La tribu de nativos Americanos conocidos como los Tinklet del sudeste de Alaska tienen muchas historias acerca de cómo los cuervos robaron el Sol, cómo el oso y la hormiga discutían sobre las constelaciones y cómo el lobo y la Luna están emparentados. Pero hasta donde yo sé, no tienen ninguna historia sobre la ballena jorobada. Si la tuviesen, podrían haber contado cómo la ballena jorobada dio voz al resto de los animales, ya que esta criatura posee todas las voces del reino animal.
Hemos grabado a ballenas jorobadas realizando sonidos como el barritar de los elefantes, rugidos como leones, silbidos como delfines, chasquidos como el cachalote, mugiendo como vacas, cotorreando como monos y varias articulaciones muy similares a las humanas, algunas incluso sonaban como un lenguaje inusual, con exclamaciones como “uuups!” Aunque sólo estamos empezando a documentar y clasificar los diversos sonidos de las ballenas jorobadas, ya esperamos que su repertorio supere el de cualquier otro animal que hayamos estudiado hasta la fecha.
Se sabe que las ballenas jorobadas del sudeste de Alaska migran miles de millas a Hawai para aparearse, donde entonan largas y complejas canciones. Se comienzan algunas variaciones de estas canciones al principio de la temporada, hasta que finalmente todas las ballenas cantan la misma canción durante ese año. Se dirigen a Alaska durante el verano para alimentarse y aquí tienen un tipo diferente de vocalización, basado más en necesidades alimenticias. Sin embargo un colega, Chris Gabriele, del “Glaciar Bay Nacional Park System”, también ha hallado que las ballenas jorobadas continúan cantando incluso en esta época de alimentación.
¿Vocalización social?
Algunos antropólogos han sugerido que la creciente complejidad de la sociedad humana podría haber llevado a la complejidad del lenguaje humano. Se podría probar esto en un caso más simple, independiente de sistemas escritos, etc., comparando las comunicaciones animales. Si las mismas especies estrechamente relacionadas pudiesen ser comparadas bajo diferentes condiciones de complejidad, frente a circunstancias sociales más aisladas, se podría ver si, en efecto, existe tal correlación entre estas condiciones sociales y complejidad comunicativa.
Las ballenas jorobadas del Estrecho de Chathum y Fredrick Sound podrían ofrecernos tal prueba. Las primeras se alimentan formando redes de burbujas alrededor de los arenques, mientras que las ballenas jorobadas de Fredrick Sound comen krill. El krill es muy fácil de atrapar. Las ballenas simplemente guían más o menos el krill hacia el interior de su barbuda boca con una gran aleta. Sin embargo, construir una red compleja y cilíndrica de burbujas para capturar un banco de arenques es otra historia.
Las ballenas jorobadas del Estrecho de Chathum – unas 30 o más – se agrupan para producir tal red. Nuestros colaboradores, Fred Sharp y Pieter Folkens de la “Alaska Whale Foundation”, han descubierto que las jorobadas que hacen las redes de burbujas no están de hecho directamente relacionadas. En otras palabras, basadas en pruebas de ADN (de la piel de la que se desprenden, sacada del agua), las crías de los machos y hembras que pescan juntos haciendo una red de burbujas coordinados no son de hecho parte del mismo grupo familiar.
Se sabe que las elefantas matriarcales enseñan a sus crías los lugares de forraje. Como otro ejemplo, las familias de lobos enseñan a su prole a cazar. Pero ningún animal hasta la fecha, aparte de humanos, se ha sabido que formasen relaciones sociales duraderas basadas en una “clase” de profesión, entre miembros no pertenecientes a la misma familia. Quizá las ballenas jorobadas se encuentren más cercanas de los humanos socialmente que ningún otro animal.
