
Beagle 2, con forma de platillo, se desprende de su nave nodriza en su camino hacia el aterrizaje en Marte. Crédito de la imagen: Beagle 2, todos los derechos reservados.
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En busca de vida extraterrestre, la sonda Beagle 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA) descenderá en paracaídas sobre la superficie de Marte el 25 de Diciembre.
Es invierno en el hemisferio norte de Marte, y un platillo volante esta a punto de aterrizar.
En la Tierra, planeta del cual procede, se le conoce como Beagle 2, enviada a Marte por la Agencia Espacial Europea en busca de vida. Para ser más precisos, la sonda Beagle 2 buscará indicios químicos de vida – signos reveladores de que una vez existió vida, o quizás, de que aún ahora exista en el planeta rojo.
Está previsto que tome tierra el día de Navidad de 2003. La Beagle 2 precederá a dos rovers de la NASA, Spirit (“Espíritu”) y Opportunity (“Oportunidad”), que se espera que aterricen en Enero.|
Bautizada en honor al barco que llevó a Charles Darwin, la Beagle 2 es un laboratorio autosuficiente con forma de platillo, o de reloj de bolsillo, de unos tres pies de diámetro. A pesar de que lleva a bordo numerosas herramientas científicas muy potentes, pesa tan solo 70 libras. Al ser tan ligera y compacta, Beagle 2 pudo ser llevada a Marte a bordo de la nave de la ESA Mars Express que fue lanzada el pasado junio.
Al contrario que la Mars Express, que por ser un orbitador observa el planeta desde una altura de unos cuantos cientos de millas, la Beagle 2 podrá introducir sus instrumentos literalmente dentro de Marte, tomando muestras de rocas y suelo sobre la superficie y debajo de esta. Everett Gibson, de la NASA, científico interdisciplinario para la misión Mars Express/Beagle 2, explica: “Tenemos dos [maneras] de obtener muestras: una herramienta para abrasión de rocas, y un topo excavador ”. Ambos integrados en el brazo robótico de Beagle.
“La herramienta de abrasión se sitúa directamente en contacto con la roca, elimina la superficie desgastada de la roca, y es capaz de profundizar más y tomar un poco del núcleo – entre 20 y 100 miligramos de muestra”, comenta. La capacidad de eliminar la superficie de una roca es muy importante, como ya aprendieron los científicos cuando el rover Sojourner de la NASA examinó rocas marcianas en 1997. Todas parecían similares porque sus superficies habían sido erosionadas por las tormentas de arena y la radiación solar. Beagle 2 será capaz de tomar muestras de las variaciones interiores.
![Charles Darwin. La Beagle 2 toma su nombre del barco que llevo a Darwin en su famoso viaje de descubrimientos en el siglo 19. <A HREF= http://www.oceansonline.com/charles_darwin.htm target=_blank>[más]</A>](headlines/y2003/images/beagle2/darwin.gif)
Charles Darwin. La Beagle 2 toma su nombre del barco que llevo a Darwin en su famoso viaje de descubrimientos en el siglo 19. [más]
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La otra herramienta, “el topo”, puede alcanzar hasta a dos metros en radio desde la Beagle2 y excavar un metro y medio de profundidad aproximadamente, tomando muestras con su boca hueca. De la misma manera que las muestras de núcleo recogidas del interior de las rocas, explica Everett, los sedimentos obtenidos de debajo de la superficie han estado más escudados de la radiación solar ultravioleta, y por consiguiente han sido menos alterados por esta. En estas muestras más protegidas es más posible que exista algún rastro de vida.
Después de recoger las muestras, estas son llevadas de vuelta a la Beagle y calentadas en uno de los hornos del laboratorio. Los gases liberados por medio de este proceso serán analizados por un espectrómetro de masas.
La Beagle comprobará la existencia de señas biológicas mediante, entre otros métodos, el análisis detallado de los tipos de carbono que encuentre. El carbono aparece básicamente en una variante ligera –carbono 12– y una variante más pesada –carbono 13. En la tierra, la variante más ligera es la que predomina en los organismos vivos; estos usan más carbono 12 en su metabolismo. Si el espectrómetro identificase una muestra de suelo que contenga una proporción mayor de carbono 12 de lo qué sería de esperar en una muestra inorgánica de sedimentos, esto podría indicar que alguna vez hubo vida allí.

El brazo robótico de la Beagle 2 cargado de instrumentos. Crédito de la imagen: Beagle 2, todos los derechos reservados
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El espectrómetro también analizará la atmósfera buscando muestras de metano. Este gas puede ser producido por organismos vivos. En la Tierra proviene de fuentes como las termitas, las vacas y los pantanos; en Marte podría provenir de microorganismos que sobreviven en condiciones ambientales extremas. El metano en Marte debería desaparecer rápidamente, probablemente en cuestión de meses, debido a la fuerte radiación ultravioleta. Esto implica que si se detectase metano, algo tendría que haberlo generado muy recientemente. Si la Beagle 2 encontrase metano, dice Gibson, “sería un gran adelanto para responder a la pregunta clave: ¿hay procesos biológicos activos en Marte?”
El 19 de Diciembre, el orbitador Mars Express expulsará a la Beagle. Desde entonces, el pequeño laboratorio va por libre.
El día de Navidad impactará con la atmósfera marciana a una velocidad de unas 12 millas por hora. La resistencia atmosférica comenzará a disminuir su velocidad, mientras que un escudo la protege del calor en el descenso. Una serie de paracaídas se irá desplegando, cada uno de ellos desacelerando a la Beagle más y más. A 200 metros por encima de la superficie, tres airbag se inflarán para amortiguar su aterrizaje.
Esta programado que la Beagle tome tierra dentro de la cuenca de impacto del valle Isidis --Isidis Planitia--. La elevación del lugar de aterrizaje es lo suficientemente baja para que la tenue atmósfera de Marte tenga tiempo suficiente para frenar a la Beagle. Hay también algunos datos que indican que Isidis Planitia contiene hielo, lo que lo convierte en un lugar prometedor para buscar rastros de vida.

Beagle 2, sobre la superficie. Crédito de la imagen: Beagle 2, todos los derechos reservados.
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Una vez que la Beagle haya aterrizado, se abrirá como un reloj de bolsillo. Desplegara cuatro paneles solares y comenzara a cargar sus baterías, mandando también una señal de que ha llegado.
“Cuando la Beagle aterrice”, dice Gibson, “no lo sabremos de forma inmediata porque tendremos que esperar a que Odyssey lo sobrevuele”. Odyssey es un vehículo espacial de la NASA que ha estado orbitando Marte durante los últimos dos años. “La señal de la Beagle será detectada por la Odyssey si todo sale bien”, comenta Gibson. Odyssey reenviará la señal; y, aproximadamente de 4 a 6 horas después de que aterrice, ese primer mensaje debería llegar a la Tierra, esperemos que el primero de muchos que le sigan.
La Beagle continuará con su misión unos seis meses, recogiendo datos y trasmitiéndolos de vuelta a la Tierra mediante los orbitadores Mars Express y Odyssey.
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