Resumen (Oct. 04, 2005): Un estudio ha mostrado fuerte evidencia a favor del lado de la propuesta “Tierra de aguanieve” de una discusión científica de décadas de duración. El estudio aparece en la edición del 29 de septiembre de Science Express. La autora principal es Alison Olcott, una estudiante Ph.D. de ciencias terrestres en el Colegio de Letras, Artes y Ciencias de USC.
Basado en un informe de USC
Los proponentes de la “Tierra Bola de Nieve”, que dicen que los océanos terrestres estuvieron cubiertos por hielo grueso, explican la supervivencia de la vida proponiendo la existencia de pequeños lugares cálidos, o refugios.
Crédito por la imagen: USC
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Un estudio ha mostrado fuerte evidencia a favor del lado de la propuesta “Tierra de aguanieve” de una discusión científica de décadas de duración. El estudio aparece en la edición del 29 de septiembre de Science Express. La autora principal es Alison Olcott, una estudiante Ph.D. de ciencias terrestres en el Colegio de Letras, Artes y Ciencias de USC.
Los científicos concuerdan en que la Tierra prehistórica estuvo dominada por un congelamiento profundo en tiempos precámbricos, hace unos 750 a 600 millones de años atrás. Pero discrepan sobre la severidad de la glaciación.
Los proponentes de la “Tierra Bola de Nieve”, que dicen que hace mucho tiempo los océanos terrestres estuvieron cubiertos por una gruesa capa de hielo, explican la supervivencia de la vida por la supuesta existencia de pequeños puntos cálidos, o refugios.
Por otro lado, los que apoyan la idea de una “Tierra Aguanieve” dicen que el planeta presentaba grandes áreas de hielo delgado o de océano abierto, especialmente alrededor del ecuador.
Este debate ha tendido a girar alrededor de las mismas muestras de roca y de las mismas técnicas analíticas, dijo Olcott. De modo que ella y su equipo se enfocaron en un núcleo de perforación de unos poco conocidos depósitos de esquistos negros del sudeste de Brasil y aplicó técnicas de biomarcadores lípidos para identificar organismos prehistóricos basada en los restos grasos de sus membranas celulares.
El equipo, integrado además por científicos de USC, Caltech, la Universidad de Maryland y una compañía minera brasileña, identificó un complejo y productivo ecosistema microbiano, que incluía organismos fotosintetizadores que no podrían haber existido debajo de una gruesa capa de hielo.
“Si hubo hielo, debió haber sido lo suficientemente delgado como para que los organismos pudieran realizar la fotosíntesis debajo o dentro de él”, dijo Olcott.
Frank Corsetti de USC, uno de los co-autores del estudio, dijo: “ésta es la primera evidencia real de que ocurrió una fotosíntesis sustancial en los océanos terrestres durante la edad de hielo extrema de hace 700 millones de años, lo que representa un reto para la teoría ‘bola de nieve’”.

Las opciones terrestres para un clima primitivo. La Tierra primigenia, ¿bola de nieve, caldero o templada?
Crédito: NASA
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La evidencia del núcleo de perforación no prueba que grandes zonas del océano hayan permanecido libres de una cubierta de hielo durante la glaciación pre-cámbrica. Estadísticamente, es improbable pero posible, dijo Olcott, que el núcleo de perforación haya encontrado uno de los diminutos refugios de vida marina cuya existencia es permitida en la hipótesis “Tierra Bola de Nieve”.
Pero, agregó, “el hallazgo de uno de esos lugares anómalos sería muy improbable”, y que las muestras estudiadas por ella provenían de una extensa formación de rocas con características similares.
“En qué punto un refugio enorme se convierte en océano abierto”, preguntó.
Los escépticos también pueden sostener que las rocas no datan necesariamente de una era glacial, dijo Olcott. Pero el equipo encontró evidencia de actividad glacial en las muestras, tales como “dropstones”, (rocas continentales dejadas en depósitos marinos por los glaciares al fundirse) y glendonitas (minerales que se forman únicamente en agua casi congelada).
Objeciones aparte, la principal contribución del artículo podría ser la aplicación de nuevas técnicas para un viejo problema.
“Los geólogos no piensan necesariamente en buscar indicios de microbios en las rocas. Esta es la primera mirada directa al ecosistema durante esa época”, dijo Olcott.