Resumen: (Mar. 15, 2005) Los ecologistas saben que, cuando se trata de hábitats, el tamaño importa, y ahora un nuevo estudio encuentra que, contrariamente a las creencias anteriores, esa máxima sigue siendo verdadera aún tratándose de diminutas plantas de muchas cadenas alimenticias oceánicas y de agua dulce.
Basado en un informe de la Universidad de Florida

Las biosferas planetarias son entidades complejas cuyas historias están repletas de contingencias, accidentes, y azar” - David Grinspoon
Crédito por la imagen: NASA
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Los ecologistas saben que, cuando se trata de hábitats, el tamaño importa, y ahora un nuevo estudio encuentra que, contrariamente a las creencias anteriores, esa máxima sigue siendo verdadera aún tratándose de diminutas plantas de muchas cadenas alimenticias oceánicas y de agua dulce.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Florida, la Universidad de Kansas y la Universidad de Texas, es importante porque muestra que los diminutos microbios siguen los mismos patrones de diversidad que los organismos más grandes, dijo Robert D. Holt, un profesor de zoología de la UF y uno de los autores del estudio. El mismo aparece en el número actual de los Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
Además, la diversidad de las especies es “un reflejo de la riqueza de la vida”, dijo Holt. Aunque existen muy pocas leyes matemáticas rigurosas en ecología, esa relación entre el tamaño de un hábitat y el espectro de especies en él, ha sido observada en casi todos los organismos.
“La comprensión de la diversidad de la vida es en sí misma una cuestión científica básica, de la misma forma que lo es el conocimiento de las causas para la diversidad de las civilizaciones humanas por todo el mundo, o la comprensión de cosas tales como el origen del universo”, dijo Holt.
Estudios anteriores habían sugerido que la regla de diversidad-hábitat podría no ser verdadera para uno de las más extendidas especies del mundo, el fitoplancton, un grupo de algas microscópicas que flotan en los océanos, mares y lagos del mundo.
En contraste, el nuevo estudio demuestra que el espectro de las especies de fitoplancton de un ecosistema aumenta con el tamaño del ecosistema, de acuerdo a una regla matemática general. El estudio también encontró que ésto era verdad ya fuera que el sistema estuviera en un tubo de ensayo o en un océano.
“Un escéptico podría decir que no puede concebir cómo una botella de un laboratorio que contiene tanto como una lata de cerveza podría decirnos algo sobre el lago Okeechobee”, dijo Val Smith, un profesor de ecología y biología evolutiva de la Universidad de Kansas y autor principal del estudio.

La Tierra tal como fue observada por la nave Voyager al partir del sistema solar: un diminuto punto azul pálido.. Neil Tyson, AMNH, dijo: “En este planeta único llamado Tierra pueden co-existir (entre otras incontables formas de vida) algas, escarabajos, esponjas, medusas, serpientes, cóndores y sequoias gigantes. Imaginemos estos siete organismos vivientes alineados uno junta al otro por orden de tamaño. Si no lo supiéramos de antemano, sería difícil creer que todos provienen del mismo universo, y mucho menos del mismo planeta”
Crédito: NASA
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Pero al menos por este principio, esa conexión existe, dijo Smith. “La diversidad de las especies aumenta con el tamaño”, dijo.
Los investigadores analizaron los datos científicos pre-existentes sobre especies de fitoplancton en 142 océanos, lagos y charcas naturales de todo el mundo, que iban desde unos pocos centímetros cuadrados hasta millones de kilómetros cuadrados, y de 239 tubos de ensayo, frascos y redomas de laboratorio.
Hallaron que no solamente había una correlación entre la diversidad de las especies y el área del hábitat para los cuerpos de agua natural como lagos y océanos, sino que también había un patrón idéntico para ecosistemas experimentales tales como los tubos de ensayo o los tanques de laboratorio.
“Lo que resulta interesante es que éso debería decirnos algo sobre el mecanismo que controla la diversidad de las especies”, dijo Smith. “Si funciona para hábitats que van desde pequeños frascos sobre el escritorio hasta el océano ártico, está diciendo algo sobre cómo importa realmente el tamaño. Necesitamos descubrir cuáles son los elementos del tamaño que representen los factores dominantes que causan este patrón”.
Algunos de los factores que se sabe influencian a la variedad de las especies dentro de un hábitat son simplemente tamaño-dependientes, dijo Holt. Por ejemplo, algunas especies como los tiburones, sencillamente requieren más espacio para sobrevivir. “No hay suficiente para que ellos coman en un pequeño lago”, dijo.
Los ecosistemas más grandes tienden también a tener una variedad mayor de mini-hábitats en su interior. Un gran lago contiene áreas tanto llanas como profundas y puede por lo tanto acomodar a una mayor variedad de organismos que una charca de poca profundidad, dijo. Y con las mayores poblaciones totales en un hábitat mayor, es más probable que las tasas de extinción totales de las especies sean menores.

Especies extraterrestres, biodiversidad terrestre.
Crédito: NGS
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Otras causas posibles están relacionadas con las interacciones entre ecosistemas. Los hábitats mayores son también blancos más grandes para el viento o las aves migratorias que pueden transferir células de algas. Y los cuerpos de agua dulce más grandes tienden a tener mayores flujos de entrada de ríos, que pueden también transportar más algas.
Para el fitoplancton, los factores más importantes que influencian la diversidad de las especies son todavía poco claros, dijo Holt. Sin embargo, como los ecosistemas experimentales fueron aislados del área que los rodeaba pero la tendencia de la diversidad era casi idéntica a la de los sistemas abiertos naturales, es posible que los factores internos puedan jugar un papel más importante, dijo. “Se están restringiendo los procesos que podrían actuar sobre ellos, pero todavía se puede ver este efecto escalar”, dijo.
Los estudios previos habían buscado una relación especie-área en el fitoplancton, pero no encontró ninguna, posiblemente a causa de los tamaños de las muestras eran demasiado pequeños, dijo Smith. El estudio actual utilizó datos provenientes de muestras que cubrían más de 15 órdenes de magnitud, comparados con los tres o cuatro de estudios anteriores.
Los resultados resultan prometedores para los científicos que desean poder manejar cuestiones científicas en sistemas de escala oceánica, más difíciles de estudiar, dijo Holt.
“Con el estudio de estos sistemas más pequeños podemos estar obteniendo una visión de sistemas mucho más grandes donde es imposible realizar experimentos y donde incluso es muy difícil conseguir datos básicos”, dijo.
Smith estuvo de acuerdo. “El hecho de que los sistemas a escala de laboratorio se comporten en forma similar a los grandes sistemas naturales nos da la esperanza de que si hacemos las preguntas en la escala del laboratorio, podremos conseguir respuestas razonables”.