Resumen: (5 de Abril de 2006) Las pruebas nunca desaparecen completamente en la famosa serie de televisión 'Caso frío' (Cold Case). Al igual que los rastros de vida en la Tierra, en Marte o en cualquier otro lugar. Un equipo internacional de científicos, que incluye investigadores del laboratorio geofísico del Carnegie Institution, ha desarrollado unas técnicas que detectan minúsculas cantidades de restos biológicos, denominados biofirmas, en los terrenos helados y similares a Marte de Svalbard, una isla al norte de Noruega. Esta tecnología será utilzada en futuras misiones de búsqueda de vida en el Planeta Rojo.
Basado en una publicación del Carnegie Intitution
Las pruebas nunca desaparecen completamente en la famosa serie de televisión 'Caso frío' (Cold Case). Al igual que los rastros de vida en la Tierra, en Marte o en cualquier otro lugar. Un equipo internacional de científicos, que incluye investigadores del laboratorio geofísico del Carnegie Institution, ha desarrollado unas técnicas que detectan minúsculas cantidades de restos biológicos, denominados biofirmas, en los terrenos helados y similares a Marte de Svalbard, una isla al norte de Noruega. Esta tecnología será utilzada en futuras misiones de búsqueda de vida en el Planeta Rojo. El trabajo se ha presentado en varias charlas en la conferencia científica de astrobiología de la NASA, AbSciCon, 2006 en el edificio Ronald Reagan en Washington, D.C., del 26 al 30 de marzo.
Un accidente denominado 'Burns Cliff' (Acantilado Burns), parte del cráter Endurance en Marte.
Crédito: NASA/JPL
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'Puede parecer que estamos buscando una aguja en un pajar', comentó Marilyn Fogel, investigador del Carnegie. 'Pero es mucho mejor que eso. Uno de nuestros estudios demostró que podemos detectar cantidades minúsculas de nitrogeno elemental, que pueden ser prueba de que ha habido vida. Curiosamente, las rocas son lugares particularmente prometedores para encontrar rastros dejados por los microbios más pequeños. En Svalbard hace muchísimo frío, y es muy seco y rocoso, como el entorno marciano, lo que lo hace un estupendo banco de pruebas'.
El nitrógeno es esencial para el ADN, el ARN y las proteínas. Toda la vida depende de él. Los científicos observaron cómo un cierto tipo, o isótopo, de nitrógeno se distribuye en el suelo, el agua, las rocas, las plantas y los microbios. Descubrieron que las cantidades de nitrógeno varían dependiendo de cómo reacciona el elemento con el medio y con los organismos vivos. 'Descubrimos que los organismos dejan huellas delatoras en las rocas', afirmó Fogel. 'La tecnología está suficientemente desarrollada para encontrar restos de vida en los terrenos rocosos de Marte'.
En otro estudio, el grupo descubrió que podían adaptar al campo las técnicas empleadas en los laboratorios genéticos. Comprobaron que la toma de muestras de ADN y el método de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, Polymerase Chain Reaction) - que hace muchas copias de un determinado segmento de ADN para su análisis - pueden detectar diferencias genéticas en comunidades de hongos y de algas verdeazuladas (cianobacterias) que viven en las rocas. Además, identificaron más de 90 compuestos diferentes que pueden correlarse con las biofirmas de dichas formas de vida. Estas huellas formarán parte de una inmensa librería de firmas con las que se podrán comparar las muestras de Marte en la búsqueda de vida.