Por Amir Alexander
Una de las curiosidades de la historia de SETI es que a pesar del interés creciente del público en los extraterrestres, y de una literatura cada vez más abundante sobre el tema, pasó toda una década antes de que la llamada a la acción de la conferencia de Green Bank fuera respondida. Mientras se realizaron algunas búsquedas SETI en la Unión Sovietica bajo el diderazgo del radioastrónomo Iosif S. Shklovskii, no hubo un sucesor immediato al proyecto Ozma en Occidente. Aunque los miembros de la Orden de los Delfines, veteranos de la conferencia de Green Bank, continuaron negociando intensamente para una búsqueda constate por radio, no fue hasta 1971 que se realizó finalmente una nueva búsqueda.
Los 60 fueron una década de generación de ideas para los investigadores SETI. Durante este tiempo las ideas de SETI fueron ganando terreno en la comunidad científica, y hubo vivos debates sobre los temas más básicos de este campo emergente: Qué clase de civilizaciones podrían contactarse, que tipo de señales debíamos buscar, donde buscar, y como. Un programa actual de SETI requería una fuerte convicción sobre el tipo de inteligencia alienígena que se buscaba, y un compromiso con una estrategia específica de búsqueda. En los 60 este campo todavía estaba buscando un acercamiento adecuado y ampliamente aceptado.
Lo que surgió de los debates fue lo que el físico Freeman Dyson llamó 'El punto de vista ortodoxo' de la vida en el universo:
La vida es común en el universo. Hay muchos planetas habitables, cada uno acogiendo su conjunto de criaturas vivas. Muchos de los planetas habitados desarrollan inteligencia, y un interés por comunicarse con otras criaturas inteligentes. Por lo tanto tiene sentido escuchar mensajes de radio de ahí afuera, y transmitir mensajes en respuesta. No tiene sentido pensar en visitar sociedades alienígenas más allá de nuestro sistema solar, o pensar en ser visitados por ellos. El máximo contacto entre sociedades alienígenas es un lento y benigno intercambio de mensajes, un contacto que llevaría sólo información y conocimiento alrededor de la galaxia, no conflictos y tumultos. (Citado en Steven Dick, The Biological Universe (Cambridge: Cambridge University Press, 1996), 438.
Además, había un creciente consenso de que las búsquedas deberían realizarse cerca de la frecuencia de emisión del hidrógeno (1420 MHz, o 21 cm) y quizás en el agujero de agua -la banda entre 1420 y 1660 MHz. La mayoría -aunque no todas- de las busquedas realizadas desde entonces aceptaron estas suposiciones básicas y siguieron alguna versión de esta estrategia básica.