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Enero 2005

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Fecha original : 2005-02-20
Traducción Astroseti : 2005-08-07

Traductor : Maria Luisa Hernández
Artículo original en inglés
 MISIONES        
El Surgimiento de Titán
Parte I



Resumen: Febrero 20, 2005.- Hace solo un mes, la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea descendió a través de la atmósfera de Titán, la luna gigante de Saturno. La sonda envió impresionantes imágenes de acercamiento de un mundo nunca antes visto con tal detalle. En esta, la primera de una serie de dos partes, el reportero científico Michael Benson comparte sus impresiones del evento desde su asiento de primera fila en el centro de control de la ESA en Darmstadt, Alemania.







por Michael Benson

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Drenaje y erosión en Titán.
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Crédito: ESA

No es muy frecuente, a principios del siglo 21, que uno observe a un hombre adulto llorar por razones distintas a un desastre. Lo vemos mucho cuando se trata de una tragedia, desde luego: el reciente tsunami; el infierno de Irak; las masacresen Darfur; la guerra de Israel y Palestina. La lista es prácticamente interminable. Pero ¿lágrimas de alegría? Son prácticamente desconocidas.

Sin embargo, hay excepciones. Lograr un arribo exitoso, en la distante y misteriosa luna Titán, del tamaño de un planeta que pertenece al anillado Saturno.

Titán, de un color anaranjado marrón, es más grande que Mercurio y Plutón y está cubierto completamente por una densa, opaca y fría atmósfera. Esos gases incluyen complejas cadenas moleculares de hidrocarburo que pudieran considerarse los cimientos de la vida. Con un superficie vislumbrada indistintamente a través de la niebla petroquímico – y después solo en el último año más o menos, a través de la nave espacial Cassini de la NASA, la nave “nodriza” de Huygens – y con algunas teorías que sostienen que el lugar debe tener lagos o incluso mares de etano y metano líquidos. Titán es uno de las esferas más misteriosas dentro del rango de robots de la Tierra. Aún así, se encuentra a 3,500 millones de kilómetros de distancia. Dado la distancia y las dudas implicadas, la misión Huygens es una de las más audaces incursiones en el espacio profundo jamás intentada por la humanidad. Es también la primera vez que se ha intentado un aterrizaje en una luna distinta a la de la propia Tierra.

Fue la mañana del viernes 14 de Enero, en Europa Central. Después de 20 años de desarrollo y más de seis años de vuelo, Huygens estaba finalmente programada para zambullirse en la atmósfera de hidrógeno-metano de Titán con la esperanza de revelar algunos de los secretos del lugar a lo largo del viaje.

El centro de control de la Agencia Espacial Europea, en Darmstadt, Alemania, es un asunto de alta tecnología. Filas de grandes pantallas de computadora, hileras de teléfonos, luces centellantes y grandes pantallas de proyección con imágenes de Saturno y de la Tierra proporcionaban todos los diversos toques estilo Guerra de las Galaxias que uno puede esperar de tal instalación. No se ha escatimado en ningún gasto y con mucha razón: aparte de Huygens, este es el lugar de donde una nave espacial de la ESA que orbita Marte es controlada actualmente, así como un segundo robot que está en camino de visitar un cometa; otra misión Europea se ha colocado en órbita lunar y una cuarta está monitoreando la atmósfera de la Tierra. No sería una exageración decir que Europa está actualmente disfrutando florecimiento de una verdadero renacimiento de la exploración espacial.

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Piedritas heladas en Titán
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Crédito: ESA

Pero ninguna misión Europea puede jactarse de nada como la longevidad o ambición de Huygens. El proyecto conjunto Cassini-Huygens de NASA-ESA de 3,300 millones de dólares fue concebido por primera vez en 1981, cuando una propuesta europea para colaborar con la NASA enviando una nave a Titán fue intensificada por la idea americana de equipar tal misión con una sonda a Saturno de mayor alcance. El diseño requirió montar la sonda Huygens a un lado de Cassini; eso engancharía eficientemente el viaje a Saturno en el orbitador. La construcción de las dos naves iba muy bien cuando se presentaron problemas económicos del lado americano. En 1994, el entonces administrador de la NASA, Dan Goldin dirigía esta agencia a un enfoque de exploraciones robóticas más “baratas, rápidas y mejores”. La directiva amenazó con cancelar del todo a Cassini, y así a Huygens.

