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Enero 2005

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Fecha original : 2006-02-19
Traducción Astroseti : 2006-03-06

Traductor : Ana Blanco
Artículo original en inglés
 ORIGENES        
Los bloques de construcción del hierro de la Tierra




Resumen (19 Febrero, 2006) - Los meteoritos de hierro son probablemente los fragmentos supervivientes de cuerpos similares a asteroides hace tiempo perdidos, que formaron la Tierra y otros planetas rocosos cercanos, según los investigadores del Instituto de Investigación del Suroeste ('Southwest Research Institute ®', SwRI® por sus siglas en inglés) y el Observatorio de la Costa Azul en Niza, Francia ('Observatoire de la Cote d’Azur'). Sus hallazgos están descritos en el número del 16 de Febrero de la revista Nature.







basado en una publicación del SwRI
Del polvo, nace un planeta.
Crédito de la imagen: NASA/JPL - Caltech/R.Hurt (SSC - Caltech)
Del polvo, nace un planeta.
Crédito de la imagen: NASA/JPL - Caltech/R.Hurt (SSC - Caltech)


Los meteoritos de hierro son probablemente los fragmentos supervivientes de cuerpos similares a asteroides hace tiempo perdidos, que formaron la Tierra y otros planetas rocosos cercanos, según los investigadores del Instituto de Investigación del Suroeste ('Southwest Research Institute ®', SwRI® por sus siglas en inglés) y el Observatorio de la Costa Azul en Niza, Francia ('Observatoire de la Cote d’Azur'). Sus hallazgos están descritos en el número del 16 de Febrero de la revista Nature.

Los meteoritos de hierro, compuestos de aleaciones de hierro y níquel, representan parte del material más antiguo formado en el sistema solar, la mayoría proveniente del núcleo de pequeños asteroides. De acuerdo al doctor William Bottke, científico investigador en el SwRi y líder del equipo conjunto de EE.UU. - Francia, los cuerpos principales de los meteoritos de hierro probablemente surgieron del mismo disco de escombro planetario que dio lugar a la Tierra y otros planetas del interior del sistema solar.

'Los cuerpos pequeños que se forman rápidamente en el interior del sistema solar se acaban fundiendo y diferenciándo por el decaimiento de los elementos radiactivos de corta vida', explica Bottke. 'Los meteoritos de hierro vinieron del material fundido que se hunde hacia el centro de estos objetos, se enfría y se solidifica'.

Para que estos meteoritos lleguen a la Tierra deben haber sido extraídos de sus cuerpos principales y mantenidos a su alrededor durante miles de millones de años. Las simulaciones por ordenador del equipo hallaron que cualquier asteroide que conseguía evitar ser engullido por los planetas, era rápidamente arrasado a causa de impactos. Cada fraccionamiento, sin embargo, produce millones de fragmentos, muchos en la forma de meteoritos de hierro. Estos restos fueron dispersados por el sistema solar mediante interacciones gravitatorias con cuerpos protoplanetarios, y alguno de ellos alcanzó la relativa seguridad del cinturón de asteroides. Durante miles de millones de años unos cuantos supervivientes escaparon de su cautiverio en el cinturón de asteroides y llegaron a la Tierra.

'Esto significa que ciertos meteoritos de hierro podrían contarnos cómo era el material precursor de la Tierra primigenia, ayudándonos al mismo tiempo a solucionar varias cuestiones fundamentales acerca de los orígenes de la Tierra', dice Bottke. 'También existe la posibilidad de que versiones más grandes de este material puedan estar aún escondiéndose entre los asteroides. Su caza continúa'.

Un nuevo modo de mirar a los meteoritos de hierro



Concepto del artista que muestra las pequeñas lunas gemelas Rómulo y Remo, orbitando el gran asteroide 87 Sylvia del cinturón.
Crédito de la imagen: Observatorio Europeo Austral ("European Southern Observatory").


Un problema potencial al usar meteoritos para comprender la formación de la Tierra y otros planetas terrestres (Mercurio, Venus y Marte), es que la mayor parte vienen del lejano cinturón de asteroides. Esta población de cuerpos interplanetarios, con rangos de pequeñas piedrecillas a objetos del tamaño de Texas, está localizada entre las órbitas de Marte y Júpiter, a unos 140 millones de millas de la Tierra.

Se asume que la mayoría de los miembros del cinturón de asteroides se formaron allí, así que la gran mayoría de muestras de meteoritos nos dan datos sobre procesos de formación en esa región, no aquellos que tuvieron lugar cerca de la Tierra. Sin embargo, la composición de los meteoritos es tan diversa que es difícil reconciliar que todo vino de esta única y reducida región del espacio.

'Mientras que hemos recogido decenas de miles de meteoritos pedregosos, la mayoría pueden ser asignados a quizás unas pocas decenas de asteroides principales', dice el doctor Alessandro Morbidelli del Observatorio de la Costa Azul. 'Lo que es extraño es que los meteoritos de hierro, a pesar de su escaso número, representan casi dos tercios de todos los asteroides principales únicos muestreados hasta la fecha'.

Para explicar esta discrepancia, el equipo siguió el origen y evolución de cuerpos principales de meteoritos de hierro utilizando varios modelos por ordenador. Encontraron que mientras muchos meteoritos de hierro es probable que residan hoy en el cinturón de asteroides, sus precursores probablemente no se formaron allí. En su lugar, las simulaciones indican que los precursores de la mayoría de los meteoritos de hierro se formaron en la región de los planetas terrestres.

Para investigar esta hipótesis, los investigadores examinaron primero las restricciones, ofrecidas por los mismos meteoritos. Los meteoritos de hierro son poco comunes en cuanto a que la mayoría proceden de núcleos disgregados de pequeños asteroides fundidos (diferenciados) que se formaron muy temprano en la historia del sistema solar. Estos son precisamente la clase de cuerpos que los modelos computacionales predecían que debían haberse formado cerca de la Tierra.
Vista aérea del Cráter Meteor, Arizona.
Crédito: Jim Hurley, 1978
Vista aérea del Cráter Meteor, Arizona.
Crédito: Jim Hurley, 1978


'Es difícil producir pequeños cuerpos diferenciados en el cinturón de asteroides sin fundir también muchos de los asteroides más grandes', explica el doctor Robert Grimm, director asistente del Departamento de Estudios Espaciales ('Space Studies Department') del SwRI. 'Estos hechos producirían un número de señales indicadoras que serían fácilmente detectadas por los observadores'.

Utilizando simulaciones por ordenador, el equipo siguió cómo un disco de cuerpos similares a asteroides, interactuando con un anfitrión de objetos protoplanetarios en la región de planetas terrestres, podría evolucionar. Las simulaciones mostraron que algunos de estos cuerpos similares a asteroides podrían haberse diseminado lo suficientemente lejos para acabar estableciendo su residencia en el cinturón de asteroides.

'Mientras que la cantidad de material que llegaba al cinturón de asteroides era limitada, la mayor parte de ella se quedó en regiones con probabilidad de producir meteoritos', dice el científico investigador del SwRI, el doctor David Nesvorný. De camino al cinturón de asteroides, los cuerpos principales de los meteoritos de hierro fueron golpeados repetidamente por otros cuerpos, permitiendo escapar a fragmentos del núcleo de muchos de ellos.

'Esto podría explicar las muchas diferencias vistas entre meteoritos de hierro', dice el doctor David O’Brien del Observatorio de la Costa Azul.




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