16 Diciembre 2005-12-29

El 15 de diciembre, el ex Senador William Proxmire, de Wisconsin murió a la edad de 90 años. Proxmire fue hostil hacia el programa espacial, y en 1979 otorgó uno de sus famosos premios “El Vellocino de Oro” por el desperdicio que hacía el gobierno con la NASA y sus investigaciones para la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés). Algunos años después su influencia sería decisiva cuando el gobierno retiró su apoyo al programa SETI.


Pero Proxmire también proporcionó a La Sociedad Planetaria una de sus grandes victorias, y en consecuencia, se ganó el respeto de Carl Sagan y de la organización por su voluntad de escuchar.

A principios de la década de 1980, el programa SETI de la NASA, conocido como el Proyecto de Observación en Microondas (MOP), estaba ganando impulso. El Centro Ames de la NASA preparaba un sondeo a regiones muy específicas, mientras el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) conducía los trabajos preeliminares para un sondeo global de la esfera celeste. Súbitamente todo fue detenido en 1982, cuando Proxmire dirigió al Senado para que se interrumpieran todos los recursos federales destinados a SETI. La restricción sucedió justo cuando un grupo de científicos americanos liderados por los pioneros de SETI, Frank Drake y Bernard Oliver, estaban por establecer una primicia con lo que sería una conferencia internacional en Tallinn, Estonia. Sin los recursos, les fue imposible asistir. Sagan dijo que la recién formada Sociedad Planetaria brindaría su ayuda.

Senador William Proxmire, 1915-2005 Créditos: Senado de los Estados Unidos.

Sagan contactó a la Fundación Sloan y convino que la Sociedad Planetaria solicitara un subsidio. La Sociedad Planetaria obtuvo el subsidio y así consiguió rescatar la participación norteamericana y los recursos para la conferencia. Empezamos además a captar fondos de parte de nuestros miembros para apoyar la investigación privada de SETI, práctica que continúa hasta hoy.

Simultáneamente, empezamos a tener una serie de reuniones con el personal del Senador Proxmire, las cuales culminaron en un par de reuniones entre Sagan y el Senador. Yo tuve la gran fortuna de poder participar en una de ellas. Sagan describió a SETI como un asunto de relevancia científica y las técnicas de radioastronomía empleadas para detectar posibles señales de civilizaciones extraterrestres. El presentó al Senador el fundamento científico que respaldaba a SETI y las bases para el enfoque experimental. Proxmire nunca se convenció totalmente del valor del SETI, pero finalmente admitió que no era un “Vellocino de Oro”. Más importante aún, adoptó una nueva visión del asunto ante el Congreso, cuando fueron solicitados recursos de la NASA para apoyar a SETI. Y lo hizo. El programa SETI de la NASA fue reestablecido en 1983 y continuó por otra década.

El reestablecimiento del programa SETI de la NASA a principio de los 80s, permitió al Centro de Investigación Ames y al Laboratorio de Propulsión a Chorro, construir receptores de radio y realizar investigación SETI. En octubre de 1992, la NASA lanzó al espacio el Sondeo de Microondas de Alta Resolución. (HRMS) –Un programa de observación SETI de tiempo completo. Menos de un año después, el proyecto fue eliminado por otro Senador, quien, una vez más, promovió que el Congreso vetara la asignación de recursos federales para SETI. En esta ocasión el veto fue aceptado, y toda la actividad del SETI se volvió privada.

La restauración del SETI de NASA en los 80s fue la primera victoria política de la Sociedad Planetaria, la cual ayudó a establecernos tanto en Washington como en la comunidad espacial. Esto se debió en gran parte al liderazgo personal de Carl Sagan y su habilidad de explicar la ciencia. Pero también se debió a la voluntad de un Senador muy escéptico que escuchó a la razón. Personalmente, Proxmire dejó en mí una fuerte impresión y es de notar su consentimiento (raro en un político) para retractarse tras enfrentarse a una discusión intelectual.