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Enero 2005

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Fecha original : 2005-12-18
Traducción Astroseti : 2006-01-02

Traductor : Covadonga Escandón Martínez
Artículo original en inglés
 MARTE           
Aniversario del Opportunity




Resumen (Dic. 18, 2005): El 12 de diciembre el Opportunity celebró un año en Marte. Contando al parecer con mucha suerte, el Opportunity ha estado galopando desde que bajó del módulo de aterrizaje, hace unos 670 soles. ¡Una misión que estaba planeada para durar 90 días se ha convertido en una aventura que ha durado casi dos años terrestres! Con más de cuatro millas (6 kilómetros y medio) en su odómetro, el Opportunity ha enviado más de 58 000 imágenes. El camino recorrido y la ciencia que ha enviado de regreso a través de vacío del espacio nos ha ayudado a ver el atrayente pasado acuoso de nuestro vecino planetario.







basado en un comunicado de NASA JPL

Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/Cornell " width="200">
Esta imagen tomada por la cámara panorámica del vehículo de exploración marciana Opportunity es una aproximación al color real de una excepcional roca llamada “tazón de moras” en el afloramiento rocoso “Cráter Águila”.
Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/Cornell

El 12 de diciembre, el Opportunity celebró un año en Marte. Contando al parecer con mucha suerte, el Opportunity ha estado galopando desde que bajó del módulo de aterrizaje, hace unos 670 soles. ¡Una misión que estaba planeada para durar 90 días se ha convertido en una aventura que ha durado casi dos años terrestres! Con más de cuatro millas (6 kilómetros y medio) en su odómetro, el Opportunity ha enviado más de 58 000 imágenes. El camino recorrido y la ciencia que ha transportado de regreso a través de vacío del espacio nos ha ayudado a ver el atrayente pasado acuoso de nuestro vecino planetario.

Entornos “alienígenas” dan pistas

Como golfistas en un día excepcionalmente bueno, los navegantes del rover pusieron al Opportunity justo en el centro de un cráter lleno de misterios e historia marciana. Un hoyo en uno interplanetario.

“Podríamos haber aterrizado en un lugar y movernos durante dos meses antes de encontrar algo distinto, pero con la Opportunity casi todos los días hemos encontrado una complejidad increíble en el terreno”, dijo Joy Crisp, científica del proyecto de Vehículos de Exploración Marciana.

El principal misterio que la NASA pretendía desenmarañar era la historia del agua en el planeta rojo. El primer lecho de roca observado en Marte, brillante y descarado en las primeras fotos que el Opportunity envío a casa, marcó los inicios de una respuesta. A tan sólo unas semanas del aterrizaje, científicos emocionados se volcaron sobre fotos y datos que indicaban claramente los efectos del agua sobre las rocas laminadas y la evidencia siguió llegando.

Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech " width="200">
Este mosaico de cuadros de la cámara de navegación del Vehículo de Exploración Marciana Opportunity de la NASA, presentado en una proyección vertical, muestra la posición del rover después de que se enterró a sí mismo hasta el eje de las ruedas en una pequeña duna durante su día marciano, o sol, 446 (26 de abril de 2005). Los colores están codificados para dar información sobre las elevaciones relativas de los alrededores. Las áreas rojas son las más altas en la imagen y las verdes son las más bajas. La diferencia entre ellas es de unos 70 centímetros (28 pulgadas).
Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech

Extraños objetos con forma de cuentas picaron la curiosidad de los científicos de inmediato. Las cuentas, o “arándanos” como se les llegó a llamar, resultaron ser ricos en hematita, un mineral que se forma muchas veces en el agua. Distintivas láminas en algunas rocas (llamadas de “laminación transversal”) demostraron que alguna vez fluyó agua sobre la superficie marciana, dejando curvas en forma de ondas en los afloramientos rocosos. Más crecientemente, se encontró una roca cuya química indicaba la presencia de cloruro de sodio (sal de mesa), que se forma únicamente cuando ha habido agua.

Como Ricitos de Oro buscando el tazón perfecto de bondad, el Opportunity estudió cráteres de tamaños distintos para encontrar los resultados científicos más fructíferos. Cada uno de los cráteres más importantes visitados ha sido más satisfactorio que el anterior. Conforme el Opportunity exploraba cráteres cada vez más anchos y profundos, se iba revelando más del pasado marciano, capa por capa. Su odisea ha mostrado que hubo agua no sólo una vez sino que bañó y afectó el área muchas veces.