Por conveniencia y por ser una misión concebida originalmente allí, fueron los europeos quienes a final de cuentas salvaron el proyecto. En Junio de ese año el director de la Agencia Espacial Europea envió una carta bastante cortante a Al Gore, Vicepresidente de Estados. “Europa… mira cualquier prospecto de retracto unilateral a la cooperación por parte de los Estados Unidos como totalmente inaceptable”, dice parte de la carta. “Tal acción pondría en duda la credibilidad de los Estados Unidos como socio en cualquier cooperación científica y tecnología importante en el futuro”. Cassini-Huygens fue restaurada, aunque la parte de Cassini en el programa tenía un presupuesto severamente recortado, reduciendo muchas de sus capacidades.

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Las costas pueden estar secas pero a rachas entre lluvia de metano.
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Crédito: ESA

Aún así, el orbitador de Saturno del tamaño de un autobús escolar, es hasta hoy el robot más grande jamás enviado a las afueras del Sistema Solar. Fue nombrada así en honor al astrónomo franco-italiano Jean-Dominique Cassini, quien descubrió en 1676 la división más grande en los anillos de Saturno la cual ahora lleva su nombre. El tocayo de la sonda atmosférica de la ESA es el astrónomo y científico holandés Christiaan Huygens, quien descubrió Titán en 1655. Huygens también fue el primero en darse cuenta de que los aditamentos misteriosamente simétricos de Saturno – las protuberancias extendidas hacia fuera desde los lados del planeta, que habían sido observadas pero no comprendidas por un confundido Galileo en 1610 – eran en realidad “un delgado anillo plano, que no tenía contacto con el planeta”.

Saturno ha prestado su forma a muchos escenarios de ciencia ficción. Es sin lugar a dudas el planeta que luce más futurista, y como con su primo Júpiter, el “gigante de gas” de mayor tamaño, el alocado escuadrón de lunas de Saturno son una especie de sistema solar en miniatura. Sin embargo, Titán sobresale: es realmente la única luna conocida que tiene una sustancial atmósfera. Como resultado, la sonda Huygens necesitaba escudo de calor con una silueta de platillo volador para la primera parte de su ingreso a la atmósfera Titánica.

Cuando le mencioné la forma de Huygens al autor de ciencia ficción y futurista Arthur C. Clarke hace unos años, el asimiló la información por un minuto y entonces dijo sarcásticamente: “Tal vez, eso es lo que es”.

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El horizonte costero durante el descenso a Titán.
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Crédito: ESA

Las instalaciones de la ESA en Darmstadt se llenaron con periodistas visitantes de todos los países de Europa y de Estados Unidos. Les proporcionaron hileras de asientos en un auditorio grande y un parlanchín de relaciones públicas de la ESA conducía un repertorio lleno de múltiples referencias a la naturaleza histórica del evento (algo indudable para todos), la cooperación inter-europea y ESA-NASA sin precedentes (indiscutible, esperemos que también exitoso), la sofisticación y complejidad de los instrumentos a bordo (sí, sí), etc.

Mientras tanto, los altos dirigentes de Huygens – los científicos e ingenieros que están llevando a término esta misión, alguno de ellos por más de dos décadas – estaban ausentes de ese auditorio. Esto es porque ellos estaban en ese deslumbrante centro de control, que se encuentra en otro edificio. En una pantalla grande del salón de prensa, los periodistas podíamos verlos ocasionalmente mientras ellos eran entrevistados desde una distancia prudente por una integrante de relaciones públicas de la ESA.

Misteriosamente, la parte televisada del cuarto de control visible para nosotros tras el latón de Huygens – que incluía a Jean-Pierre Lebreton, dirigente de la misión; Claudio Solazzo, su director de operaciones; y varios de los “P.I.s” o Principales Investigadores, que son los científicos a cargo de los seis instrumentos de Huygens – estaba casi completamente carente de actividad. Vimos, de hecho, una fila de pantallas en blanco y sillas vacías. Por alguna razón, el ángulo de la cámara escogido para transmitir a los medios el emocionante arribo de Huygens mostraba un cuarto de control principal de la ESA que parecía listo para el personal de limpieza o tal vez para el cambio de turno. ¿Esta coraza vacía es la ansiosa instalación para monitorear el éxito o el fracaso de un aterrizaje de época sobre la luna de Saturno? ¿Cómo puede ser?

