Resumen (24 Mar, 2006): Tres cometas helados que orbitan entre los asteroides rocosos del cinturón principal de asteroides situado entre Marte y Júpiter pueden contener pistas que nos conduzcan al origen de los océanos de la Tierra.
basado en una publicación de la Universidad de Hawai
Órbitas de los 3 conocidos cometas del cinturón principal (líneas rojas), los 5 planetas interiores (líneas negras; desde el centro afuera Mercurio, Venus, Tierra, Marte y Júpiter), una muestra de 100 asteroides (líneas naranja), y 2 cometas "típicos" (Halley y Tempel 1, destino de la reciente misión Deep Impact) como líneas azules. Las posiciones de los cometas del cinturón principal y los planetas el 1 de Marzo de 2006, están trazadas con puntos negros. Crédito: Pedro Lacerda (Univ. Hawaii; Univ. Coimbra, Portugal)
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El recientemente descubierto grupo de cometas, llamados 'cometas del cinturón principal' por el graduado de la Universidad de Hawai Henry Ssieh y el Profesor David Jewitt, tienen órbitas similares a las de los asteroides, y, a diferencia de otros cometas, parecen haberse formado en el cálido sistema solar interior dentro de la órbita de Júpiter más que en el frío sistema solar exterior más allá de Neptuno.
La existencia de estos cometas del cinturón principal sugiere que los asteroides y cometas están emparentados mucho más cercanamente de lo que se pensaba y apoya la idea de que esos objetos helado del cinturón principal de asteroides podrían ser un origen importante del agua actual de la Tierra. Este trabajo está previsto que aparezca en la edición del 23 de Marzo de Science Express y en una edición impresa de Abril de Science.
Las cruciales observaciones fueron hechas el 26 de Noviembre de 2005, usando el Telescopio Géminis Norte de Mauna Kea. Hsieh y Jewitt hallaron que un objeto designado como Asteroide 118401 estaba eyectando polvo como un cometa. Junto con un misterioso cometa (designado como 133/P/Elst-Pizarro) conocido durante casi una década pero todavía poco comprendido, y otro cometa (designado P/2005 U1) descubierto por el proyecto Spacewatch en Arizona sólo un mes antes, el 'asteroide' 118401 forma una clase de cometas completamente nueva.
'Los cometas del cinturón principal son únicos al tener órbitas planas, circulares, semejantes a los asteroides, y no las elípticas, a menudo inclinadas órbitas características de todos los demás cometas', dijo Hsieh. 'Al mismo tiempo, su apariencia cometaria los hace diferentes a otros asteroides previamente observados. No encajan limpiamente en ninguna de las dos categorías'.
Tanto en 1996 como en 2002, el original cometa del cinturón principal 133P/Elst-Pizarro (llamado así por sus dos descubridores), fue visto exhibiendo una larga cola de polvo típica de los cometas helados, a pesar de tener la plana y circular órbita típica de los presumiblemente secos y rocosos asteroides. Como el único objeto del cinturón principal jamás observado con tal apariencia cometaria, sin embargo, la verdadera naturaleza del 133P/Elst-Pizarro permanecía siendo polémica. Hasta ahora.
'El descubrimiento de otros cometas del cinturón principal muestra que el 133P/Elst-Pizarro no está solo en el cinturón de asteroides', dijo Jewitt. Por tanto, es probablemente un asteroide ordinario (aunque helado), y no un cometa del sistema solar exterior que ha transformado de alguna manera su órbita cometaria en una de asteroide. Esto significa que otros asteroides podrían tener hielo igualmente.
La Tierra se cree que se formó caliente y seca, lo que significa que el contenido actual de agua debe haber sido transportado después de que el planeta se enfriase. Son posibles candidatos a haber aportado esa agua las colisiones de cometas y asteroides. A causa de su gran contenido en hielo, los cometas fueron los principales candidatos durante muchos años, pero el reciente análisis del agua cometaria ha mostrado que el agua de cometa es significativamente diferente de la típica agua oceánica de la Tierra.
Imágenes de los tres cometas conocidos del cinturón principal (en el centro de cada panel). Los otros objetos mostrados son estrellas y galaxias difuminadas por el movimiento del telescopio mientras sigue a cada cometa. Imágenes tomadas con el Telescopio UH de 2,2 metros.
Crédito: H. Hsieh y D. Jewitt Universidad de Hawai
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El agua de asteroide podría encajar mejor con el agua de la Tierra, pero hasta ahora, ningún hielo que los asteroides pudieran haber contenido se pensaba que hubiera desaparecido hace tanto o estuviera tan profundamente enterrado como para ser inaccesible a un análisis más profundo. El descubrimiento de los cometas del cinturón principal significa que este hielo no ha desaparecido y está todavía accesible (justo en la superficie de al menos algunos objetos del cinturón principal, y a veces, incluso descargándose al espacio). Las misiones de naves a los cometas del cinturón principal podrían proporcionar nueva y más detallada información sobre su contenido en hielo y a su vez darnos una nueva visión de los orígenes del agua, y en último término la vida, sobre la Tierra.
Como se suelen definir convencionalmente, los cometas y asteroides son muy diferentes. Ambos son objetos de unas cuantas a unos cientos de millas de diámetro que orbitan por todo nuestro sistema solar. Los cometas, sin embargo, se cree que se originan en el frío sistema solar exterior y consecuentemente contienen mucho más hielo que los asteroides, muchos de los cuales se cree que se han formado mucho más cerca del Sol en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Los cometas también tienen extensas y elípticas órbitas y por tanto experimentan amplias variaciones de temperatura. Cuando un cometa se aproxima al Sol, su hielo se calienta y sublima (cambia directamente de hielo a gas), impulsando gas y polvo al espacio, dando origen a una cola y a una distintiva apariencia nebulosa. Lejos del Sol, la sublimación se detiene, y cualquier hielo restante permanece helado hasta el siguiente paso del cometa cerca del Sol. En contraste, los objetos del cinturón principal de asteroides tienen esencialmente órbitas circulares y se espera que hayan sido despojados del hielo por el calor debido a su confinamiento en el sistema solar interior. Esencialmente, deberían ser sólo rocas. Con el descubrimiento de los cometas del cinturón principal, ahora sabemos que este no es el caso, y que, en general, las definiciones de cometas y asteroides necesitan una corrección.