Resumen(24 de Julio de 2005): Los astrónomos que usan el Telescopio Hale de 200 pulgadas en el Observatorio Palomar se asombraron por el comportamiento del cometa Tempel 1 durante y después de su colisión con la sonda espacial Impacto Profundo.
basado en un comunicado del Tecnológico de California.
Crédito: Caltech
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El Telescopio Hale de 200 pulgadas (5.1 metros)(f/3.3) fue el telescopio operativo más grande del mundo por 45 años (1948 – 1993)
Crédito: Caltech
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Los astrónomos que usan el Telescopio Hale de 200 pulgadas en el Observatorio Palomar se asombraron por el comportamiento del cometa Tempel 1 durante y después de su colisión con la sonda espacial Impacto Profundo.
En los minutos siguientes al impacto se miro al cometa incrementar su brillo infrarrojo cercano en casi 5 veces. Conforme progreso el evento los astrónomos en el Observatorio Palomar pudieron distinguir chorros de material saliendo del núcleo del cometa los cuales han continuado por días.
Resultados preliminares de información, en fotografías tomadas justo antes del impacto, muestran un posible penacho de polvo y gas que se extiende hacia el espacio por algunos 320 kilómetros (200 millas) del centro del cometa, casi coincidiendo con el sitio de impacto de la sonda.
Este aparente penacho de polvo ha continuado por varias noches, permitiendo a los astrónomos observar la lenta rotación del cometa. La noche después del impacto el penacho estaba en el lado lejano del cometa, pero fue visible nuevamente la noche siguiente conforme la rotación del cometa lo trajo de nuevo a la vista. Dos días después del impacto, el penacho fue visto nuevamente, esta vez extendiéndose por casi 200 kilómetros (124 millas) del centro del cometa. De acuerdo a Bidushi Bhattacharya del Centro de Ciencias Spitzer en el Instituto Tecnológico de California (Caltech),”Esto pudiera indicar una explosión de gas y polvo que sigue teniendo lugar cerca de la región del impacto.
Estamos muy emocionados por estos resultados. Es un tiempo fabuloso para estudiar cometas,” dice James Bauer del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés). “Será interesante ver por cuanto tiempo persisten los efectos del impacto,” añade.
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La noche del impacto (izquierda) y dos noches después (derecha). Ambas muestran extensiones al sur del centro del cometa probablemente originándose desde el sitio de impacto de la sonda. Crédito: Caltech
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Las imágenes del cometa, obtenidas por Bauer y Bhattacharya, tienen mayor definición que aquellas provenientes de telescopios terrestres porque usaron una técnica conocida como ópticas adaptables. Las ópticas adaptables permiten a los astrónomos corregir lo borroso de las imagines causadas por la atmósfera turbulenta de la Tierra, dándoles una vista que usualmente sobrepasa a aquellas de los telescopios mas pequeños establecidos en el espacio.
Usando la técnica de ópticas adaptables para mejorar la vista de los astrónomos generalmente solo es posible cuando una estrella brillante se localiza cerca del objeto que desean estudiar. En la noche del impacto no había ninguna estrella brillante lo bastante cerca del cometa para usar como referencia. Mitchell Troy, líder del grupo de ópticas adaptables y director de tareas de ópticas adaptables en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, trabajo con su equipo para hacer correcciones ópticas de cualquier manera. “A través de los entregados esfuerzos en el LPCH y en los equipos del Tecnológico de California pudimos desplegar un nuevo sensor que era 25 veces más sensible que nuestro sensor normal. Este nuevo sensor nos permitió corregir algunas de las distorsiones atmosféricas y mejorar significativamente la visión del cometa,” dice Troy. Esta vista mejorada permitió a los astrónomos mirar el polvo y el material expulsado saliendo de la superficie del cometa inmediatamente después del momento del impacto y también en los días siguientes.
Las observaciones provenientes de los telescopios terrestres como el de 200 pulgadas en Palomar dan a los astrónomos una importante perspectiva de cómo esta reaccionando el cometa al impacto, una perspectiva que no se puede lograr desde el asiento delantero de una nave sobrevolante. Los astrónomos en la tierra cuentan con el lujo de observaciones de larga duración que pueden continuar mostrando cambios en el cometa por semanas venideras.