Resumen(29 de noviembre de 2005): Con una maniobra que los científicos compararon al aterrizaje de un avión gigante sobre un “Gran Cañón” en movimiento, el explorador de asteroides japonés, Hayabusa, aterrizó el sábado en la superficie del asteroide Itokawa por segunda vez en una semana y esta vez logró recoger una muestra de la superficie del suelo, anunciando varias horas después la Agencia de Exploración Aeroespacial del Japón (JAXA) que su pájaro había volado.
Basado en una publicación de la Sociedad Planetaria
Hayabusa Muses-C
Crédito: ISAS
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Con una maniobra que los científicos compararon al aterrizaje de una gran avión en un “Gran Cañón” en movimiento, el explorador de asteroides del Japón, Hayabusa, aterrizó en la superficie del asteroide Itokawa el sábado por segunda vez en una semana y esta vez tuvo éxito en la toma de muestras de la superficie del suelo, anunciando varias horas después la Agencia de Exploración Aeroespacial del Japón (JAXA) que su pájaro había volado.
La primera misión del mundo en intentar el aterrizaje sobre un asteroide, la recogida de muestras y su transporte a la tierra ha completado lo que es, probablemente, el reto más difícil de su agenda y, a principios de diciembre, emprenderá su larga jornada de regreso hacia la Tierra. Si todo sale según lo previsto, la muestra vendrá en una cápsula programada para aterrizar en junio de 2007 en el interior despoblado de Australia.
JAXA hizo públicas en su página web todas las órdenes necesarias para la realización de la recogida de muestras durante la tarde del sábado según el Tiempo Estándar del Japón (JST), y los funcionarios de la agencia están convencidos de que se trata de la primera misión de recogida de muestras de materia de la superficie de un asteroide que ha tenido éxito. Es muy probable, según la agencia, que el explorador del asteroide haya conseguido varios gramos de muestras de superficie del asteroide cercano a la Tierra, al cual se le puso el nombre de Hideo Itokawa, en memoria del “padre” del programa espacial del Japón, pero no se conocerá el volumen exacto hasta que la nave espacial regrese sin incidentes a la Tierra.
La nave espacial se quedó sola cuando empezó a ejecutar las series de instrucciones para el aterrizaje del sábado porque las señales tardan 17 minutos en llegar de la Tierra a Hayabusa. La navegación autónoma de la astronave depende de la Cámara de Navegación Óptica y del instrumento de Detección de Luz y Distancia (ONC/LD&r;), que miden la distancia y las formas de las superficie del asteroide. Cuando se analicen totalmente los datos de éstos y otros instrumentos se dispondrá de detalles más específicos.
Hayabusa, palabra que significa “halcón” en japonés – abandonó volando el asteroide después de conseguir su presa, y fue posteriormente “restaurada” por su equipo de tierra e instruida para regresar a su órbita habitual a aproximadamente siete kilómetros del asteroide. El Japón, mientras tanto, está volando alto en la historia de la exploración espacial con un vuelo que es todo un estímulo para el programa espacial japonés así como motivo de la mayor celebración del país.
“Es un logro espléndido, un gran momento en la exploración del espacio,” dijo el director ejecutivo de la Sociedad Planetaria, Louis D. Friedman. “El transporte automático de la muestra de la superficie de otro mundo se había hecho solo de la luna, y por los rusos. Esta aventura de la agencia espacial japonesa es valiente, y Hayabusa ha sido una misión brillantemente realizada.”
Hayabusa, la cual fue desarrollada en el Instituto del Espacio y Ciencia Astronáutica (ISAS), una sección de investigación de ciencia espacial de JAXA – fue lanzada el 9 de mayo de 2003 desde el Centro espacial de Kagoshima y llegó en septiembre de este año a pesar de haber sido sacudida a lo largo de su camino por varias llamaradas solares y de haber perdido uno de sus tres timones de reacción usados para controlar la orientación de la astronave y dirigir sus instrumentos, antenas o subsistemas a los objetivos escogidos.
