Resumen (Oct. 12, 2005): Exobiólogos de la NASA confirmaron que los océanos terrestres fueron alguna vez ricos en sulfuros que impedirían la proliferación de formas avanzadas de vida, tales como peces y mamíferos. La investigación fue financiada parcialmente por el programa de exobiología de la NASA.
Basado en un informe de NASA
Formación Kombolgie de 1 650 millones de años, depositada por un sistema de ríos entrelazados que fue probablemente sindeposicional con la formación Arroyo Barney y posiblemente alimentada en el mar de la Cuenca McArthur.
Credito: Jochen J. Brocks, 12 August 2003, Bardedjilidji en Kakadu National Park, northern Australia.
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Los exobiólogos de la NASA confirmaron que los océanos terrestres fueron alguna vez ricos en sulfuros que impedirían la proliferación de formas avanzadas de vida, tales como peces y mamíferos. La investigación fue financiada parcialmente por el programa de exobiología de la NASA.
Un equipo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Universidad de Harvard, trabajando conjuntamente con colegas de Australia y del Reino Unido, analizaron los restos fósiles de pigmentos fotosintéticos preservados en rocas de 1 600 millones de años de edad provenientes de la Cuenca McArthur en Australia Septentrional.
Hallaron evidencia de bacterias fotosintéticas que requieren sulfuros y luz solar para vivir. Conocidas como bacterias sulfúricas púrpuras y verdes a causa de sus respectivas coloraciones pigmentarias, estos microbios unicelulares pueden sobrevivir únicamente en ambientes donde tengan simultáneamente acceso a sulfuros y a la luz solar.
Los investigadores descubrieron también cantidades muy pequeñas de restos fosilizados de algas y cianobacterias productoras de oxígeno. La escasez relativa de estos organismos se debe al envenenamiento causado por grandes cantidades de azufre.
“Este trabajo sugiere que los océanos terrestres pueden haber sido hostiles para la vida animal y vegetal hasta hace relativamente poco tiempo”, dijo el Dr. Carl Pilcher, científico principal para astrobiología de la NASA. “Si fue así, esto podría tener profundas implicaciones para la evolución de la vida moderna”.
“El descubrimiento de pigmentos fosilizados de bacterias púrpuras de azufre resulta totalmente nuevo e inesperados. Como necesitan una intensidad bastante alta de luz solar, esto significa que las bacterias rosadas, junto a su fuente esencial de sulfuro, estuvieran cerca de la superficie, quizás a apenas entre 20 o 40 metros de profundidad”, dijo Roger Summons, profesor de geobiología del Instituto Tecnológico de Massachusetts. “El sulfuro pudo provenir de bacterias que reducen el sulfato llevado a los océanos por la erosión de las rocas”.
“Las rocas de la Cuenca McArthur fueron depositadas sobre un área muy grande y a lo largo de muchos millones de años, de modo que es probable que se formaran bajo agua que estuvo intermitentemente conectada o fuera realmente parte de un océano. A su vez, esto implica que el océano tenía un suministro continuo y abundante de sulfuro de hidrógeno y que debe haber sido bastante tóxico para cualquier organismo que respirara oxígeno”, dijo el miembro del equipo Mochen Brocks. “De hecho, para siete octavos de los 4 500 millones de años de la historia terrestre, hubo probablemente poco oxígeno en los océanos y seguramente no el suficiente como para sostener a animales marinos que respiraran oxígeno”.