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Enero 2005

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Fecha original : 2003-03-21
Traducción Astroseti : 2003-10-18

Traductor : David Martínez Herrera
Artículo original en inglés
 ASTRONAUTICA    
Huevos en un Cohete
Una competición de cohetes a escala entre institutos enviará docenas de huevos al aire


No, esto no es el último satélite de comunicaciones en ruta hacia su órbita. Este cohete a escala ha sido construido por estudiantes de bachillerato. Imagen cortesía de la  NASA.
No, esto no es el último satélite de comunicaciones en ruta hacia su órbita. Este cohete a escala ha sido construido por estudiantes de bachillerato. Imagen cortesía de la NASA.

'Cinco! ... cuatro! ... tres! ... dos! ... uno! ... ignición!'

Remontan el vuelo hacia el cielo – no una bestia imponente que pesa cientos de toneladas – sino un cohete de dos libras construido por un puñado de estudiantes de bachillerato.

Estos cohetes caseros nunca llegarán al espacio y los únicos pasajeros que pueden llevar son dos huevos crudos. Sin embargo este pequeño cohete puede llevar a su equipo de estudiantes constructores de cohetes hasta Virginia para competir en el primer concurso nacional de cohetes a escala para institutos. La recompensa es de cerca de 60.000 dólares en premios – y la satisfacción de conseguir un difícil logro tecnológico.

Después de todo, ¡esto es astronáutica!.

Denominada Desafío Team América de cohetes, la competición ha atraído a 873 equipos compuestos por unos 9.000 estudiantes de bachillerato de los 50 estados. Sólo los 100 primeros equipos competirán en la final, que tendrá lugar el 10 de mayo. Los organizadores de la competición, la Asociación de Industrias Aerospaciales y la Asociación Nacional de Cohetes a Escala (National Association of Rocketry - NAR -), anunciarán hoy los equipos clasificados. |

'La idea es captar a los jóvenes interesados en el mundo aerospacial”, dice Trip Barber, director de la competición y vicepresidente de la NAR. 'Y ellos aprenderán algunas lecciones importantes acerca del potencial de las matemáticas y la ciencia – y de la cooperación y del trabajo en grupo -- a lo largo del camino”. El reto es mucho más difícil que solamente hacer un cohete y lanzarlo.

Cada equipo debe intentar cumplir un logro muy específico: construir un cohete de dos fases, de un peso máximo de 3.3 libras, que debe llevar dos huevos crudos a una altitud exacta de 1.500 pies y después devolverlos íntegros a tierra. Algunos componentes, como el motor y el altímetro se encargan prefabricados, pero los estudiantes no pueden utilizar los kits de cohetes que se venden en las tiendas de maquetas. Deben fabricar el cohete desde cero. 'Empezamos a trabajar en diciembre pasado, y hemos estado en ello desde entonces”, dice Daniel Laroue, un competidor del Instituto Richland en Lynnville, Tennessee.
'Hemos pasado por unos seis diseños diferentes, y los cuatro o cinco primeros lanzamientos que intentamos o se deshicieron o se estrellaron”, dice Laroue. 'Esos huevos no lo consiguieron'.

El equipo del Instituto Amity posa con su participante en el Team America Rocketry Challenge (TARC)
El equipo del Instituto Amity posa con su participante en el Team America Rocketry Challenge (TARC) 'ATA-1 Von Braun'. De Izquierda a derecha: Colin Theys, Toby Schneider, Dany Qumsiyeh, Nicole Giannini y Nick Santucci. Ellos tienen dos vuelos casi satisfactorios, con altitudes de 1.150 y 1.615 pies. Foto por Jay Calvert.

Laroue dice que aprendieron de cada accidente, e hicieron ajustes a su diseño. Ahora tienen un cohete que ha volado a unos casi perfectos 1.490 pies.

NASA se ha involucrado en la competición para estimular el interés y hacerla más atractiva. El Administrador Sean O Keefe asistirá a las finales en Virginia, y se invitará a los profesores de los primeros 25 equipos a un simposio de cohetería avanzada en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA (MSCF) en Huntsville, Alabama.

Quizás más excitante para los estudiantes sea la posibilidad de trabajar codo con codo con ingenieros de la NASA para construir un cohete más grande y que pueda volar aun más alto. Los estudiantes de los 10 primeros equipos podrán presentarse para participar en la Iniciativa de lanzamiento para estudiantes en el MSFC, donde diseñaran y construirán un cohete que pueda volar hasta más de 5.000 pies – ¡una milla hacia el cielo!.

Pero el concurso no es solo para ganar, por supuesto.
'Esta competición hace maravillas con ellos”, dice Kay Howell, madre del competidor Drew Howell de Baton Rouge, Louisiana. 'Ellos han aprendido como trabajar juntos y como compartir ideas; han aprendido a tener confianza en lo que están haciendo'.

'Mi marido y yo hemos visto durante los últimos meses como (nuestro hijo) elegía, en vez de jugar con video juegos, trabajar en cohetes a escala e idear como hacerlos funcionar”, dice ella.

El diseño del cohete fabricado por Daniel Laroue y su equipo. Daniel dice que emplearon el primer mes probando diseños diferentes en un programa informático de simulación antes de construir un cohete real.
El diseño del cohete fabricado por Daniel Laroue y su equipo. Daniel dice que emplearon el primer mes probando diseños diferentes en un programa informático de simulación antes de construir un cohete real.



La fabricación y lanzamiento de cohetes requiere una amplia gama de conocimientos – desde el cálculo de trayectorias hasta el montaje del cohete o la evaluación de la meteorología. Esto significa que pueden involucrarse juntos estudiantes con diferentes talentos, hace notar Vince Huegele, físico óptico de la NASA.

Los estudiantes participantes en la Iniciativa de lanzamiento en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales tendrán la oportunidad de construir un cohete mayor y más potente con la ayuda de ingenieros de la NASA. Imagen cortesía de la NASA.
Los estudiantes participantes en la Iniciativa de lanzamiento en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales tendrán la oportunidad de construir un cohete mayor y más potente con la ayuda de ingenieros de la NASA. Imagen cortesía de la NASA.

Huegele debe saberlo: es también un entusiasta de la cohetería deportiva. De hecho, declara que fue el construir y lanzar sus propios cohetes cuando niño, durante los años 60, lo que le convenció de que el trabajo de su vida estaría relacionado con los cohetes y el espacio.

Hoy, Huegele esta trabajando en la vanguardia de la exploración especial en la NASA, colaborando en proyectos como el sucesor del telescopio espacial Hubble, denominado Telescopio Espacial James Webb. Sin embargo en su tiempo libre todavía disfruta lanzando sus propios cohetes caseros.

'¡Es pura diversión!', dice Huegele, que actúa como mentor para la competición y para la Iniciativa de lanzamiento para estudiantes de la NASA. 'En la NASA nuestro trabajo es demasiado especializado; puedes pasar años en una parte minúscula de un proyecto. Con la cohetería (deportiva) de aficionados, consigues experimentar todo el proceso en unos pocos meses – del concepto, a la construcción, al lanzamiento y su recuperación de vuelta abajo'.

Huegele cree que esta experiencia de ver un proyecto tecnológico complejo desde el comienzo hasta la finalización es lo más provechoso para los jóvenes.
De pie en el verde campo de Virginia, mirando arriba hacia la retorcida estela de humo junto con docenas de espectadores, muchos estudiantes seguramente descubrirán lo que Huegele quiere decir. Entre la excitación del espacio y la satisfacción de ver tu proyecto volar, la cohetería deportiva puede hacer de “alzar la vista” un hábito para toda la vida.




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