Desde entonces ha sufrido otras desgracias, como la pérdida de otro timón de reacción y de su diminuto vehículo robot, Minerva, el cual fue liberado en el momento equivocado. Con todo, de cada contratiempo, Hayabusa se ha recuperado. “Es la navecita espacial que pudo,” se maravilló Donald K. Yeomans, científico principal de investigación en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), así como científico del proyecto de U.S. de la misión durante una entrevista con La Sociedad Planetaria. “Y los tipos de la base de operaciones sudaron la gota gorda trabajando a contrarreloj.”
El intento de aterrizaje del sábado fue el segundo de Hayabusa y el último intento de recogida de una muestra del pequeño asteroide, el cual, según las últimas mediciones japonesas tiene sólo 540 por 310 por 250 metros (aproximadamente 1.800 por 1.000 por 820 pies), y se encuentra a unos 280 millones de kilómetros de la Tierra. Aunque la astronave tocó tierra dos veces y se llegó a posar en la superficie de Itokawa el último fin de semana durante 30 minutos– estableciendo un hito como la primera astronave japonesa en aterrizar en un cuerpo extraterrestre – el dispositivo de recogida de muestras no se desplegó, resultando fallido el intento de recogida de muestras.
Por este tiempo, Hayabusa empezó su descenso sobre las 10:00 p.m. JST, viernes, 25 de noviembre. A las 7:15 a.m., la mañana siguiente, estaba a 14 metros sobre Itokawa. En torno a las 8:45 a.m., se lanzó al menos un proyectil de tantalio a través del cilindro del instrumento de recogida de muestras penetrando en la superficie a 300 metros por segundo y las eyecciones de este efecto de cráter se recogieron y guardaron en la cámara de muestras.
El puñado de polvo y suciedad que Hayabusa recogió el sábado podría parecer una nimiedad para tanto esfuerzo, pero la información que estas muestras contienen sobre nuestro sistema solar es, sin duda, inmenso. Los asteroides, a diferencia de la luna u otros cuerpos planetarios mayores que han sufrido alteraciones térmicas durante eones [Unidad de tiempo geológico, equivalente a mil millones de años. N.del T.], conservan en su composición materiales prístinos que entraron en la formación del sistema solar.
Hayabusa es “el próximo paso de gigante” en el conocimiento del papel de los asteroides cercanos a la Tierra en el origen del sistema solar, su potencial amenaza a la Tierra, y la futura utilización de su materia cruda para la expansión de la presencia humana allende nuestro planeta, según Yeomans. “Resulta más fácil aterrizar en los asteroides cercanos a la Tierra que en la propia luna y, además, los asteroides son mucho más ricos en minerales,” observó. “Si se van a construir estructuras en el espacio, no se van a fabricar en la Tierra para luego proceder a su lanzamiento sino que hay que buscar allí los materiales en estado bruto, y los asteroides ofrecen algunos suministros utilizables de minerales, metales y, probablemente, agua.”
Quizá incluso más notable que los logros de Hayabusa sea el hecho de que los japoneses hayan realizado esta misión por un coste de 170 millones de dólares [un tercio del coste de la misión Discovery de la NASA], y con un reducido equipo de operaciones al cargo de la misión. “¡Un hecho extraordinario!,” dijo Yeomans.
Antes del lanzamiento de la misión, Yeomans y otros en JPL y NASA proporcionaron a JAXA y a la sección ISAS, las efemérides, esto es: una tabla que muestra las coordenadas de un cuerpo celeste en un número de veces específico durante un período dado – esencialmente “direcciones” de cómo llegar al asteroide. La NASA está rastreando la astronave con la Red de Deep Space (DSN) y los americanos están proporcionando alguna ayuda de navegación para el regreso. Sin embargo, Hayabusa no está dependiendo de la NASA para la navegación. En palabras de Yeoman: “A partir de llegada de la astronave al asteroide, ha sido una exhibición de Japón.”
¡Y menuda exhibición!