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Enero 2005

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Fecha original : 2005-11-19
Traducción Astroseti : 2005-12-27

Traductor : Sara Benedicta Oyola
Artículo original en inglés
 ORIGENES        
Godzilla Jurásico





Resumen (19 de Noviembre de 2005): Investigadores han descubierto evidencias de una primitiva criatura marina que podría haber hecho que el Tyrannosaurus rex lo pensara dos veces antes de adentrarse en el océano.









Basado en un lanzamiento de la Universidad Estatal de Ohio

Crédito: Diego Pol, Universidad del Estado de Ohio. " width="250">
Vista del lado izquierdo de un cráneo del Dakosaurus andiniensis.
Crédito: Diego Pol, Universidad del Estado de Ohio.

Investigadores han descubierto evidencias de una primitiva criatura marina que podría haber hecho que el Tyrannosaurus rex lo pensara dos veces antes de adentrarse en el océano.

En el extremo meridional de América del Sur, se encontraron fósiles de una especie completamente nueva de cocodrilo primitivo cuyas enormes mandíbulas y dientes aserrados lo habrían hecho el depredador más temible del mar.

A diferencia de los cocodrilos que conocemos actualmente, el Dakosaurus andiniensis vivía completamente en el agua, y tenía aletas en vez de patas. Pero esto no es todo lo que lo hacía extraordinario. Otras dos características, su descomunal tamaño y su nariz similar a la del Tyrannosaurus rex, le han otorgado un lugar exclusivo en la historia y el apodo de “Godzilla”.

Diego Pol, investigador postdoctoral del Instituto de Biociencias Matemáticas y el Departamento de Informática Biomédica en la Universidad Estatal de Ohio, determinó que los especimenes fósiles de extraña forma hallados en la Patagonia pertenecen al árbol familiar de los cocodrilos. “Esta especie era muy poco común, porque otros cocodrilos marinos que estaban en los alrededores por la misma época tenían características muy delicadas, hocicos finos y dientes como agujas para capturar pequeños peces y moluscos”, dijo. “Pero este cocodrilo era exactamente lo contrario. Tenía un hocico corto, y grandes dientes con bordes aserrados. Definitivamente era un depredador de grandes criaturas marinas”.

Los paleontólogos Zulma Gasparini y Luis Spalletti de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina descubrieron los huesos fósiles del cocodrilo en la Patagonia; Pol utilizó un sofisticado software para mapear las características de esos huesos y determinar su linaje. Juntos, describen la criatura en el último número de la revista Science. Esta medía 3,90 metros desde la nariz hasta la cola. Sus mandíbulas medían 46 centímetros de largo, con dientes entrelazados y aserrados de hasta 10 centímetros de longitud.


Diego Pol

Había otros varios tamaños de especies de cocodrilos marinos vivos hace 135 millones de años, hacia finales del Jurásico, pero todos tenían hocicos largos y dientes como agujas. Ninguno era más grande que el D. andiniensis, y tampoco tan robusto.

Sin embargo, Pol descubrió que el enorme cocodrilo estaba más estrechamente relacionado con el más pequeño de sus hermanos que con ninguna de las especies mayores. La forma de los orificios nasales, las cuencas de los ojos, y otras áreas del cráneo combinadas con una hendidura reveladora en su mandíbula probó su linaje.

“Este es el cambio más extraordinario en el tamaño y la forma de los dientes y la nariz en la historia de los cocodrilos marinos”, dijo Pol.

Los tres especimenes fósiles fueron hallados en 1996 uno en una granja en la provincia de Mendoza, en la Patagonia, y dos en una formación rocosa en la provincia de Neuquén, también del sur. Durante el tiempo que el D. andiniensis vivía, la región era una profunda bahía tropical del Océano Pacífico.

Los investigadores no saben qué eventos desencadenaron la relativamente repentina emergencia del gran cocodrilo, pero el tamaño y la forma de los dientes indican que probablemente se alimentaba de otros reptiles marinos y grandes criaturas marinas en la bahía en vez de pequeños peces.





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