Esta semana, voy hacia Dallas, Texas, para la reunión nacional de la Asociación de Maestros de la Enseñanza de la Ciencia. Los educadores sobre ciencia de todas partes de la nación se reúnen cada primavera para compartir recursos, lecciones, conocer a publicistas y los avances generales de la enseñanza científica para la nación. Como parte de estos eventos, hay un viaje de una tarde para visitar el Museo de Historia y Ciencia de Fort Worth. A los profesores se les promete una gran experiencia. Voy a parafrasear el programa: “Extraordinarios Ambientes de Aprendizaje en el Museo de Ciencia e Historia de Fort Worth. Ajuste su tarde para ser presentado a sus propios intereses y necesidades de desarrollo profesional. Las opciones incluyen observar el aprendizaje de la ciencia con los visitantes más jóvenes de la Escuela de Museo; visite el Noble Planetario estelar; experimente el increíble Omni Teatro; explore la percepción visual, fuerza y exploración, ondas, y péndulos en Explorazone y reviva el pasado en las Cosas para los Pequeños: Grandes Juguetes de nuestra infancia. Usted también querrá visitar la exhibición de la colección permanente del Museo. Obtenga gran cantidad de materiales de recursos en el “Centro”. Suena fantástico. Pero hay algo que está faltando en todo esto. El teatro IMAX no mostrará películas que involucren la evolución.|
Los museos de ciencias tienen una misión mucho más significativa: son un portal a la naturaleza de las ciencias para los profesores, estudiantes y público en general. Ellos aspiran a traernos las grandes ideas, los últimos descubrimientos y los procesos científicos a los niños y a los adultos por igual. Adicional a las exhibiciones y los eventos, muchos centros científicos ofrecen teatros IMAX. Por medio de películas, los visitantes pueden viajar a los lejanos confines del universo con el telescopio Hubble y sumergirse en las profundidades del océano para explorar las aberturas volcánicas. Las películas en IMAX nos llevan a aventuras que, en el pasado, sólo habían estado disponibles para unos pocos. Convierten a la ciencia en algo con vida.
Aparentemente esto está bien en la mayor parte de nuestro país, pero no en todas partes, y en especial no aquí en el Museo de Ciencia e Historia de Fort Worth. De acuerdo con un artículo publicado en el New York Times del 19 de Marzo, 2005 ('A New Screen Test for Imax: It’s the Bible vs. the Volcano' por Cornelia Dean), las películas IMAX son aceptables, siempre y cuando no discutan evolución geológica o biológica o la edad del universo. Algunos teatros de centros científicos -- incluido el Museo de Ciencia e Historia de Fort Worth – rechazan las películas que mencionan o implican evolución, simplemente debido a la controversia religiosa. Según Dean, estos teatros han rechazado varias veces
“Cosmic Voyage”, (Viaje Cósmico), el cual muestra al universo en dimensiones que van desde la escala de partículas subatómicas hasta cúmulos y galaxias;
Galápagos, acerca de las islas donde Darwin teorizó respecto de la evolución y
Volcanoes of the Deep Sea (Volcanes del Fondo Profundo Marino), una hazaña épica submarina respecto de las extrañas criaturas que prosperan en las emanaciones calientes y sulfurosas de las aberturas en el fondo del océano”.
Dean describe una entrevista con Carol Murray, directora de marketing del Museo de Ciencia e Historia de Fort Worth: “el museo decidió no mostrar la película
(Volcanoes of the Deep) después de mostrarla a una audiencia de prueba, una práctica bastante común seguida por los directores de los teatros de IMAX. La señora Murria dijo que participaron 137 personas en la prueba y que mientras que algunas pensaban que estaba bien hecha, “algunas personas dijeron que era una blasfemia”. En sus comentarios escritos, explicó, hicieron declaraciones como “realmente odio cuando la teoría de la evolución es presentada como un hecho”, o “no estoy de acuerdo con su presentación de la existencia humana”. Aparentemente la decisión de mostrar o no una película IMAX es una decisión enfocada al marketing basada en reacciones contra la evolución más que pensando en si la película presenta principios científicos válidos, descubrimientos y exploraciones.
Fort Worth no son los únicos en rechazar
(Volcanoes of the Deep). También ha sido rechazado en Georgia y las Carolinas según Pietro Serapiglia, quien maneja la distribución para Stephen Low, el director y productor del film con sede en Montreal. Según la Prensa Asociada, los “cines IMAX en varias ciudades del Sur han decidido no mostrar la película sobre los volcanes por su preocupación de que sus referencias hacia la evolución podrían ofender a aquéllas personas con sentimientos religiosos fundamentales”. “Tenemos que escoger una película que pueda venderse en nuestra área. Si no va a venderse, no vamos a adquirirla”, dijo Lisa Buzzelli, directora de una sala IMAX en Charleston que no esta mostrando la película. “Muchas personas aquí creen en el creacionismo, no en la evolución”. Aparentemente Buzzelli no ha descartado totalmente
mostrar la película en el futuro.
Ciertamente que los centros científicos y los museos necesitan tener audiencias para sobrevivir; estas organizaciones tienen que cuidar sus entradas. Pero, ¿deben censurar indirectamente la ciencia por medio del proceso de selección para satisfacer a una minoría de creencias religiosas? Pienso que no. Primero y antes que nada, los centros científicos tienen la responsabilidad de informar al público y eso incluye mostrar evidencia que apoye a la evolución ante ese público. Los humanos estamos relacionados con otros organismos sobre el planeta. Compartimos ADN con las criaturas que rodean los respiraderos del fondo marino tal y como se explica en Volcanes del Fondo Marino. Si los centros científicos evitan presentar las bases reales para la teoría de la evolución, están haciendo un mal servicio al público – a los que ponen en duda la evolución y a los que no.
Nota del Editor: El 31 de Marzo del 2005, el
Fort Worth Museum of Science and History anunció
Volcanoes of the Deep Sea para el compromiso de todo un mes.