Complejidad lingüística
¿Pero cómo se mide de hecho la complejidad de las vocalizaciones de las jorobadas? Con los colegas Brenda McCowan y Sean Hanser de la Universidad de California, Davis, hemos estado aplicando las matemáticas utilizadas para calcular la cantidad de información enviada a través de líneas de ordenadores para cuantificar la cantidad de información articulada entre ballenas jorobadas (y otras especies). Este campo, a propósito, se conoce como “teoría de la información” y fue desarrollado por Claude Shannon de “Bell Labs” hace varias décadas. La teoría de la información no mide tanto lo que se dice – es decir, no conduce directamente al significado de las señales. Más bien mide precisamente lo que un sistema de comunicación particular podría estar diciendo, en otras palabras, cual podría ser la capacidad de carga de ese sistema, lo que es capaz de decir. Hemos hallado que algunos sistemas de comunicación animal son más simples que otros, por ejemplo los silbidos de los delfines son al parecer más complejos que las llamadas de alarma de las ardillas.
La medida de la teoría de la información que mejor puede ser utilizada para cuantificar la complejidad es conocida como “entropía”. Es una medición sobre el número de opciones disponibles en un sistema de comunicación dado. Suponga que hemos aprendido el sistema de comunicación de las vocalizaciones del mono ardilla. ¿Podríamos traducir Shakespeare al mono ardilla? Comparando la entropía de dos muestras de comunicación, podríamos llegar a la conclusión de si esto podría incluso ser posible. De nuestros estudios hasta la fecha, concluiríamos que esto no sería posible con la complejidad actual del sistema de comunicación oral de las vocalizaciones del mono ardilla comparado con la complejidad del sistema de comunicación oral humano.
Una importante medida de la entropía es el gran “orden entrópico” al que el sistema de comunicación alcanza su máximo apogeo. Midiendo este, nos preguntamos cuán dependientes son las señales unas de otras. En el habla humana tenemos la gramática y en la escritura humana la ortografía (o pinceladas, etc…) que dependen una de otra. Si se hiciese una fotocopia de una página escrita pero el tóner de la fotocopiadora estuviese bajo, de todos modos se encontraría que se podrían recuperar algunas de las palabras perdidas ya que hay reglas de ortografía y gramática súper impuestas en nuestro sistema lingüístico. Son estas reglas las que permiten la recuperación de errores y esto es así tanto en sistemas de comunicación orales como escritos (así como en cualquier otro como, por ejemplo, unidades de señalización químicas, danzas de abejas, características faciales visuales, etc..)
Por lo tanto, hemos utilizado la teoría de la información para medir las comunicaciones orales entre las ballenas jorobadas en época de alimentación, incluyendo el grado de complejidad (o “sintaxis” si lo desea). También hemos medido las llamadas de alimentación cuando había barcos en el área y cuando no había ruido de motores de barcos de fondo. Resulta que las ballenas jorobadas aumentan la dependencia de sus señales unas de otras (disminuyendo la cantidad de información transferida, pero aumentando el grado de recuperación de posibles errores) cuando el ruido de los barcos interfiere con la recepción de sus llamadas de alimentación. Por término medio, el ruido de barcos en Glaciar Bay, por ejemplo, disminuiría la cantidad de información que podría se transmitida a través del agua en más o menos un cuarto y esto fue también lo más bajo que la tasa de información oral de la ballena jorobada se midió en cuanto a su disminución. En otras palabras, las jorobadas parecían estar respondiendo al ruido de los barcos (una cuantificación que permitirá regular mejor el ruido de los barcos en Glaciar Bay). Pero también parece que las jorobadas saben cuánto compensar – por término medio, ni infracorrigieron, ni tampoco sobrecorrigieron debido al ruido de los barcos.
Esperamos poder cuantificar el comportamiento articulatorio alimenticio de las ballenas jorobadas del Estrecho de Chathum comparadas con las de Fredrick Sound.
¿Y cómo podríamos aplicar esto a la búsqueda de inteligencia extraterrestre? Si hay una relación entre la complejidad social y la complejidad oral, entonces la medida de una será, hasta cierto grado, una medida de la otra. Si se recibe una señal SETI y es una comunicación normal (por ejemplo, no codificada), tendrá que obedecer a las leyes de la teoría de la información para poder transmitir esta información. De este modo, una medida de la complejidad de la información de tales señales SETI podría ser también una primera medida directa de la complejidad social de especies extraterrestres, independientemente del desciframiento actual del significado de tal mensaje en sí mismo. ¡Ciertamente una emocionante perspectiva!