un fondo mucho menos profundo, el haz se estrecha, así que se requieren más pases.
Para hacer el sistema multifranja tan seguro como sea posible, se debe considerar la velocidad de las transmisiones de sonido a través del agua. El agua marina no es sólo agua marina. Varía en temperatura, salinidad, presión, partículas y vida marina. Hay capas en el mar donde se producen cambios de temperatura (termoclinas), cambios de salinidad, cambios de densidad o densas bandas de animales (las “capas de dispersión”). Estos factores pueden curvar (refractar) o cambiar el haz de escaneo, igual que la luz a través de un prisma. Para compensar estas capas, una sonda SV (sonda de Velocidad de Sonido, “Sound Velocity probe”) se hace bajar para medir la velocidad del sonido a través del agua en los diferentes niveles en capas diferentes. Los resultados mejoran la seguridad de los datos e imágenes generadas. Otro factor a ser considerado es el movimiento del barco.
¿Cómo se puede mantener la señal estable en un barco bamboleante? El trabajo de tener en cuenta el movimiento lo hace una pequeña caja naranja conocida como el “sensor de movimiento inercial” (“inertial motion sensor”); contiene ruedas y discos que sienten el movimiento del barco y controla instantáneamente la dirección del haz del escáner para mantenerlo fijo.
Hay una cosa más que hace este sistema. Puede medir la dureza del fondo marino. Lo hace midiendo la fuerza de la señal de retorno, si es débil, el sedimento es blando, y si es muy fuerte está rebotando en roca dura. Esta información se puede colocar sobre los mapas obtenidos para mostrar los tipos de rocas. Se puede incluso ver las coladas de lava que fluían por las laderas de volcanes extintos hace millones de años.
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Anguila espinosa, vea la serie completa de imágenes.
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El resultado de toda esta tecnología es mapas espectaculares, como paisajes lunares. Las tres imágenes que se muestran son: 1) el fondo marino en el emplazamiento 7 al norte de la isla Lord Howe, 2) los pases del barco que permitieron que se generara este mapa, y 3) la capa de la densidad de las rocas, mostrando las crestas de dura lava descendiendo por las laderas.
En una nota al margen, el “Sonar de Escaneo Lateral” (Side-scan Sonar”) es un sistema diferente que el Tangaroa usa en algunas prospecciones. Es una unidad arrastrada (llamada “towfish” o “pez remolcado”), que va detrás del barco y puede llegar muy cerca del fondo. Envía el haz a un lado de tal modo que busca sombras con efectividad, como si iluminase con una linterna un paisaje nocturno.
Tiene una resolución mucho mayor pero es más apropiada para cartografiar áreas pequeñas con un alto detalle, por ejemplo, emplazamientos de granjas marinas o desagües de alcantarillado. Puede resolver objetos de menos de un metro, muy útil para hallar barcos hundidos.
Suficiente tecnología. Volvemos a los bichos. La última noche hicimos un lance a unos 1400 m de profundidad. Esta mañana, el miembro de la tripulación Barry Fleming hizo un descubrimiento cuando preparaba las redes para el día: un espécimen perdido de una de las criaturas más espectacularmente dentada de las profundidades, un engullidor negro (Melanocetus johnsonii, “humpback anglerfish”).
Lances menos profundos hoy (140 m) trajeron un gran número de peces erizo (“porcupine fish”, se puso espinoso y agitando las aletas a bordo), pez fuelle delgado (“slender bellowsfish”), unos pocos peces voladores o golondrinas (“flying gurnard”) y peces lima (“leatherjacket”).
Estamos esperando que el equipo cartográfico nos diga el mejor sitio para lanzar la manga. Ahora ya sabes como lo hacen.
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Pez murciélago (“batfish”), vea la serie completa de imágenes.
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La Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (Commonwealth scientific and Industrial research Organisation, CSIRO) y el Instituto Nacional de la Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda S.A. (New Zealand National Institute of Water and Atmospheric Research Ltd, NIWA) proporcionan apoyo científico al viaje. El viaje NORFANZ usará el barco de investigación de las profundidades marinas R.V. Tangaroa (NORFANZ).
La expedición recibió un gran interés de científicos de todo el mundo. Veinticuatro científicos de más de once organizaciones de investigación estarán representadas a bordo, incluyendo plantilla del CSIRO de Hobart; el Museo Victoria; la Universidad de Tasmania; el Museo Australiano; el Museo de Queensland; el Museo del Territorio del Norte; Pesquerías del estado de Nueva Gales del Sur; Te Papa, Wellington; NIWA; Instituto de Investigación para el Desarrollo (Institute de Recherche pour le Développement), Noumea; Museo de Historia Natural, París; y la Academia de Ciencias de California, San Francisco.
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