Por Edna DeVore,
Directora de Educación y Acercamiento al Público, Instituto SETI
El 1 de agosto de 2005, un grupo de reporteros de Texas se reunió con el Presidente Bush en el salón Roosevelt para una entrevista en mesa redonda. Las declaraciones del Presidente sugieren que él cree que tanto el diseño inteligente como la evolución deben ser enseñados para que “la gente esté expuesta a diferentes escuelas de pensamiento”. Han salido tantos artículos al respecto desde sus declaraciones que es útil leer la porción relevante de la entrevista, tal como se publicó:
PREGUNTA: “Quería preguntarle sobre el – lo que parece ser un debate creciente sobre la evolución y el diseño inteligente. ¿Cuáles son sus puntos de vista personales al respecto y usted cree que ambos deban enseñarse en las escuelas públicas?
EL PRESIDENTE: Creo – como lo he dicho desde mis días como gobernador – tú y Herman están haciendo un gran trabajo llevándome hacia el pasado (risas). En ese entonces, dije que, en primer lugar, esa decisión debería ser tomada por los distritos escolares locales, pero que sentía que ambos temas deberían ser enseñados apropiadamente.
P: ¿Ambos temas deberían ser enseñados apropiadamente?
EL PRESIDENTE: Sí, la gente – para que la gente pueda comprender sobre qué trata el debate.
P: ¿Así que la respuesta acepta la validez del diseño inteligente como una alternativa a la evolución?
EL PRESIDENTE: Creo que parte de la educación es exponer a la gente a diferentes escuelas de pensamiento, y no estoy sugiriendo – me estás preguntando si la gente debería o no estar expuesta a ideas diferentes, y la respuesta es sí”.
(Trascripción de la Casa Blanca y publicada el 2 de agosto de 2005 en WashingtonPost.com)
El reportero atinó: hay un debate en curso sobre diseño inteligente contra evolución, al menos en los medios y en la política. No hay debate en la comunidad científica sobre la validez de la evolución. Lo que es más, la gran mayoría de los científicos no consideran al diseño inteligente como una alternativa viable a la evolución.
El Dr. John Marburger III, Asesor sobre Ciencia del Presidente, trató de disipar el impacto de los comentarios del Presidente. El 2 de agosto, el periódico
New York Times citó una entrevista telefónica a Marburger en la cual afirmó que, “la evolución es la piedra angular de la biología moderna” y que “el diseño inteligente no es un concepto científico”. Ciertamente, nadie duda cuál es la posición de Marburger. Lo que uno se podría cuestionar es si el Presidente toma en serio los consejos científicos de Marburger o si simplemente está más preocupado por complacer a una parte del electorado.
Marburger también habló con el Dr. Marvin Cohen, Presidente de la Sociedad Americana de Física (APS), quién recibió del Presidente Bush la Medalla Nacional de Ciencia en 2002. En un comunicado del 4 de agosto, Cohen explica que la APS está “… contenta de que los recientes comentarios del Presidente sobre la teoría del diseño inteligente hayan sido aclarados. Como ha explicado el Asesor Presidencial sobre Ciencia, John Margurger, el Presidente Bush no considera al diseño inteligente como una ciencia. Si se van a enseñar estas cosas en las escuelas públicas, pertenecen en un curso sobre religión comparativa, la cual es una asignatura particularmente apropiada para nuestros niños dada la situación actual del mundo”. Sería mejor escuchar esto directamente del Presidente. Lo más probable es que los defensores del diseño inteligente hagan caso omiso de la explicación de Marburger. Como en la fábula del pequeño niño holandés, Marburger metió su dedo en el dique con la esperanza de “salvar el día”.
A diferencia del niño valiente, Marburger no previno la oleada de cobertura informativa en prensa y medios electrónicos que sobrevino. Desde el 2 de agosto hasta la fecha, la sección de noticias del buscador Google, ha contado más de 1,800 artículos, comentarios y cartas al editor sobre el diseño inteligente. Son unos 120 al día desde las declaraciones del Presidente.
En los días siguientes a la entrevista, importantes organizaciones educativas y científicas hicieron declaraciones criticando al Presidente por considerar que el diseño inteligente es una alternativa viable a la evolución, por confundir religión y ciencia, y por abogar por que el diseño inteligente sea enseñado en las escuelas.
