Mientras que el interés en la cuestión de la vida extraterrestre es como mínimo tan antiguo como las civilizaciones históricas, la era moderna SETI puede definirse empezando en 1959. En aquel año, los físicos de Cornell Giuseppi Cocconi y Philip Morrison publicaron un artículo en Nature en el que señalaban el potencial de usar microondas de radio para comunicar entre estrellas.|

Un joven radioastrónomo, Frank Drake, había alcanzado independientemente la misma conclusión, y en la primavera de 1960 dirigió la primera búsqueda de señales de microondas de radio desde otros sistemas solares. Durante dos meses Drake apuntó una antena de 85 pies en West Virginia en la dirección de dos estrellas cercanas similares al Sol. Su receptor de un sólo canal se sintonizó en la "mágica" frecuencia de 21 cm (1,420 Mhz), la línea del hidrógeno neutro, un lugar del dial de radio tambien recomendado por Cocconi y Morrison debido a su importancia astronómica. Aunque no derectaron ninguna señal de origen extraterrestre, el Proyecto Ozma de Drake aumentó el interes de otros en la comunidad astronómica, siendo los Rusos los más immediatos.

El los años 60 la Unión Soviética domino SETI, y frecuentemente adoptó "bold" estrategias. En lugar de buscar los alrededores de estrellas cercanas, los Soviéticos unsaron antenas casi omnidireccionales para observar grandes partes del cielo, pensando en la existencia de al menos unas pocas civilizaciones avanzadas capaces de irradiar enormes cantidades de energía de transmisión.

Al principio de los 70, el Ames Research Center de la NASA en Monytain View, California empezó a pensar en la tecnología necesaria para una búsqueda efectiva. Un equipo de grandes expertos, bajo la dirección de Bernard Oliver, que dejó la Hewlett-Packard Corporation, realizaron un completo estudio para la NASA conocido como Proyecto Cyclops. Del informe Cyclops salió un análisis científico de SETI y de las características tecnológicas que es el cimiento en el que se han basado muchos de los trabajos siguientes.

Como creció la idea de que SETI tenía unas posibilidades razonables de éxito, los Americanos empezaron de nuevo a observar. Durante los 70, muchos radioastrónomos realizaron búsquedas, usando las antenas y receptores existentes. Algunos de los esfuerzos, empleando tecnología mejorada, han continuado hasta el presente. Los primeros fueron el Proyecto META de la Planetary Society, el proyecto SERENDIP de la Universidad de California, y un programa de larga duración de la Universidad Estatal de Ohio.

A finales de los 70 se establecieron programas SETI en el Ames Reasearc center de la NASA y en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, california. Estos grupos alcanzaron una estrategia dual para un proyecto SETI a gran escala. Ames examinaría 1,000 estrellas como el Sol en una Búsqueda Orientada, capaz de detectar señales débiles o esporádicas. JPL barrería sistematicamente todas las direcciones en un Recorrido por el Cielo. En 1988, después de una década de estudio y diseños preliminares, la central de la NASA adoptó oficialmente esta estrategia, y fundó el programa. Cuatro años después, en el 500 aniversario de la llegada de colón al Nuevo Mundo, las observaciones empezaron. En menos de un año, el congreso canceló la financiación.

Sin la intervención de la NASA, los investigadores, y el público interesado vió disminuir la posibilidad de responder, durante sus vidas, la profunda cuestión relacionada con SETI. En consecuencia el SETI Institute se esfuerza en continuar este proyecto a gran escala con financiación privada.

El proyecto Phoenix concentra sus esfuerzos en el componente del proyecto SETI de la NASA conocido como Búsqueda Orientada. Su estrategia es examinar cuidadosamente las regiones alrededor de 1,000 estrellas cercanas similares al Sol. Se usarán las mayores antenas del mundo Project, y estás ya han reservado ya un tiempo para observación SETI. Continuando la búsqueda ahora, Phoenix puede sacar ventaja de una oportunidad histórica: Dentro de una década, la radiointerferencia de origen terrestre crecerá significativamente, reduciendo nuestra capacidad para detectar señales débiles.

El Proyecto Phoenix es con mucho el proyecto más importante realizado hasta ahora. Frecuentemente, conseguir el éxito en un objetivo esquivo sólo requiere un esfuerzo completo y sistemático. Esta es la filosofía que hay detrá, y la promesa, del Proyecto Phoenix.