Resumen (14 de marzo de 2006): Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una 'súper-Tierra' que orbita en la región exterior de un sistema solar a 9 000 años-luz de distancia. Pesa 13 veces más que la Tierra, y con una temperatura de –184ºC es uno de los planetas más fríos nunca descubiertos fuera de nuestro sistema solar.
Basado en un informe de la Universidad Estatal de Ohio
Una colaboración internacional entre astrónomos ha descubierto una 'súper-Tierra' que orbita en las regiones exteriores de un distante sistema solar a unos 9 000 años luz. Pesa 13 veces más que la Tierra, y con una temperatura de –184ºC es uno de los planetas más fríos nunca descubiertos fuera de nuestro sistema solar.
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Crédito: David A. Aguilar (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics)" width="150">
Concepción artística de una "súper-Tierra" que orbita alrededor de una enana roja a 9 000 años luz de distancia. El planeta con una masa 13 veces la de la Tierra se detectó mediante una búsqueda a partir de sucesos de microenfoque o microlentes ("microlensing"), en los cuales la gravedad de una estrella en primer plano distorsiona la luz de una estrella más lejana.
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Crédito: David A. Aguilar (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics)
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Andrew Gould, que dirige la colaboración MicroFUN (Red de Seguimiento de Microlentes, 'Microlensing Follow-up Network') y profesor de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), apuntó las dos implicaciones clave del descubrimiento. 'Primero', dijo Gould, 'esta súper-Tierra helada domina la región alrededor de su estrella que en nuestro sistema solar está ocupada por los gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno. Nunca hemos visto un sistema como éste antes, porque nunca hemos tenido los medios para encontrarlos'.
'Y segundo', añadió, 'estas súper-Tierras son bastante comunes. Aproximadamente el 35% de todas las estrellas las tienen'.
Los astrónomos han presentado un artículo sobre el planeta a 'Astrophysical Journal Letters', y han enviado una copia al servidor preprint arXiv.org.
MicroFUN busca planetas usando un fenómeno llamado microenfoque gravitacional, el cual tiene lugar cuando un objeto masivo como una estrella pasa por delante de otra estrella que está más lejana. La fuerte gravedad del objeto curva los rayos de luz de la estrella más lejana y los magnifica como si fuese una lente. Aquí en la Tierra, vemos a la estrella magnificada más brillante cuando la estrella lente pasa por delante de ella, y luego se apaga un poco cuando la lente se aleja.
El equipo OGLE (Experimento de Enfoque Óptico Gravitacional, 'Optical Gravitational Lensing Experiment') descubrió inicialmente la estrella que usaron como microlente en abril de 2005. Al poner en común sus observaciones, Gould y el director de OGLE Andrzej Udalski, del Observatorio de la Universidad de Varsovia, se dieron cuenta de repente el 1 de mayo que la estrella estaba aumentando su brillo extremadamente rápido, lo que significa que iba a ser un campo excepcionalmente fértil para la caza de planetas. 'Eran las 4 de la mañana', dijo Gould. 'Estaba muy nervioso y frenético por conseguir que alguien observara esa estrella'.

Nuestra galaxia Vía Láctea contiene 400 mil millones de estrellas y quizás incluso más planetas.
Crédito:NASA
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Gould llamó al Observatorio MDM en Arizona, donde el astrónomo de guardia era el estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de Ohio Deokkeun An.
Gould llamó a An para que ocupase unos minutos de su trabajo nocturno en medir de vez en cuando el brillo de la estrella. Pero cuando An y su co-observador Ai-ying Zhou de la Universidad Estatal de Missouri oyeron lo intensa que era la señal, decidieron dejar de lado su propio proyecto para tomar 1 000 mediciones del acontecimiento.
'Es una buena cosa lo que hicieron, sus observaciones fueron fundamentales para que pudiéramos determinar que allí había un planeta', comentó Gould.
'Pensé que era una buena oportunidad tomar muchas imágenes del suceso, para borrar cualquier duda de si era la señal de un planeta', recordaba An. 'Como el objetivo podría ser visto a través de un telescopio sólo durante un tiempo ventana corto, no dudamos en seguirlo'.
También observaron el fenómeno otros astrónomos en Nueva Zelanda y Hawaii.
Pero cuando los astrónomos reunieron todos los datos se enfrentaron a más dificultades. Aún quedaba alguna posibilidad de que la minúscula deformación que vieron en la señal no estuviera causada por un planeta, y el estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de Ohio Subo Dong tuvo que crear un software especial para acelerar sus modelos informáticos y descartar las otras posibilidades.
Al fin, los modelos confirmaron la presencia de un planeta con la masa de Neptuno, 13 veces más pesado que la Tierra y que orbita una estrella de la mitad de nuestro Sol.

Neptuno, bola gigante de hielo. Haga clic aquí para una animación de 6 años.
Crédito: NASA/JPL
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Gould sospecha que el planeta es un mero planeta terrestre helado, una súper-Tierra fría. A partir de la ausencia de planetas tipo Júpiter en sus cercanías, ese sistema solar puede carecer del gas necesario para que se formen planetas de gas, indicó.
'En realidad no podemos afirmarlo con seguridad', admitió. 'Si comenzamos a adquirir más datos sobre planetas de este tipo, podríamos montar una historia mejor'.
Hace una década, los científicos no tenían pruebas de qué tipos de sistemas solares podía haber. Desde entonces se han descubierto unos 170 planetas y la mayoría de ellos han sido planetas gigantes similares a Júpiter.
Sólo se han detectado un puñado de planetas de la masa de Neptuno, y sólo dos en las regiones más exteriores de sus sistemas solares. 'El siguiente paso es aumentar la sensibilidad de nuestros métodos de detección para alcanzar a los planetas de la masa de la Tierra', dijo Gould, 'y las microlentes son la mejor manera de conseguirlo'.
La técnica es la única con sensibilidad suficiente para detectar este tipo de planetas, añadió. Para incrementar la oportunidad de encontrar planetas como la Tierra, le gustaría ver una nueva generación de telescopios dedicados a la búsqueda de planetas mediante microlentes.