“El Presidente Bush, al abogar para que el “diseño inteligente” sea enseñado junto con la teoría de la evolución, pone en riesgo a los escolares estadounidenses,” dice Fred Spilhaus, Director Ejecutivo de la Unión Geofísica Americana (AGU). “Los estadounidenses necesitarán conocimientos básicos de ciencia para poder participar de manera efectiva en el mundo del siglo XXI. Es esencial que los estudiantes de todos los niveles aprendan lo que es la ciencia y cómo avanza el conocimiento.” (AGU, 2 de agosto de 2005). La AGU es una sociedad científica que reúne a 43 000 científicos que trabajan temas terrestres y espaciales.
De manera similar, el Instituto Americano de Ciencias Biológicas (AIBS) criticó al Presidente: “El diseño inteligente no es una teoría científica y no debe enseñarse en las clases de ciencia,” dijo la Dra. Marvalee Wake, presidenta de la AIBS. “Si queremos que nuestros estudiantes puedan competir en la economía globalizada, si queremos atraer a la siguiente generación hacia la ciencia, debemos asegurarnos que les estamos enseñando ciencia. Simplemente no podemos empezar a incluir conceptos no-científicos en el currículum de ciencia”. (AIBS, 5 de agosto de 2005) El Instituto Americano de Ciencias Biológicas fue establecido como una organización nacional unificadora para las ciencias biológicas en 1947 por 11 sociedades científicas como parte de la Academia Nacional de Ciencias. Como organización independiente, sin fines de lucro desde 1954, ha crecido hasta representar a más de 80 sociedades profesionales y organizaciones cuyos miembros en total pasan de los 240 000 científicos y docentes. (sitio Web de la AIBS).
Los profesores de ciencias están igualmente consternados. “La Asociación Nacional de Profesores de Ciencias (NTSA), la organización más grande a nivel mundial de profesores de ciencias, está aturdida y decepcionada de que el Presidente Bush respalde la enseñanza del diseño inteligente – abriendo las puertas de las aulas de primaria y secundaria a las ideas no científicas. Estamos con las organizaciones científicas y científicos líderes, incluyendo al Dr. John Marburger, el principal asesor científico del presidente, al afirmar que el diseño inteligente no es ciencia, el diseño inteligente no tiene cabida en el aula de ciencias, dijo Gerry Wheeler, Director Ejecutivo de la NSTA”. (NSTA, 3 de agosto de 2005) La NSTA tiene 55 000 miembros que enseñan ciencias en las escuelas, primarias, secundarias y bachilleratos así como en las universidades.
La Federación Americana de Maestros (AFT), la cual representa a 1.3 millones de profesores desde preescolar hasta bachillerato, fue aún más dura. “Los comentarios mal informados del Presidente Bush sobre el ‘diseño inteligente’ indican un gran paso hacia atrás para la educación científica en los Estados Unidos. El aval del presidente a una visión no-científica tan desacreditada, es como sugerir que a los estudiantes se les enseñe la ‘teoría alternativa’ de que la Tierra es plana o que el Sol gira alrededor de ella. El diseño inteligente no pertenece al aula de ciencias porque no es ciencia.” (AFT, 4 de agosto de 2005)
Aquí hay un problema. Obviamente, científicos y profesores entienden que el diseño inteligente no tiene cabida en el aula. Es, simplemente, una de muchas variedades de creacionismo que ofrecen explicaciones religiosas al origen y condición actual del mundo natural. Como tal, no merece ser enseñada junto con la evolución como una “escuela de pensamiento”. Hay un importante precedente legal de la Suprema Corte de los Estados Unidos que dice que el creacionismo – con cualquier disfraz – no pertenece en las aulas estadounidenses. Enseñar creacionismo viola la separación de iglesia y estado y la Suprema Corte lo ha encontrado ilegal en varias ocasiones. Es desafortunado que el Presidente al parecer no comprenda que la ciencia no es equivalente a un sistema de creencias sino que es una descripción de cómo funciona el mundo natural. El creacionismo, incluyendo al diseño inteligente, es un punto de vista religioso, no científico.
En un momento en que los líderes industriales, académicos y de negocios están pidiendo que más estudiantes estadounidenses se entrenen en ingeniería, matemáticas, ciencia y tecnología, necesitamos enseñar ciencia en la clase de ciencias. Enseñemos las ideas científicas que están sustentadas por evidencia avasalladora tales como la gravedad, la relatividad, la mecánica cuántica y la evolución. La ideas/creencias creacionistas, tales como el diseño inteligente, no pertenecen al aula de ciencias. En nuestra prisa por no dejar atrás a ningún niño, no vayamos a dejar atrás a la ciencia tampoco.