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SETI SuperStar Award
Enero 2005

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Fecha original : 2006-02-02
Traducción Astroseti : 2006-03-27

Traductor : Francisco M. Pulido Pastor
Artículo original en inglés
 SETH            
El Santo Grial: Pequeños mundos rocosos
Seth Shostak - Astrónomo Senior

Es una carrera hasta el fondo.

No, no estoy hablando de la programación diurna de TV. Me refiero a la búsqueda de planetas extrasolares, y la carrera por encontrar mundos más pequeños, más delicados.

Normalmente, cuando los astrónomos proclaman el descubrimiento de otro planeta extrasolar más, es casi siempre un gigantón, un objeto homérico, del tamaño de Júpiter más o menos. Es tan predecible como la pérdida del pelo.

Sin embargo, el santo grial de los detectives planetarios ha sido encontrar a los pequeñitos; después de todo, los mundos polluelos es más probable que sean similares al nuestro. Bueno, la semana pasada una horda de astrónomos anunciaron conjuntamente un nuevo y flamante planeta que pesa alrededor de cinco meses la masa de la Tierra. Es todavía un bruto comparado con la Tierra, pero extraordinariamente más pequeño que casi todo lo demás encontrado.

Este planeta (que luce el impronunciable nombre de OGLE-2006-BLG-390) y su estrella matriz (una débil enana M) son interesantes. Pero lo que realmente arqueó mis cejas fue que este nuevo planeta gamberro no fue encontrado con ninguno de los esquemas usuales. No fue descubierto por la sutil danza de su estrella madre, ni fue revelado a causa de que eclipsara a su estrella, debilitándola nunca tan levemente.

Este planeta fue descubierto a causa de que la masa curva la luz. O más exactamente, la masa curva el espacio, y si el espacio está curvado, también lo están los haces de luz que lo atraviesan velozmente. Esta extraña idea, como la mayoría de los lectores sabrán, está completamente en disputa con la rígidamente Cartesiana idea del espacio de Isaac Newton – un escenario tridimensional inmutable, construido de andamios matemáticos colocados en ángulos perfectamente rectos. En 1915, Albert Einstein propuso el concepto de espacio curvado en su Teoría General de la Relatividad.

¿Estaba en lo cierto?

La idea de Einstein era radical, por lo que claramente se requería una prueba. Arthur Eddington, un prominente astrónomo británico de principios del siglo veinte, comprendió que si la masa realmente deformaba el espacio, entonces un haz de luz que pasase cerca de una bola de boliche debería curvarse ligeramente de la línea recta. El problema es, que se dobla demasiado ligeramente para ser medido, ya que las bolas de boliche no son muy masivas (excepto en comparación con las bolas de Pachinko).

Eddington, que estaba ansioso por comprobar la idea de Einstein, sugirió hacerlo observando la luz estelar al pasar cerca de la mayor masa de la vecindad: el Sol. Por supuesto, eso no es fácil. El halo incandescente del Sol destroza cualquier esperanza de ver las estrellas que rozan sus bordes – excepto durante un eclipse total de sol. Afortunadamente, había un eclipse particularmente largo por llegar el 29 de Mayo de 1919. Eddington y su amigo astrónomo amigo Andrew Crommelin viajaron al África occidental y Brasil respectivamente, para fotografiar las estrellas que aparecieran adyacentes al Sol mientras la luna bloqueaba su resplandor. Cuando las placas fueron reveladas y medidas, Eddington encontró que las estrellas estaban, efectivamente, ligeramente desplazadas de sus posiciones normales de acuerdo con la predicción de la Relatividad General. Había sido probado que la masa curva el espacio, y el espacio curvado curva los haces de luz. Einstein estaba en lo cierto. Newton, que llevaba muerto trescientos años, rehusó hacer comentarios.

Aparte de revolucionar la física, usar grandes masas para curvar la luz ha resultado tener algunas aplicaciones astronómicas prácticas. Después de todo, los espejos y lentes curvan la luz también. Por tanto, ¿puedes construir un telescopio basado en la masa?. Bueno, puedes, si estás dispuesto a aceptar lo que hay disponible en la tienda de óptica de Dios. Por ejemplo, cuando el Telescopio Hubble se entrena sobre un cúmulo de galaxias – uno cuya masa colectiva puede ser de 100 billones de veces la masa del Sol – a menudo encuentra arcos gigantes de luz enrollándose a través del campo de visión. Estos arcos son las imágenes distorsionadas de galaxia que se extienden mucho más allá del cúmulo, iluminadas y curvadas por los efectos de su masa.

Fue este tipo de lente gravitatoria el que usó el equipo internacional de investigación que descubrió OGLE-2005-BLG-390. Este grupo usa una red de pequeños telescopios para monitorizar un gran número de estrellas cerca de las proximidades de la Vía Láctea. En estas concurridas formaciones estelares, una estrella ocasionalmente pasará delante de otra, actuando como una lente gravitatoria – una lupa gigante – para disparar el brillo de la última en un factor de tres o más. El aumento de la intensidad dura típicamente alrededor de un día. En este caso, hubo irregularidades en el brillo, y estas irregularidades delataron a un planeta que orbitaba la estrella más cercana. Es una técnica que tiene la capacidad de encontrar mundos muy pequeños alrededor de estrellas muy pequeñas.

Propósitos de SETI

Pero hay otra idea brillante, una que fue apuntada por el pionero del SETI Frank Drake y el ingeniero de Stanford Von Eshleman hace casi dos décadas. Se podría usar esta técnica de lente gravitatoria para construir la madre de todos los telescopios. Bien, realmente, no tienes que construirlo; simplemente tienes que estar en posición para usarlo. Todo lo que se necesita es montar una pequeña antena SETI y un radio receptor en una nave espacial. , y enviarla de crucero a los solitarios bordes exteriores de nuestro sistema solar – a unas veinte veces la distancia de Plutón (para los cuantitativamente interesados, la distancia mínima es de 550 unidades astronómicas). Una vez allí, la antena miraría hacia el Sol – que a esa distancia parece sólo una débil estrella. No obstante, el Sol actuaría como una enorme lente de radio, amplificando cualquier señal de sistemas estelares situados al otro lado. De hecho, el tamaño efectivo de esta lente solar sería de aproximadamente treinta mil veces el área de recepción del gigantesco Radio Telescopio de Arecibo en Puerto Rico. Podría detectar un transmisor con la potencia de tu emisora local de TV a una distancia de 100 años luz, incluso si los programadores alienígenas no estuviesen emitiendo en tu dirección.

Aunque esta idea es seductora, no carece de logros potenciales. Sería deseable tener la nave orbitando el Sol en el plano de la Vía Láctea, para maximizar el número de sistemas estelares puestos “bajo la lupa”. Pero el tiempo gastado mirando a cualquier sistema estelar sería muy breve, por lo que se necesitaría un ajuste que pudiese reconocer con seguridad una señal oída sólo brevemente, y sólo una vez. Además, está el tema de disponer el envío de una nave más allá de los límites del Cinturón de Kuiper, y hacer que funcionara durante años después de su llegada.

Bueno, eso son simplemente problemas para ser resueltos por los estudiantes. Seguramente, la búsqueda con lente gravitatoria SETI no es algo que vayamos a hacer pronto. Pero la física está ahí, y quizá algún día el experimento también estará ahí. Entonces, quizá, podamos aguzar nuestros oídos de radio hacia los suspiros de seres distantes, deslizándose en nuestra dirección sobre los sutiles contornos del espacio.






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