La niebla de una capa atmosférica en Titán, la luna de Saturno.
<i>Crédito: Proyecto Voyager, JPL, NASA</i>
La niebla de una capa atmosférica en Titán, la luna de Saturno.
Crédito: Proyecto Voyager, JPL, NASA

Como los minutos hacían tictac después de las 11 a.m. del 14 de enero, la respuesta habría sido obvia para cualquiera con un pase de acceso. La masa de ansiosos científicos e ingenieros de Huygens estaba amontonada, no alrededor de una silla en una de las relucientes consolas nuevas, o frente a una linda capitulación gráfica tamaño póster de la trayectoria de Huygens mientras aterrizaba en la anaranjada Titán, o lo que tengan. No, estaban reunidos alrededor de un pequeño escritorio tamaño escolar al fondo del recinto. El escritorio no tenía en el centro algún dispositivo de comunicaciones de alta tecnología, sino una extremadamente modesta computadora portátil Dell de plástico negro. Una computadora de las que usan los estudiantes mayormente para procesar textos, colocada sobre un escritorio como esos estropeados que generalmente son arrinconados al fondo de una oficina cerca de los sanitarios para poner la cafetera.

Toda esta extraña escena, en la que todas las lujosas y costosas máquinas de alta tecnología del control de la misión europea, fueron abandonadas a favor de una vieja computadora portátil de plástico, tenía un ánimo claramente improvisado. Y la razón que no vimos en escena en el cuarto de prensa es que los profesionales de relaciones públicas de la ESA habían evidentemente decidido, tal vez con razón, no punzar la reluciente mitología de todo bajo control de la nave robótica. Por lo tanto, veíamos en dirección opuesta a ese aparejo cableado al fondo del recinto donde estaba la verdadera acción. Pero incluso el más apresurado estudiante de historia de vuelos espaciales – por ejemplo, de los tambaleantes últimos años de la estación espacial MIR; o de la vieja cinta y el cartón que salvó al Apolo 13 en 1970, después de que el módulo de servicio sufrió una explosión camino a la luna – reconocerá y apreciará la textura y el tono de esta solución de último minuto en el cuarto de control de la ESA. Tenía el verdadero sabor de la exploración espacial, no su masiva representación a los medios. Se revelo como lo que realmente era: una actividad altamente compleja sujeta a la rápida improvisación y agilidad técnica.

Crédito: NASA/JPL " width="150">
Titán en distintas longitudes de onda y profundidades atmosféricas.
Crédito: NASA/JPL

Y así, los directivos de Huygens miraban atentamente la pantalla de esa Dell, que estaba conectada al Internet; una pequeña ventana de webcam estaba abierta. Con la poco definida y llena de píxeles visión característica de todas las webcams, la humilde computadora portátil reveló otro centro de control. Éste estaba en el otro lado del planeta, haciendo funcionar el enorme Radio Telescopio Greenbank en West Virginia, en Estados Unidos. En la oscuridad previo al amanecer de la mitad Este de Norte América, el radio telescopio totalmente conducible más grande del mundo estaba en una longitud perfecta para escuchar a Saturno. Y los 110 metros cuadrados de superficie conducible del disco de Greenbank fueron inclinados hacia el planeta anillado – más específicamente, hacia Titán.

Aunque el enlace laptop y webcam entre estos dos centros de control pudiera parecer casi estrambóticamente un barato sujetapapeles de plástico manteniendo unidos dos pedazos de cadenas de oro, las dos instalaciones enlazadas de esa manera son las más avanzadas de su clase sobre el planeta. La estructura, era en efecto lo que parecía ser: un arreglo de último momento, me explicó después Lebreton, director de la misión Huygens. Fue el resultado de darse cuenta, un poco tarde en el juego, que la única forma para que el equipo de la Huygens verificara que la señal entrante venía realmente desde la sonda (asumiendo que recibieran alguna señal; un científico planetario había estimado que para él, las probabilidades de éxito de Huygens eran de “cincuenta-cincuenta”) era si ellos realmente ver la figura en forma de onda tan pronto como estuviera disponible. Y la manera más rápida de hacer eso, resultó ser el enlace vía webcam desde Greenbank.

Y así corrieron los minutos en Darmstadt.


Michel Benson, autor del libro “Más allá: Visiones de las Naves Interplanetarias”, es escritor y productor de películas. Ha contribuido para publicaciones tales como The New Yorker, The Atlantic, The New York Times y el Smithsonian.

Escuche los sonidos desde el micrófono a bordo de la Huygens durante su descenso (archivo en formato wav, de casi 600Kb cada uno):
Pista Uno
Pista Dos
Pista Tres
Animación en Flash del aterrizaje
Animación en formato Gif de la sombra de una roca en la superficie



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