“¡Señales de agua por doquier!” El área estuvo inundada, una y otra vez. Primero estuvo el agua de la cual se precipitó sal de sulfatos. Después, para las rocas en la parte alta de los cráteres, hubo agua que fluyó por ahí, transportando y rompiendo pedazos de roca que después depositó capa por capa. Después estuvo el agua que vino y empapó el suelo, talvez en varios episodios”, comentó entusiastamente Crisp.

Algunos científicos se preguntaron en voz alta “¿qué tan bien se puede poner esta misión?”

Recorriendo la ruta de los cráteres

Al parecer las cosas se ponen muy bien para este rover afortunado. Durante gran parte del recorrido de cuatro millas (seis y medio kilómetros) del Opportunity, ha sido como conducir en un estacionamiento, señaló el conductor del vehículo Scott Maxwell. Sin embargo, se han necesitado maniobras más delicadas en algunos terrenos difíciles. Al salir de su primer cráter, el Opportunity experimentó derrapes en el suelo suelto. Encontrar una salida más segura fue un reto para los ingenieros y tuvieron que trabajar arduamente para localizar una ruta de salida exitosa. Esos conocimientos serían muy útiles más adelante, cuando el Opportunity llegó al Cráter Resistencia, del tamaño de un estadio.

La pregunta importante surgió entonces: ¿arriesgar al Opportunity enviándolo a un cráter del que podría no salir? Después de duras pruebas que llevaron al límite de su diseño a unas copias del rover en las laderas terrestres, los ingenieros dieron al Opportunity luz verde para desafiar el viaje cuesta abajo. Después de pasar muchos meses estudiando las profundas y complejas capas de roca del cráter, el Opportunity escaló intrépidamente y fue a investigar su propio escudo de calor (desechado poco después de la entrada a la atmósfera marciana), descubrió un meteorito que alguna vez hizo su propio y fogoso viaje a través del cielo y maniobró por el extraño “terreno grabado”.

La belleza puede ser bestial

Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/MSSS/OSU " width="200">
Esta imagen muestra la ruta recorrida por el vehículo de exploración marciana Opportunity de la NASA hasta su día marciano, o sol, 659 (1 Dic. 2005) y el “Cráter Victoria”, destino potencial, más al sur.
Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/MSSS/OSU

Viajar hacia el terreno grabado resultó ser un bono estético, pero un pequeño reto de movilidad. Ondas sobre el terreno, supuestamente formadas por el viento, se asemejan a ondas sobre el suelo inmóvil. A pesar de lo agradables que resultan a la vista, pueden ser un peligro para el Opportunity. Una pausa inesperada llegó cuando el rover se atascó en una onda llamada “Purgatorio”. Los talentosos conductores del vehículo finalmente sacaron al Opportunity e hicieron buen uso de las lecciones aprendidas.

“Ahora detenemos al rover cada cinco metros (16 pies) más o menos para realizar una “verificación de deslizamiento”, dijo Maxwell. “Nos atrasa pero es más seguro. Encontramos un caso de prueba en la onda ‘Telluride’ y nos sentimos aliviados de que el Opportunity hiciera lo que se supone que debe hacer.

Tiempo extra

Aunque ambos rovers están envejeciendo, sus encargados son genios del diagnóstico que han enfrentado problemas desalentadores de hardware y software a millones de kilómetros de distancia. Habiendo durado siete veces más de lo que se esperaba, algunas piezas se están desgastando lentamente y no cabe duda de que vendrán desafíos desconocidos. Aún así, el equipo está preparado para guiar a sus exploradores robots mientras éstos puedan deambular. Con suerte, el Opportunity llegará a la distante y enorme depresión llamada “Cráter Victoria”, de 800 metros (media milla) de diámetro.

“Victoria es un potencial ‘tunel del tiempo’, que daría acceso a material marciano antiguo que en otros casos sería inaccesible, enterrado a gran profundidad bajo la superficie”, dijo John Callas, subdirector del proyecto y director científico. “La gran aventura continua, y ambos rovers están deseando empezar un segundo año marciano de descubrimientos”.






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