Resumen: (17 Marzo, 2005) Utilizando el telescopio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea los astrónomos han descubierto que observar el gran planeta Júpiter puede, de hecho, proporcionarles información sobre la actividad solar en la cara oculta del Sol. El resplandor de los rayos X de Júpiter es debido a rayos X del Sol reflejados en la atmósfera del planeta.
Basado en un informe de PPARC

La gran mancha roja en segundo plano, una de las lunas de Júpiter en primer plano arrojando la sombra del eclipse sobre el gigante gaseoso.
Crédito: NASA/JPL Cassini
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Utilizando el telescopio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea los astrónomos han descubierto que observar el gran planeta Júpiter puede, de hecho, proporcionarles información sobre la actividad solar en la cara oculta del Sol. En una investigación presentada en la más reciente edición de “Geophysical Research Letters”, han descubierto que el resplandor de los rayos X de Júpiter es debido a rayos X del Sol reflejados en la atmósfera del planeta.
Júpiter es un objeto fascinante cuando se observa bajo rayos X, tiene sensacionales auroras de rayos X en los polos y un resplandor variable desde cerca del ecuador. Los investigadores tenían la teoría de que estos rayos X de las regiones ecuatoriales de Júpiter, llamados discos de rayos X, eran controlados por el Sol. En Noviembre de 2003, durante un periodo de gran actividad solar, observaron Júpiter.
“Descubrimos día a día que los discos de rayos X estaban sincronizados con las emisiones solares”, cuenta el doctor Anil Bhardwaj, del Marshall Space Flight Centre de la NASA y autor principal del artículo. “Por desgracia nos perdimos una llamarada solar relativamente grande durante los tres días y medio de observación debido al paso del perigeo del XMM-Newton. Pero, aun así, tuvimos suerte, fue particularmente claro un signo de una llamarada solar moderada que tuvo lugar durante el periodo de observación: hubo una correspondiente clarificación de los discos de rayos X jupiterianos”, dice Anil Bhardwaj.
Además de apoyar la teoría de los investigadores, este resultado tiene otra aplicación, la del estudio del Sol. El Sol es un ambiente muy dinámico y los procesos allí tienen un impacto en las actividades humanas. Por ejemplo, las llamaradas solares (las explosiones más poderosas en el sistema solar) pueden dañar satélites o herir a astronautas en el espacio, y en la Tierra pueden interrumpir señales de radio en la atmósfera, así que es importante comprender tanto como podamos acerca de ellas.

Fragmentos del cometa P/Shoemaker-Levy 9 en choque con Júpiter- 16-24 Julio, 1994.
Crédito: NASA
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Hay varias aeronaves observando el Sol (como el satélite SOHO de la Agencia Espacial Europea) así como telescopios con base en tierra, pero hay lagunas en la cobertura ya que algunas áreas del Sol no son visibles por ninguna de ellas en algunos momentos.
“Mientras Júpiter orbita alrededor del Sol, esperamos ser capaces de aprender más acerca de las áreas activas del Sol que no podemos ver desde la Tierra mediante la observación de las emisiones de rayos X jupiterianas”, dice la doctora Graziella Branduardi-Raymont del Universtity Collage London’s Mullard Space Science Laboratory. “Si una gran llamarada tiene lugar en un área del Sol de cara a Júpiter, puede que podamos observarla como luz esparcida desde Júpiter, incluso aunque no podamos ver esa región del Sol desde la Tierra en ese momento”.
La atmósfera de Júpiter no es un espejo perfecto de la luz solar en rayos X – típicamente uno en unos cuantos miles de fotones de rayos X (paquetes de luz) se reflejan, pero cuanta más energía tienen los fotones, más se reflejan en el espacio.