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Enero 2005

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Fecha original : 2006-01-05
Traducción Astroseti : 2006-01-08

Traductor : Francisco M. Pulido Pastor
Artículo original en inglés
 EDNA            
Reaccionar al desastre


5 de Enero de 2006
por Douglas Vakoch, Director de Composición del Mensaje Interestelar, Instituto SETI

El guión nos es familiar desde éxitos de Hollywood como Armageddon y Deep Impact. Un asteroide masivo – quizá de diez millas de diámetro – se dirige derecho a la Tierra. Se monta un esfuerzo general para desviarlo. Si la misión tiene éxito, la civilización tal como la conocemos continuará.

Pero si las reacciones humanas naturales a las amenazas interfieren, el fin podría estar lejos de alcanzarse. Si el miedo y la negación posponen una respuesta adecuada, el polvo y los residuos podrían hacer el cielo diurno parecerse a la noche, la superficie de la Tierra podría ser asolada por una tormenta de fuego global, y los tsunamis podrían exterminar las ciudades costeras.

En teoría, las amenazas del espacio pueden ser detectadas con mucha anticipación a su llegada, dando mucho tiempo para desviarlas o al menos prepararse para sus consecuencias.
Pero eso es en teoría. 'Lo que podemos tener', dice el psicólogo Albert Harrison, 'es un enfoque obsesivo en un rango muy estrecho de opciones, un rechazo a considerar o integrar nuevos datos, una actitud defensiva que impide a los que toman las decisiones, apreciar las amenazas y desarrollar alternativas, y aterrorizadas e ineficaces decisiones de última hora'.

El resultado sería devastador. 'En algunos aspectos', sugiere Harrison, 'una Tierra post-impacto puede recordar a un destino exterior a la Tierra: un peligroso lugar bombardeado con formas dañinas de radiación, una atmósfera tóxica, y una pequeña o inútil vegetación'. Si alguna parte de la humanidad sobrevive, su futuro puede ser sombrío. En el caso de una destrucción extrema, dice Harrison, 'las esperanzas generadas por la esperanza de salir de los refugios será superada por las realidades de vivir en un planeta muerto y estéril'.

La respuesta humana

Como psicólogo social de la Universidad de California en Davis, Harrison ha contemplado durante mucho tiempo el impacto del espacio, desde los vuelos espaciales de larga duración hasta las implicaciones sociales de detectar vida más allá de la Tierra. Su énfasis está sinceramente en el factor humano, como evidencian los subtítulos de algunos de sus libros, incluyendo Viajes espaciales: la dimensión humana y Tras el Contacto: la respuesta humana a la vida extraterrestre. Recientemente, Harrison ha vuelto su atención a un tipo diferente de impacto del espacio: la amenaza de un masivo Objeto Cercano a la Tierra (Near Earth Object, NEO) que podría exterminar la civilización tal como la conocemos. 'si el ataque de la actividad volcánica o un NEO fuera lo suficientemente energético para producir el equivalente a un invierno nuclear', dice Harrison, 'no habría un rápido regreso a la normalidad'.

A cierto nivel, podemos prever vida en un mundo post-impacto si miramos a otros desastres naturales. Pero la escala de destrucción hace irrelevantes muchas comparaciones. Podemos esperar ver actos heroicos de altruismo y caridad después de una catástrofe como esa, por ejemplo, pero la magnitud de la devastación puede limitar el papel que las buenas intenciones pueden jugar. 'Tras un impacto NEO importante', explica Harrison, 'puede que no quede gente rica que ayude a los pobres'.

Pero dadas nuestras formas naturales de afrontar los desastres, el miedo y la negación pueden ser factores críticos que amenacen la misma supervivencia de la humanidad. Aprender de un inminente impacto NEO podría muy bien conducir a respuestas comparables a las observadas por el trabajador social en psiquiatría Terrance O'Connor cuando la gente se enfrenta a problemas medioambientales – o rechaza enfrentarse a ellos. 'Las reacciones evasivas son corrientes', destaca. 'La mayoría termina en 'No quiero oír nada de eso', o 'No es mi responsabilidad'. Alguna gente se convence a si misma de que 'no está sucediendo' '.

La psicóloga clínica Sarah Conn describe una reacción similar a las amenazas. 'Nos sentimos o bien abrumados por o desplazados de lo que aprendimos sobre el deterioro medioambiental', sugiere. 'Nos quedamos indefensos o indiferentes frente a él, e incapaces para responder excepto con entumecimiento y negación'. Frente a un inminente impacto NEO, similar negación puede tener consecuencias irreversibles.

Estrategias para la supervivencia

¿Qué deberíamos hacer entonces si el peligro se acerca?. La clave, destaca Harrison, es permanecer abierto a la nueva información que nos llueve durante semanas, meses y años tras la primera detección de un amenazador NEO.

Tal apertura será difícil de mantener en tiempos tensos y ambiguos. A pesar de nuestra tendencia natural a elegir rápidamente un plan de defensa y permanecer con él, será crítico evaluar estrategias alternativas a medida que nos llega información actualizada.

A cada paso del camino, si podemos anticipar nuestras respuestas automáticas, podemos protegernos de sus problemas potenciales. Por ejemplo, una tendencia natural será enfocar el punto de vista de la mayoría, excluyendo soluciones alternativas. Y con todo, métodos alternativos que tomen en cuenta los nuevos datos o perspectivas diferentes pueden ser claves para la supervivencia. Pero en la práctica, ¿qué podemos hacer para promover respuestas más productivas?.

En primer lugar, necesitamos cuidarnos de nuestra tendencia a cerrarnos rápidamente en una respuesta, incluso cuando una información posterior trata de entrar en la cuestión. Para guardarnos contra esa aceptación sin crítica de una posición, deben seleccionarse algunos tomadores de decisiones para representar el papel de abogado del diablo. Aprobando el papel de disidente, pueden explorarse impopulares pero potencialmente vitales alternativas, aportando un salvavidas contra el monolítico 'pensamiento del grupo'.

“Por supuesto la última protección para nuestra raza', sugiere Harrison, 'es la dispersión más allá de nuestro planeta natal'. En tandem con los preparativos para proteger el bienestar de la población terrícola, pueden también establecerse colonias en otros planetas. 'La dispersión a través del sistema solar no nos protegerá necesariamente de todos los riesgos', confiesa, 'pero podríamos estar mejor protegidos de la extinción de lo que lo estamos ahora mismo'.





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